La sequía suma y sigue: reduce la cosecha de almendras en Alicante un 60 % y causa pérdidas de ocho millones

La falta de lluvias, unida a un invierno de cálidas temperaturas, ha restado 1.800 toneladas a la producción provincial. El aumento de las importaciones también está afectando a los precios

Escasa produccion en un campo de almendros del término municipal de Planes.

Escasa produccion en un campo de almendros del término municipal de Planes. / Juani Ruz

M. Vilaplana

M. Vilaplana

La sequía está teniendo efectos catastróficos sobre la agricultura de la provincia de Alicante. El último sector en sumarse a la lista de damnificados es el de la almendra, que ha visto cómo la cosecha se ha reducido un 60 %, también por las cálidas temperaturas del invierno, generando pérdidas cercanas a los ocho millones de euros. Nada menos que 1.800 toneladas menos son las que van a recoger esta campaña los agricultores, en un contexto, además, en el que los precios también van a la baja debido al imparable aumento de las importaciones.

Alcachofas, nísperos, cereales, uva, cerezas, brevas... Son solo algunos de los cultivos que han sufrido el impacto de la persistente sequía que afecta al campo alicantino. Un listado al que se le va a sumar la almendra, que también ha sufrido los estragos de la ausencia de precipitaciones. Así lo señala Juan Pastor, responsable sectorial de La Unió, quien destaca que esta campaña apenas se va a poder recolectar un 40 % del potencial productor de la provincia. 

Según sus palabras, «todo se ha puesto en contra. Desde la sequía hasta la calidez de las temperaturas, que ha provocado que la flor caiga de los árboles. En los campos de secano apenas se va a poder recolectar nada, mientras que en el regadío también hay mermas debido a la falta de frío».

La recolección, además, va a llegar con adelanto, a principios del mes de julio, debido, asevera Pastor, a que «ese calor acelera el ciclo de la almendra. El cambio climático nos está llevando a situaciones muy complicadas».

La cosecha de almendra se va a mover en niveles muy bajos.

La cosecha de almendra se va a mover en niveles muy bajos. / Juani Ruz

En parecidos términos se expresa José Vicente Andreu, presidente de Asaja Alicante, quien destaca que hay comarcas, como la de la Vega Baja, en la que se ha perdido prácticamente el 100 % de la cosecha. Según sus palabras, «la situación es muy complicada, porque el clima tan adverso ha impedido la brotación. De hecho, hay lugares en los que los árboles se están muriendo, debido a que están sometidos a un estrés hídrico brutal».

Por si todo esto fuera poco, las explotaciones también se encuentran sometidas a una alarmante falta de rentabilidad. Así lo asegura Ricardo Beltrán, portavoz del sector en La Unió a nivel autonómico, destacando que «los precios de la campaña pasada fueron un 60 % inferiores a los que se pagaban hace apenas diez años, en un contexto en el que la llegada de almendras de California va al alza». En concreto, y según la organización agraria, desde 2010, las importaciones a la Comunidad Valenciana se han incrementado en 45 %, lo que ha tenido un impacto directo sobre la cotización de las almendras.

Y responsabilizan de esta situación a grandes empresas de la propia Comunidad que, lamentan, cada año reducen su compra de almendra autóctona en favor de la importada. «Los productores de aquí reciben cada vez menos dinero por su esfuerzo de cultivar, mientras que otros se llenan los bolsillos recibiendo, además, dinero público para sus inversiones», denuncia Beltrán.

En este sentido, La Unió va a trasladar a la Conselleria de Agricultura una batería de medidas para minimizar los efectos relacionados con la grave situación climática. En este sentido, la entidad propone una partida para poder replantar los árboles muertos por la sequía, la revisión y actualización de datos de pluviometría para que haya más zonas productoras que se puedan acoger a las ayudas acopladas de la PAC de frutos secos, y unas dotaciones mínimas de agua, a través de pozos de sequía, para salvar aquellos almendros que se encuentran en fase casi terminal.

También desde Asaja se reclama la habilitación de ayudas para los cultivos afectados por la sequía, teniendo en cuenta, indica José Vicente Andreu, que «los módulos fiscales no tienen en cuenta la grave situación».

Las plagas son la otra gran amenaza para los cultivos

Por si lo de la sequía no fuese suficiente, el sector de la almendra también se enfrenta a las plagas, que igualmente están causando estragos en los cultivos. Una de ellas es la avispilla, que se está cebando, principalmente, sobre los campos del Vinalopó. Según explica Juan Pastor, de La Unió, para combatirla son necesarios, como mínimo, dos tratamientos al año, y el problema, según destaca, «es que no todo el mundo los realiza, y mucho menos los que tienen los campos abandonados».

La otra gran amenaza es la xylella fastidiosa, una bacteria que está obligando a arrancar miles de árboles en el norte de la provincia ante la desesperación de los agricultores afectados, que vienen reclamando que se pase del actual plan de erradicación a otro menos agresivo de contención.

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