La subida del aceite de oliva lleva al sector provincial a unas cifras históricas de negocio de 64 millones

Los precios son tres veces superiores a los últimos cuatro años por la baja cosecha de Andalucía. Los productores se resarcen de las malas campañas anteriores, pero temen perder consumidores

Proceso de envasado de aceite en la Almàssera de Millena.

Proceso de envasado de aceite en la Almàssera de Millena. / Juani Ruz

M. Vilaplana

M. Vilaplana

Los productores de aceite de oliva de la provincia de Alicante, fundamentalmente los de las comarcas situadas más al norte, se están frotando las manos. Y es que después de encadenar varias campañas desastrosas, la baja cosecha de Andalucía ha propiciado que la cotización se dispare, lo que va a llevar al sector a unas cifras históricas de negocio que van a rondar los 64 millones de euros. Los precios que rigen el mercado son tres veces superiores a la media de los últimos cuatro años, lo que permitirá tanto a las almazaras como a los agricultores resarcirse, al menos en parte, de las malas campañas anteriores. Todo ello con el temor, eso sí, de que el fuerte encarecimiento pueda propiciar la pérdida de consumidores que opten por comprar aceites más baratos.

El sector provincial del aceite de oliva ha venido sufriendo una larga travesía en el desierto. Primero fueron los elevados excedentes de los años 2019 y 2020 los que propiciaron que los precios estuviesen por los suelos, con máximos que se quedaron en los 2,40 euros, lo que provocó que una gran parte de la cosecha de aceitunas se quedara sin recoger por su escasa rentabilidad. A partir de ahí, la cotización empezó a recuperarse de forma paulatina, pero en las últimos ejercicios fueron las adversidades meteorológicas, sobre todo las registradas el año pasado, las que redujeron la producción a mínimos, impidiendo aprovechar ese repunte.

Pues bien, toda esta conjunción de factores había situado al sector contra las cuerdas, poniendo en riesgo, incluso, su continuidad. Pero las cosas han cambiado de manera radical en la actual campaña, tanto en lo que respecta a la cosecha como, sobre todo, a los precios. En lo que respecta a la producción, la provincia va a recolectar algo más de media cosecha, con una distribución irregular. Mientras en la zona de la Vega Baja y el Vinalopó la cantidad de aceitunas es más bien discreta, en las comarcas del norte, como son El Comtat, l’Alcoià y la Marina Alta, se han dado las condiciones adecuadas para que se alcancen volúmenes nunca vistos. Eso va a propiciar que, de manera global, se generen unas 8.000 toneladas de aceite.

Con todo, la clave de la campaña va a estar en la cotización, toda vez que los bajos rendimientos de las plantaciones andaluzas, como consecuencia de la sequía, han propiciado que los precios del aceite a granel se disparen hasta los ocho euros el kilo, lo que traerá consigo, teniendo en cuenta el nivel de producción alcanzado, que el volumen de negocio de la provincia se sitúe cerca de los 64 millones de euros, una cifra nunca alcanzada hasta la fecha. De hecho, y en comparación con el ejercicio pasado, la diferencia es abismal, dado que con una cotización inferior y, también, con una cosecha mucho más discreta, apenas se alcanzaron los diez millones de euros.

Alivio

Según explica Hugo Quintanilla, productor de la firma Señoríos del Relleu, en la presente campaña «contamos con unos precios tres veces superiores a la media que hemos tenido en los últimos tiempos, lo que, sin duda, supone todo un alivio tanto para los agricultores como para las almazaras». El problema, reconoce, son las consecuencias que esta subida de los precios puede tener a efectos de consumo.

Y es que, según los datos que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE) con relación al Índice de Precios al Consumo (IPC), el aceite se ha encarecido más de un 50 % en términos interanuales, lo que supone que en la actualidad se está pagando en los comercios a razón de alrededor de unos 10 euros el litro. Se trata, con diferencia, del alimento que más ha subido, puesto que a mucha más distancia se sitúa el 14 % de la carne de porcino, el 11% del agua mineral, los refrescos y los zumos, y el 10 % del azúcar, los cereales o la leche. El avance de la inflación general para este mes de noviembre apunta a un descenso de tres décimas, hasta el 3,2 %, gracias a la bajada de los carburantes y al menor aumento de los alimentos, aunque todavía no hay una estimación respecto al comportamiento del aceite.

Sea como fuere, todo apunta a que se mantendrá en niveles parecidos a los actuales, lo que, destaca Joaquín Sempere, responsable de la almazara El Tendre, de Elche, «supone un riesgo, porque en el complicado contexto económico en el que nos encontramos se pueden perder clientes. Habrá consumidores que opten por los aceites de girasol o de semillas, y luego es difícil recuperarlos».

Por su parte, José Miguel Ferrando, de la Almàssera de Millena, no se atreve a pronosticar lo que pueda pasar con los precios de cara al próximo año. «Como siempre -indica- va a depender de la cosecha que tenga Andalucía, y de momento las lluvias no llegan, lo que está sometiendo a un estrés hídrico a los olivos que no hace presagiar nada bueno».

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