La transición verde en las empresas acelera el ritmo: ¿A qué desafíos se enfrenta el sector empresarial alicantino?

Acelerar la transición verde es uno de los retos más importantes que tienen por delante las empresas de la Comunidad Valenciana. Y es que hace apenas un mes el Banco Central Europeo pedía al sector empresarial mayor rapidez en esta transformación ante los riesgos del cambio climático para la economía. Para alcanzar este objetivo, las empresas de la zona euro deben invertir 2 billones de euros hasta 2025.

Pero, ¿en qué consiste esta transición?, ¿a qué desafíos se enfrenta el ámbito empresarial en materia de sostenibilidad?, ¿están preparadas las empresas para este cambio? Estas cuestiones y otras se abordaron el lunes en un encuentro organizado por INFORMACIÓN y Caixabank el cual contó con la participación de Lourdes Moreno Alonso, gerente de Soluciones Globales de Financiación de Empresas y responsable de Sostenibilidad en CaixaBank; Silvino Navarro, presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana y Javier Cervera, director de Transición Energética de Baleària.

Moderado por Carmen Lizán, jefa de sección de INFORMACIÓN, y bajo el título «La transición verde en las empresas», el evento analizó la situación del sector empresarial de la Comunidad Valenciana. Los tres ponentes hicieron especial hincapié en la necesidad de no quedarse atrás en los planes de sostenibilidad.

Por su parte, Silvino Navarro, empezó recalcando que los retos varían según la tipología de cada empresa, y en la Comunidad Valenciana el sector empresarial está formado prácticamente por pymes. Esta característica, según Navarro, influye considerablemente en la manera en que se abordan los desafíos sostenibles.

«Las empresas tienen sus planificaciones e inversiones a corto plazo y en el momento en el que la administración genera nuevas exigencias hace que tengan que cambiar estos procesos con las inversiones que esto supone», explicó el presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la CEV. Por ello, subrayó la necesidad de contar con unos plazos adecuados para ir implementando estos planes. En cuanto al papel de la administración, Navarro incidió en que sería interesante que esta proporcione las infraestructuras adecuadas para que las empresas puedan implementar prácticas más sostenibles, «sobre todo en lo que se refiere al sector industrial para poder apostar por energías sostenibles y comenzar así el proceso de descarbonización».

CaixaBank impulsa la sostenibilidad empresarial

Para impulsar esta transición verde, Caixabank ha lanzado una pionera línea de financiación sostenible que ofrece asesoramiento y acompañamiento personalizado a las empresas en su camino hacia la descarbonización y la mejora ambiental. Lourdes Moreno desglosó los elementos fundamentales de esta iniciativa, «el enfoque integral de CaixaBank implica no sólo proporcionar financiación, sino también crear valor a través de un acompañamiento personalizado. Tenemos como responsabilidad convertirnos en referente europeo en sostenibilidad», afirmó, destacando la ambición de la entidad de ser reconocida como un socio confiable en el proceso de transición hacia prácticas más sostenibles.

La línea de financiación sostenible de CaixaBank está diseñada para cubrir las necesidades de empresas que buscan abordar la descarbonización y mejorar su desempeño medioambiental. La gerente de Soluciones Globales de Financiación de Empresas y responsable de Sostenibilidad en CaixaBank detalló que el objetivo es ser un interlocutor válido para las empresas, comprendiendo las particularidades de cada una y brindando orientación adaptada a sus necesidades específicas.

Para ello, la entidad financiera ha formado a gestores especializados para trasladar a los clientes las oportunidades que ofrece la sostenibilidad como motor de impulso de sus negocios.

Hacia la descarbonización

Un ejemplo de esta transformación sostenible es Baleària, la cual ha tomado la delantera en su proceso de descarbonización. Javier Cervera reveló las acciones concretas que la compañía líder en transporte marítimo ha implementado hasta ahora y su visión para el futuro. El director de Transición Energética de Baleària indicó que el sector marítimo transporta más del 90% de toda la capacidad de carga que se mueve alrededor del mundo, sin embargo, sólo consume el 2% de la energía mundial y emite menos del 3%.

El desafío de descarbonización en el ámbito marítimo es evidente. «Baleària ha tomado medidas significativas para abordar este desafío desde 2013, apostando por tecnologías más sostenibles. La empresa ha avanzado con 10 buques que operan con gas natural, un combustible que, aunque fósil, reduce las emisiones entre un 25% y un 30%», aseguró Cervera.

«La transición verde en las empresas»

La inversión de centenares de millones de euros en esta tecnología ha colocado a Baleària en una posición ventajosa, adelantándose a posibles regulaciones futuras. «Esto no es suficiente, pero hemos hecho un camino importante», incidió, resaltando su compromiso continuo con la reducción de emisiones.

En este sentido, la empresa planea seguir invirtiendo en combustibles de menores emisiones, impulsando constantemente sus esfuerzos hacia una navegación más sostenible y amigable con el medio ambiente.

Entre las iniciativas que tienen en marcha, destaca la introducción de un ferry eléctrico entre Ibiza y Formentera, un proyecto que demuestra el compromiso de Baleària con la innovación. Este ferry, equipado con baterías a bordo, logra cero emisiones en estancia, entrada y salida de los puertos, generando electricidad con motores altamente eficientes.

Equilibrio sostenible

Los tres ponentes expertos coincidieron en la importancia de encontrar un equilibrio en el camino hacia la transición verde. «Existe un desacoplamiento en cuanto a las exigencias europeas y el ritmo real de las empresas en su adopción de prácticas sostenibles», apuntó Lourdes Moreno, además añadió que la Unión Europea está exigiendo a las entidades financieras el test de estrés climático, «el 95% del riesgo al que están expuestos los bancos proviene del perfil de sus clientes».

En este contexto, recalcó la responsabilidad de estar cerca de los clientes para brindarles apoyo y detectar sus necesidades de sostenibilidad. Asimismo, advirtió sobre el riesgo de un colapso si la normativa es demasiado severa, abogando por un equilibrio entre las exigencias europeas y la realidad empresarial.

En esta misma línea, Silvino Navarro, de la CEV, expresó que la sostenibilidad no es una opción, sino una necesidad constante de inversión. «Quien se queda quieta posteriormente no sale en la foto», afirmó. Y subrayó la importancia de invertir en buenas prácticas medioambientales para mejorar la reputación de la empresa en el mercado.

«Eso te va a ayudar en cuestiones de competitividad; el mercado no son sólo los clientes, sino también los proveedores». Navarro instó así a todas las empresas en invertir en sostenibilidad de manera planificada, pero siempre buscando un equilibrio y armonía dentro de este mundo sostenible. «No podemos obviar la creciente normativa medioambiental, esa normativa y esa aplicabilidad debe ser escalable, para que poco a poco se vayan estableciendo las normativas sostenibles en las empresas», remarcó.

Desde la perspectiva de Baleària, Javier Cervera indicó la importancia de anticiparse. «La sostenibilidad, si la ejecutas, es medioambientalmente correcta y además ayuda a tu empresa y es económica puedes tomar la decisión de apostar por ella», señaló.

En este mismo sentido, Cervera destacó la relevancia de herramientas como la financiación sostenible, mencionando que Baleària obtuvo 80 millones de euros el año pasado gracias a CaixaBank. «Este tipo de herramientas y adelantarte es lo que luego te ayuda a que la ola regulatoria, cuando viene tan grande como ocurre en el sector marítimo, partamos de una posición de salida mejor que la de nuestros competidores».

2025, un nuevo horizonte

Con la mirada puesta en 2030, los años 2024 y 2025 se perfilan como una etapa crucial para la sostenibilidad empresarial en la Comunidad Valenciana, con un enfoque en la innovación, adaptación y ejecución de planes concretos que allanen el camino hacia un futuro más sostenible. 

El 2025 se marca ahora como una fecha clave para poder alcanzar los objetivos climáticos propuestos para 2030. Lourdes Moreno, gerente de Soluciones Globales de Financiación de Empresas y responsable de Sostenibilidad en CaixaBank, compartió durante su intervención una visión optimista para los próximos años. «No cabe duda de que va a evolucionar de manera positiva y significativa».

Asimismo, señaló que la Comunidad Valenciana ya cuenta con un tejido empresarial diverso y rico que se está adaptando a las demandas de sostenibilidad. Comparando esta evolución con la digitalización, anticipó un cambio estratégico en las empresas valencianas «que será tan fundamental como la transformación digital».

En esta línea, Silvino Navarro, presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la CEV, destacó la importancia de múltiples factores para impulsar la transformación verde en la región. Navarro hizo hincapié en el papel crucial que desempeñan las universidades valencianas en el desarrollo, la innovación y la aplicabilidad de prácticas sostenibles en las empresas locales. Además, resaltó la riqueza de la red de institutos tecnológicos como activos valiosos que deben recibir apoyo financiero y técnico.

«Es imprescindible que tengamos un marco estable para poder seguir invirtiendo en todos estos nuevos retos de sostenibilidad, subrayando la necesidad de un enfoque coherente y sostenible a largo plazo». Además, propuso que este marco debe ir acompañado de incentivos fiscales para las empresas, reconociendo la importancia de mantener la competitividad en un mercado global. 

Javier Cervera, director de Transición Energética de Baleària, ofreció una perspectiva específica sobre la implementación de planes concretos en el corto plazo. «Creo que se van a hacer muchos planes entre el 2024 y el 2025 que se empezarán a ejecutar», comentó Cervera, y destacó los borradores que ya indican líneas de reducción de emisiones en el transporte terrestre, apuntando hacia objetivos ambiciosos del 40% para 2030 y del 90% para el 2040.