Los turistas dejan más de 1.600 millones de euros en los comercios de la provincia

Los visitantes alojados en segundas residencias concentran casi dos tercios de todo el gasto, según un informe de las Cámaras de Comercio

La cifra total aumenta un 14% en el último año

Un grupo de turistas en una parada del Mercado Central de Alicante.

Un grupo de turistas en una parada del Mercado Central de Alicante. / Álex Domínguez

David Navarro

David Navarro

Los hoteles o la restauración no son los únicos negocios que se benefician de la notable afluencia de turistas que recibe la provincia. Los visitantes llegados de otros lugares también suponen una importante inyección económica para el sector comercial alicantino, que en los últimos años, además, se ha visto especialmente beneficiado por la desestacionalización que empiezan a registrar algunos destinos, lo que contribuye a mejorar sus ventas en unos meses tradicionalmente más flojos, como son los del invierno.

De esta forma, sólo durante el año pasado los turistas se dejaron hasta 2.633 millones de euros en los establecimientos del conjunto de la Comunidad Valenciana, según el último Informe de la Distribución Comercial elaborado por la oficina del Pateco –un organismo dependientes del consejo autonómico de Cámaras de Comercio-, lo que supuso un incremento del 14,2% con relación a las cifras del ejercicio anterior.

De esta cantidad, casi dos de cada tres euros correspondieron al gasto realizado en tiendas de la provincia de Alicante, que, de esta forma, ingresaron hasta 1.624 millones de euros, de acuerdo con las estimaciones del mismo organismo.

En función de la tipología de estos visitantes, los más rentables para el sector comercial son los turistas que se alojan en segundas residencias, que acaparan hasta el 61,9% de la cantidad total, unos 1.631 millones de euros; frente al 19,2% que representan los clientes de los hoteles, con 506 millones; y los que se alojan en campings, casas rurales o apartamentos turísticos, que suponen otro 18,8% y 496 millones.

Además de ser más numerosos, esta diferencia se explica por el hecho de que los visitantes que se alojan en segundas residencias reproducen en gran parte en su destino el mismo modelo de compra que realizan en su lugar de residencia y tienen que adquirir todo lo que necesitan durante su estancia. De ahí que el comercio de alimentación sea el más beneficiado por este flujo de dinero, como bien saben las principales cadenas de supermercados, que todos los años refuerzan el personal de sus establecimientos en la costa durante la temporada alta, para hacer frente a este aumento de la demanda.

Una turisma mira una de las paradas de la Explanada, en Alicante.

Una turisma mira una de las paradas de la Explanada, en Alicante. / Jose Navarro

En total, el año pasado los turistas se dejaron hasta 1.584 millones en compras de alimentos y bebidas en toda la Comunidad Valenciana, lo que supuso un incremento del 14,9%, según los técnicos del Pateco. Por su parte, los productos de tecnología, ocio y culturase llevaron otros 548 millones de euros, un 13,5% más; mientras que la ropa y el calzado sumaron un gasto de 341 millones, con un aumento del 12,4%; y los productos para el hogar representaron otros 161 millones de euros, un 13,4% más.

Como es lógico, los porcentajes que se destinan a cada una de estas partidas varía mucho en función del alojamiento escogido. Así, mientras que el gasto en alimentación supone hasta el 65% del presupuesto para quienes eligen una segunda residencia, sólo es el 34% para los clientes de los hoteles. Por el contrario, estos son los que más destinan a ropa y artículos de cuidado personal, el 28,7% de su gasto total, que solo supone el 10% para los anteriores.

Valoración

Desde la Federación Alicantina del Comercio (Facpyme) valoran muy positivamente esta evolución del gasto de los turistas en el sector y destacan que supone «una inyección económica muy importante para el sector», tal y como señala su vicepresidente segundo y presidente del Colectivo de Comerciantes por Alicante, Vicente Armengol.

A este respecto, el representante empresarial también destaca, especialmente, los beneficios que empieza a obtener el sector gracias a la desestacionalización que experimenta la llegada de visitantes en destinos como Benidorm –donde esto ya ocurre desde hace décadas- y, sobre todo, Alicante. «Esta presencia constante de turistas está ayudando a dinamizar unos meses que tradicionalmente eran muy flojos, como los de febrero y marzo», explica Armengol.

Una realidad que tampoco se escapa a los propios autores del informe, que destacan el «gran potencial» que supone para la actividad esta auge del turismo urbano durante los meses de teórica temporada baja.

Además, a lo anterior hay que añadir que se trata de un gasto que, a diferencia de lo que ocurre con la clientela local, no se está trasladando a internet, ya que la compra física forma parte de la experiencia del viaje, como puede comprobarse en muchos establecimientos de la capital cada vez que se produce la llegada de un crucero.

Sólo durante el año pasado, la provincia de Alicante recibió 14,5 millones de turistas tanto nacionales, como internacionales, que realizaron 109,9 millones de pernoctaciones.

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