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Un negocio con músculo

Empresas como Sprinter, J’Hayber, Pavyflex o Thalasia son un ejemplo de lo que mueve ya la economía del deporte, de la que viven más de 3.900 compañías en la Comunidad Valenciana

De izquierda a derecha, Pablo Olabe (Thalasia), Silvestre Segarra (Sprinter), Sergio Serrano y Laura Vicente (Gesem), Javier Navarro (Plaginsa) y Rafael Bernabeu (J’Hayber), en la sede de la consultora ilicitana donde se celebró la reunión empresarial.

Para muchos es poco más que un entretenimiento, pero todo lo que rodea a la práctica deportiva es una gigantesca industria que ya mueve casi 16.000 millones de euros de forma directa en España, según los últimos datos del INE, y que supone la ocupación principal de cerca de 37.000 empresas en todo el país, entre gimnasios, clubes, fabricantes de ropa y equipamiento o comercios especializados. Un enorme pastel en el que la Comunidad Valenciana copa algo más de un 10% de todo el negocio, con más de 3.900 sociedades vinculadas de una forma u otra a este tipo de actividades, que cada vez cobran mayor peso en los presupuestos familiares y que, además, han salido reforzadas con la pandemia.

Y es que , aunque no ha logrado librarse del impacto del covid -no hay que olvidar que las instalaciones deportivas han sufrido restricciones tanto o más severas que las de la hostelería, y que las tiendas de deporte también padecieron los rigores del confinamiento-, lo cierto es que la crisis sanitaria ha despertado un nuevo interés por la salud y que la falta de otras alternativas de ocio ha disparado el número de personas que se animan a realizar algún tipo de actividad, aunque sea solo caminar. Ahora la gran duda está en saber si la tendencia se consolida o si, cuando llegue la ansiada normalidad, todo este efecto se diluirá.

«Se suele decir que, cuando mantienes durante 30 días algo, lo conviertes en un hábito y ahora llevamos bastante más tiempo en esta situación. Hay mucha gente que seguirá porque, además, ha descubierto que cuidarse y hacer deporte no está reñido con darse un capricho o con otras costumbres», asegura Silvestre Segarra, uno de los socios fundadores y actual director Multicanal de Sprinter, durante un encuentro con empresarios del sector organizado en las instalaciones de la consultora ilicitana Gesem, que dirige Laura Vicente.

La pandemia ha disparado la práctica deportiva y los empresarios confían en que esta tendencia se consolide, una vez recuperada la normalidad sanitaria

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La cadena de tiendas deportivas, ahora controlada por la británica JD Sports, es, sin duda, uno de los mayores exponentes de este negocio en la provincia de Alicante y en todo el país, con una facturación que en 2018 superó los 280 millones de euros. Desde su instalaciones en el polígono de Las Atalayas de Alicante, la firma distribuye sus productos a los más de 150 establecimientos que tiene en toda España y Portugal, aunque durante la pandemia ha sido la división online la que más ha crecido. No en vano, a nivel general del sector, el comercio electrónico ha pasado de ostentar una cuota del 14,1% al 25,4% en la venta de prendas deportivas, según los datos de la consultora Kantar. En el caso de Sprinter, la firma confía en este canal para iniciar su «desarrollo internacional», según explica el ejecutivo.

Aunque la pandemia haya supuesto un nuevo impulso, Segarra recuerda que el auge de la moda deportiva viene de lejos. De hecho, la propia Sprinter nació en 1995, cuando sus fundadores decidieron apostar por este formato especializado ante el peso que estaban adquiriendo las zapatillas en las zapaterías que regentaba la familia. Desde entonces, la firma ha evolucionado con los hábitos del consumidor y una de sus últimas apuestas ha sido la creación de Sprinter Pass, un gimnasio online con el que la compañía se suma a la moda del deporte en casa, pero conectados en comunidad a través de la red.

De las zapatillas a las pistas

La provincia, y más concretamente Elche, también tuvo un peso muy significativo en la industria del deporte en los años ochenta y noventa, cuando se convirtió en el epicentro de la industria del calzado deportivo, con marcas como Kelme, Paredes o J’Hayber. La presión de las multinacionales les restó protagonismo y cuota de mercado, a medida que avanzó la globalización, pero la mayoría de las firmas locales logró sobrevivir de una forma u otra.

En el caso de J’Hayber, la firma supo mantenerse en el segmento de la moda deportiva de uso diario -la moda casual, como suele denominarse-, pero también encontró su nicho entre los deportistas activos gracias a su línea especializada en pádel, donde la competencia de las firmas internacionales es menor, según explica el hijo del fundador de la firma y actual responsable, Rafael Bernabeu. Una apuesta que ahora ha rentabilizado, ya que el pádel es uno de los deportes que ha salido reforzado con la pandemia. «Con la crisis han aparecido en los clubes nuevos usuarios, gente de una franja de edad de entre 20 y 30 años que antes no se interesaba por este deporte y que ahora lo ven también como una forma de socializar», asegura Bernabeu.

Igualmente, la firma ilicitana ha visto reforzada otra de sus divisiones, la que se dedica al diseño y construcción de instalaciones deportivas, como las propias pistas de pádel, canchas de tenis o campos de fútbol, y que fue la responsable, por ejemplo, de construir estos equipamientos en la Universidad Miguel Hernández, junto a Ecisa. «Se está produciendo un auténtico boom y tenemos hasta problemas para atender las peticiones. Sólo en las dos últimas semanas hemos hecho más de 20 pistas para Italia y otra decena para Suecia», asegura Bernabeu. Entre los proyectos más significativos que recientemente ha abordado la firma está la construcción de 14 pistas en el Globen Padel, de Estocolmo.

También ha encontrado en el deporte una vía de diversificación el fabricante de planchas de goma Plaginsa. Aunque el grueso de su producción se destina a la fabricación de suelas de zapato, desde hace unos años decidió crear una división -Pavyflex- especializada en suelos para gimnasios, un negocio que ya aporta alrededor del 20% de su facturación, según su director general, Javier Navarro.

Con la pandemia y la limitación de la actividad de los gimnasios, la firma ha visto cae su actividad en España, aunque ha seguido exportando a buen ritmo a los países de Oriente Medio. Pero, sobre todo, ha registrado un salto espectacular en las ventas por internet para particulares que querían usar sus pavimentos en casa, hasta el punto de que la firma desarrolló nuevos productos para atender esta demanda. «Hablamos de crecimientos del 300% y el 400%», recalca el empresario, que se muestra convencido de que algo de este crecimiento se mantendrá en el futuro, una vez que pase la crisis sanitaria.

A este respecto, Navarro apunta que en el propio sector zapatero se está notando una caída de la demanda de suelas para zapatos de tacón en favor de modelos «más planos y flexibles».

Variedad de edades

Más allá del comercio o la industria, otro de los sectores que ha crecido notablemente en los últimos años y para el que hay buenas previsiones es el de los centros de rehabilitación y de tratamientos de salud y bienestar. «Hace unos años el cliente tipo de un balneario o un centro wellnes era el de una persona de avanzada edad, que iba allí con su albornoz. Ahora cada vez hay un público de edades más variadas, que lo busca es mejorar su salud y su calidad de vida», explica el fisioterapeuta y osteópata Pablo Olabe, que ha trabajado en centros como el Sha y que actualmente desarrolla su labor en Thalasia, en San Pedro del Pinatar. Olabe cree que la provincia y todo el Mediterráneo español reúne las mejores condiciones posibles para potenciar este turismo de salud y deportivo, que cree que tendrá cada vez mayor peso, como también lo tienen ya el turismo gastronómico o el cultural.

Gesem espera captar 15 millones con un fondo de inversión especializado

El auge de la industria del deporte y la salud ha llevado a la ilicitana Gesem, la única agencia de valores de la Comunidad, ha lanzar al mercado un fondo de inversión especializado, con el que aspira a mover una cantidad de entre 15 y 20 millones de euros en el plazo de tres años, según explica su director, Sergio Serrano. Un fondo que invertirá en compañías cotizadas de todo el mundo que tengan vinculación con esta actividad, con el objetivo de beneficiarse de la tendencia al alza de este negocio. «Llevábamos tiempo madurando la idea y creemos que ahora es un buen momento para arrancar», señala el ejecutivo. Al respecto, el responsable de Gesem señala la existencia de dos grandes tendencias a nivel mundial que garantizan recorrido a las firmas del sector. Por un lado, la progresiva incorporación de la población china a la práctica deportiva, con sus más de 1.400 millones de habitantes. Y, por el otro, el aumento de las mujeres que también se interesan por la actividad física, lo que también supone un factor de crecimiento considerable.

La visión del fondo es amplia y no sólo abarca las compañías con una relación más directa, como Nike o Adidas -algunas de las primeras inversiones que han realizado-, sino también las relacionadas con la salud, o con los e-Sports, como Tecent, que también han incorporado ya a su portfolio. Otro de sus focos serán las empresas tecnológicas con aplicaciones en el bienestar y la salud. El fondo Gesem W-Health & Sports cuenta en su comité asesor con el director Multicanal de Sprinter, Silvestre Segarra.

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