Cuatro de cada diez viviendas de la provincia son segundas residencias o están vacías

Las casas destinadas a residencia habitual son minoría en 61 de los 141 municipios de la zona

Guardamar es la población con mayor porcentaje de inmuebles de turismo residencial

Urbanizaciones de segundas residencias en la costa de Orihuela.

Urbanizaciones de segundas residencias en la costa de Orihuela. / Tony Sevilla

David Navarro

David Navarro

La provincia de Alicante cuenta con más de 1.350.000 casas construidas, pero solo algo más de la mitad están destinadas a vivienda habitual. El resto, hasta un 44% del total, son principalmente segundas residencias y, en menor medida, inmuebles vacíos. Se trata de un porcentaje muy superior a la media nacional –que se sitúa en el 30%- y que refleja claramente el peso que el denominado turismo residencial tiene en la zona, tanto desde el punto de vista económico, como urbanístico.

Así lo reflejan los últimos datos publicados por el Instituto Valenciano de Estadística en base al Censo de Población y Viviendas de 2021, que también revela que son las viviendas vacacionales las que más han crecido en la última década, desde que se hizo el anterior estudio. En total, en este tiempo el parque inmobiliario alicantino se ha incrementado en 75.910 inmuebles, de los que sólo 15.732 se ha convertido en vivienda habitual, mientras que otras 60.178 ha ido a parar a la categoría de lo que el censo denomina como "viviendas no principales".

La situación resulta especialmente llamativa en muchas poblaciones de la costa y también en los pequeños municipios del interior, donde el volumen de casas destinados a usos turísticos o que permanecen vacías superan con creces a las utilizadas como vivienda habitual. Una situación en la que ya se encuentran hasta 61 de los 141 municipios con los que cuenta la provincia.

Por ejemplo, en Benidorm las segundas residencias representan el 51% del parque de viviendas; una cifra que asciende hasta el 54% en El Campello; o el 55% en Xàbia. En Calp, Dénia, Orihuela, Santa Pola, Pilar de la Horadada se supera el 60%, pero la población que se lleva la palma en este terreno es Guardamar del Segura, donde representan el 73,3% el total. O dicho de otra forma, apenas una de cada cuatro casas del municipio está ocupada durante todo el año.

Unas cifras que contrastan con las que presentan Alicante, donde a pesar del peso que tiene la playa de San Juan las viviendas no principales sólo suman un 27,6%; Alcoy, donde son el 27,3%; Elche, donde suponen 23,7%; o Elda, con un 23,5%.

Uso de la vivienda en las principales poblaciones de la provincia.

Uso de la vivienda en las principales poblaciones de la provincia. / Información

Inyección económica

A pesar de las voces críticas que despierta este modelo –al que muchos responsabilizan de la subida de precios que ha experimentado el metro cuadrado en los últimos años y las complicaciones de acceso a la vivienda que tienen los jóvenes-, los expertos recuerdan que también suponen una de las fuentes de ingresos más importantes para la economía alicantina. "El turismo residencial supone un redistribución de renta muy importante desde otras zonas del país y de Europa hacia la provincia de Alicante, lo que contribuye a elevar el nivel de vida de la zona", recuerda la catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante Paloma Taltavull. La experta también destaca la "estabilidad" que aporta este modelo turístico, "como reflejan los flujos que registra el aeropuerto".

En la misma línea, el catedrático de Urbanismo de la UA Pablo Martí insiste en el beneficio económico que aportan las segundas residencias en muchos municipios en los que no existen grandes industrias ni otras actividades que puedan impulsar la economía. Eso sí, también cree que se debería hacer un estudio para conocer el uso real que se realiza de todos estos inmuebles para conocer su impacto y la rentabilidad de este modelo.

Urbanizaciones en Benitatxell.

Urbanizaciones en Benitatxell. / David Revenga

Por su parte, los responsables de los municipios afectados también ven más ventajas que inconvenientes en la masiva presencia de segundas residencias en su territorio, como señala el propio alcalde de Guardamar, José Luis Sáez. "Desde el punto de vista estrictamente municipal, la existencia de todas estas viviendas supone para el ayuntamiento un gran volumen de ingresos, sobre todo a través del IBI, que luego no requieren del mismo nivel de prestación de servicios que el resto a lo largo del año", apunta el edil. Así, el alcalde señala que el presupuesto del consistorio que preside –de unos 22 millones de euros anuales- es muy superior, de casi el doble, que el de otras ciudades cercanas de un tamaño similar, gracias a estos ingresos.

Eso sí, a cambio, según reconoce Sáez, hay muchas partes del municipio carentes de vida durante la mayor parte del año y, además, los precios de las casas son mucho más elevadas que en otras localidades cercanas con menor presencia de viviendas turísticas, lo que provoca cierto éxodo de población local a otras poblaciones que, eso sí, se compensa sobradamente con la llegada de nuevos residentes foráneos.