Masymas invierte en expansión: «No podemos parar. O crecemos o desaparecemos»

Juan Fornés Fornés SA, que opera en la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, cumple 43 años en plena etapa de crecimiento con 115 supermercados y 2.750 empleados

El director general de Masymas, José Juan Fornés, en uno de los supermercados.

El director general de Masymas, José Juan Fornés, en uno de los supermercados.

M. Vilaplana

M. Vilaplana

Todo empezó en 1981, cuando a José Juan Fornés, que acababa de concluir el servicio militar, se le ocurrió plantearle a su padre que transformase en una tienda la distribuidora mayorista de alimentación que regentaba en el municipio alicantino de Pedreguer. Ese fue el origen de la cadena de supermercados Juan Fornés Fornés SA, que, 43 años después, opera en la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia bajo la marca Masymas con 115 establecimientos y 2.750 trabajadores, y una facturación de 402 millones de euros. Y como al propio Fornés le gusta destacar, siempre bajo la filosofía de una empresa familiar en la que ya está presente la tercera generación y que pone en riesgo cada día su patrimonio para continuar creciendo, aunque de una manera racional y sostenible.

Y no fueron fáciles ni mucho menos los inicios, dado que, según explica el propio Fornés, director general de la compañía, «costó que esa primera tienda arrancase». «Antes todo era manual -prosigue-, tenías que poner los precios a mano, nada a lo que hoy en día estemos acostumbrados. De cualquier forma, poco a poco fue tomando vuelo y en apenas seis años incorporamos dos nuevos supermercados, uno en el propio Pedreguer y otro en Oliva».

Decisión acertada

Fue solo el anticipo de un proceso de expansión que ya resultaría imparable y en el que tuvo mucho que ver el rumbo tomado por la central de compras Centra, ubicada en Madrid, a la que pertenecía. «En un momento dado -recuerda- se acordó crear una marca paraguas para todos los asociados, como fue Masymas, en lo que después se ha visto que fue una decisión muy acertada».

Por aquel entonces eran 30 socios, pero en la actualidad solo quedan tres, siendo Juan Fornés Fornés la empresa que cuenta con un mayor número de supermercados. Las otras dos son Hijos de Luis Rodríguez, de Asturias, y Luis Piña, de Jaén. Y todas ellas son compañías que operan de manera totalmente independiente, más allá de que forman parte de la misma central de compras, Euromadi, radicada en Esplugues de Llobregat (Barcelona).

Clientes adquiriendo productos en una tienda de Masymas.

Clientes adquiriendo productos en una tienda de Masymas. / INFORMACIÓN

A lo largo de todos estos años, Juan Fornés Fornés ha logrado hacerse un hueco en un entorno altamente competitivo en el sector de la distribución alimentaria, hasta convertirse en la tercera cadena valenciana de supermercados, solo por detrás de gigantes como Mercadona y Consum. ¿El secreto? El director general lo explica: «Lo que hacemos es intentar diferenciarnos apostando por un surtido muy amplio de productos de calidad, en el que el cliente tenga la capacidad de elegir». También por una atención personalizada, para que, añade, «los compradores puedan escoger el grosor de un filete o que les puedan hacer el arreglo de un puchero a su gusto».

La imagen y los servicios que se ofrecen los clientes también han cambiado, toda vez que la empresa, destaca, ya no abre tiendas en plantas bajas, sino que apuesta por edificios singulares con aparcamiento, al tiempo que incorpora nuevas secciones como la de cocina, donde a diario se elaboran platos caseros para llevar basados en la dieta Mediterránea.

Y todo ello, por supuesto, sin olvidarse de los precios, de manera que sean competitivos. «Tenemos un observatorio que vigilamos a diario para saber qué hacen nuestros competidores. En ningún caso podemos vender más caro», explica Fornés, quien resalta, además, que el informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en su boletín del pasado mes de septiembre, se refería a Masymas como la cadena que menor incremento de precios había aplicado desde la irrupción de la inflación.

Y reconoce que no ha sido fácil, porque califica 2023 como un año muy duro por la subida generalizada de unos costes que, subraya, «ni mucho menos» han repercutido ni de lejos en los precios de los productos. «Ante cada decisión que hay que tomar, nos ponemos en la piel del consumidor y tratamos de obrar en consecuencia», argumenta el empresario. 

Todo ello, además, en un contexto que ha estado protagonizado por las protestas de los agricultores, que, entre otras cuestiones, se quejan de la diferencia de lo que les pagan por sus frutas y verduras y los precios que se fijan en las tiendas. Pero Fornés pide que se saque a los supermercados del punto de mira. Según sus palabras, «en medio hay muchos procesos, como la recolección, el transporte, la clasificación, el almacén y la logística; al final, nuestro margen comercial es muy escaso, de entre un 1% y un 3% de beneficios». Y añade, en este sentido, que no tiene ninguna duda de que hay que defender a los agricultores, y que en su cadena de supermercados lo intentan hacer comprando productos de cercanía. «Pero hay que cambiar el discurso. No es verdad que nosotros nos llevemos las ganancias», asevera.

Resultados

La compañía acaba de hacer públicos los resultados correspondientes al año pasado, ejercicio que cerró con una facturación de 402,6 millones de euros, lo que supone un incremento del 12,5 % en relación con 2022. Y entre las previsiones que se manejan para 2024, está programada una inversión de 15 millones para, entre otras cuestiones, proceder a la apertura de dos nuevos establecimientos, uno en Alicante ciudad y otro en el Grao de Castellón.

«Nosotros -enfatiza- no podemos parar: o crecemos o desaparecemos, pero siempre de una forma razonable y sostenible. Y eso pasa por reinvertir lo que generamos, poniendo a disposición de la empresa el patrimonio familiar». La compañía, de momento, no tiene previsto extender su presencia a otros territorios distintos a la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, pese a que ha tenido ofertas para ello. Según Fornés, «la logística, para nosotros, es muy importante, porque hay que tener en cuenta que tenemos que servir a todos los supermercados a diario y que, para ello, debemos contar con rutas coherentes. Nuestro modelo de crecimiento, por tanto, es el de una mancha de aceite».

Y, como no podía ser de otra forma, la sostenibilidad es otra de las cuestiones que tiene muy presente la compañía. En este sentido, se ha renovado la certificación Residuo Zero del almacén central, merced a la reutilización del 95 % de los residuos que se generan, al tiempo que este año se alcanzará la cifra de 41 tiendas con placas fotovoltaicas. Asimismo, a través de la app Too Good to Go contra el desperdicio alimentario, se han salvado en el último año nada menos que 93.000 comidas.

Todo ello en el marco de una política de fidelización, por medio de la cual ya son 223.000 hogares los que disfrutan de las ventajas de la tarjeta de cliente de Masymas, por medio de la cual se ha generado a los compradores un ahorro de 3,4 millones de euros.

Una filosofía, en conjunto, cuya continuidad está asegurada con la entrada en la empresa de la tercera generación familiar, uno de los hijos de José Juan Fornés y dos sobrinos, que ya ejercen cargos de responsabilidad.

Continuar al pie del cañón pese a tener la edad de jubilación

José Juan Fornés es el gran artífice de la imparable progresión que ha tenido la cadena de supermercados Masymas en la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia en estos 43 años de trayectoria. Y todo gracias a su gran espíritu de emprendimiento. «Cursé la enseñanza básica y el bachillerato, y a partir de ahí lo que hice fue ampliar mi formación a través de diversos másteres relacionados con mi actividad», señala el director general de Juan Fornés Fornés, quien cultivó su conocimiento en el sector merced al trabajo desarrollado en las primeras tiendas que fue poniendo en marcha.

Y su dedicación a lo largo de todo este tiempo ha sido absoluta, con el aval de los resultados que se han ido consiguiendo. Una ardua tarea que no piensa abandonar, ni siquiera cumpliendo el próximo mes de octubre los 65 años que le permitirían acceder a la jubilación. Según sus palabras, «no pienso dar ese paso. Conservo la ilusión y me siento muy a gusto con mi trabajo. Tengo claro que mientras aporte valor a la empresa y sea útil, voy a continuar al pie del cañón». 

En cualquier caso, se muestra convencido de que la compañía tiene el futuro asegurado con la presencia ya de la tercera generación familiar. Uno de los que se ha incorporado es su hijo mayor; los otros dos, de 20 y 21 años, todavía están estudiando. A ellos hay que sumar una hija que, indica apenado Fornés, «está ya en el cielo».

Gran aficionado al mar, no duda a la hora de señalar que la navegación es la actividad que más le gusta y le relaja. Eso y «viajar, estar con la familia», concluye el empresario.