La agricultura provincial suma 3.700 hectáreas en barbecho en un año a causa de la sequía

La superficie de las tierras que permanecen inactivas se ha incrementado hasta las 23.200, en un ejercicio en el que cultivos como los cereales, los cítricos o la uva han sufrido importantes retrocesos

Campo de cereales en estado de abandono en la comarca de l'Alcoià.

Campo de cereales en estado de abandono en la comarca de l'Alcoià. / Juani Ruz

M. Vilaplana

M. Vilaplana

La sequía, así como las elevadas temperaturas, están causando estragos en la agricultura de la provincia de Alicante, y eso está empezando a tener su reflejo en las estadísticas. Y es que la superficie de las tierras en barbecho se ha incrementado en el año que acaba de finalizar en 3.738 hectáreas, lo que ha dejado el total en 23.207. Una prueba más que evidente de que los agricultores, a causa de las cada vez más extremas condiciones climáticas, encuentran grandes dificultades para sacarle rentabilidad a los campos, hasta el punto de que, en muchos casos, acaban abandonados. Pero la cosa no se queda ahí, dado que estos mismos factores son los que están provocando una importante regresión de determinados cultivos, principalmente los cereales, los cítricos o la uva, entre otros.

El cambio climático ha llegado para quedarse, y esa realidad creciente está teniendo efectos muy negativos para la agricultura, dado que, como se ha venido apuntando, cultivos tradicionales como las cerezas, los cereales, las sandías y las granadas, además de la variedad autóctona de las alcachofas, se encaminan paulatinamente hacia la extinción ante el fuerte descenso de la producción que vienen acumulando en las últimas campañas. Pero no son los únicos que sufren las consecuencias de la falta de lluvia y de la subida de los termómetros, dado que la mayor parte están registrando mermas en sus cosechas, lo que se traduce en un creciente abandono de las tierras.

Así se pone de manifiesto en la última encuesta de superficies y rendimientos de los cultivos elaborada por la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca, que si bien refleja que la superficie total de los cultivos se incrementó en 2023 con relación al año anterior, pasando de 158.277 a 159.303 hectáreas, también se pone de manifiesto que los campos que permanecen en barbecho, es decir, aquellos en los que no se está sembrando ningún producto, ha crecido desde las 19.469 hectáreas a 23.207.

Y los que han contribuido más al abandono son los cereales, que han perdido 2.390 hectáreas, en una regresión que ha dejado reducido este cultivo a la mitad. De hecho, se trata una de las producciones agrícolas que viene acusando de forma más aguda la extrema sequía, hasta el punto de que la campaña del año pasado prácticamente fue nula. De cara a la actual, muchos han optado por dejar en barbecho los campos, mientras que los que están plantando, lo están haciendo simplemente para no perder las ayudas que llegan desde la Unión Europea.

Ya a mucha más distancia se encuentran los cítricos, que en un año han perdido 765 hectáreas, hasta dejarlas situadas en 33.487. La situación de este cultivo no es tan alarmante, aunque también la ausencia de precipitaciones, unida a los recortes en el trasvase Tajo-Segura, está dificultando el mantenimiento adecuado de los cultivos.

Los viñedos también están acusando un notable retroceso, al perder 464 hectáreas y quedarse en 11.800. En este caso la regresión se viene produciendo de forma sostenida en los últimos años, y aparte de la sequía, también están influyendo otras cuestiones como la falta de relevo generacional y los proyectos de plantas solares, tal y como se han encargado de poner de manifiesto desde la Denominación de Origen Protegida Vinos de Alicante.

Otros descensos significativos son los que han registrado cultivos como los tubérculos, con 396 hectáreas menos que dejan la cifra total en 655; o los frutales no cítricos, que pierden 270 para situarse en 37.418.

En el lado contrario, es decir, en el de los cultivos que han ganado superficie, destacan las 569 hectáreas que ha ganado el olivar, justo en un año en el que los precios del aceite de oliva se encuentran por las nubes, lo que ha permitido alcanzar las 31.117. También se incrementa la extensión de los campos de hortalizas y flores, con 635 hectáreas que elevan la cifra total a 9.660. Destacan, por otra parte, las 348 hectáreas de leguminosas, cuando el año anterior no había ni una sola, y también la progresión al alza de los huertos familiares, que ganan 127 para situarse en 3.160.

Desde La Unió, su secretario general, Carles Peris, ha destacado la necesidad de aplicar políticas que faciliten la actividad agraria y eviten el abandono de cultivos. Así, ha criticado que el gobierno autonómico rechazara las enmiendas presentadas por la organización a los presupuestos del Consell, por valor de 9,9 millones de euros, que incluían medidas socioeconómicas tanto para agricultores como para ganaderos.

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