Laura Soler (Alicante, 1980) sabe mucho de romper barreras. En el año 2007 se convirtió en la primera persona con discapacidad en conseguir un acta de concejal en el Ayuntamiento de Alicante y, desde 2019, también es la primera diputada autonómica en acceder al hemiciclo en silla de ruedas. Cuando la pandemia obligó a todo el planeta a confinarse, quiso contactar con todas las personas que había conocido en sus viajes por el extranjero para ver cómo en encontraban. Entre ellas, el director de la Oficina de Inclusión del Instituto Tecnológico de Monterrey (México), Jorge Ayala, que le propuso colaborar en diversas iniciativas que desarrollaban sobre covid y discapacidad. Fruto de aquellos contactos, y a pesar de los 9.000 kilómetros de distancia, Soler acabó impartiendo clases vía internet en el centro mexicano y participó junto a Ayala en diversos cursos de formación para los miembros de los nuevo comités de inclusión que empiezan a incorporar mucha firmas del país azteca. Una experiencia de la que ahora nace el Manual de Inclusión y Diversidad en la Empresa, una guía de carácter muy práctico y didáctico, para facilitar a las compañías esta tarea. Una obra en la que también ha participado la especialista Mariana Cano, y que se presentará el próximo 13 de junio, a las 19 horas, en la Sede de la UA en la ciudad de Alicante.

¿Por qué creen que era necesario este manual para las empresas?

En realidad, empezamos con unas hojas para los cursos de inclusión que dábamos para en las empresas y fue mi padre -Emilio Soler- quien lo vio y dijo que por qué no lo publicábamos. Lo hicimos pensando más en México, porque allí están en un momento en que la inclusión está muy en boga y están formando comités en las empresas para fomentar este tema, y mi sorpresa ha sido ver la acogida que está teniendo aquí. Porque hay manuales de cientos de páginas, pero un empresario quiere algo directo, concreto. Quiere saber qué tiene que hacer y cómo, y es lo que intentamos reflejar en el manual.

¿Cuál es el diagnóstico? ¿Cómo es el mercado laboral para las personas con discapacidad?

Lo veo muy, muy complicado. Somos un país donde la integración de las personas con discapacidad está muy centrada en el empleo público -que está muy bien y ayuda mucho- pero, hasta que la empresa privada no se involucre realmente en la inclusión, nos vea como una oportunidad de negocio y vea que también podemos aportar a la compañía, será muy difícil. Algunas empresas ya nos han empezado a visibilizar como clientes y han empezado a sacarnos en sus campañas o a hacer accesibles sus locales. Ahora necesitamos que vean también nuestro potencial como trabajadores.

¿Qué es lo que falla en estos momentos? ¿Hacen falta más ayudas públicas?

Creo que hay ayudas, pero que muchas veces no se conocen. O, simplemente, como parece que es algo que asusta y que hay tantas cosas que hacer, no me atrevo y no doy el paso. A mí me parece que hay mucho desconocimiento.

Siempre lo digo: mi dinero vale igual que el de los demás, pero aún no se han dado cuenta. Todavía no me he visto reflejada en un anuncio

¿Sería partidaria de aumentar las cuotas obligatorias de personal con discapacidad en las empresas?

Me parecería estupendo. Todo lo que sea abrir puertas, no voy a ser yo la que lo niegue. Ojalá algún día no sea necesario, pero, de momento, está claro que hace falta, sólo hay que ver los datos de desempleo: el 62% de los jóvenes con discapacidad está parado. Pero también creo que, más allá de aumentar cuotas, hay que hacer campañas de sensibilización entre los empresarios, y de formación a las personas con discapacidad para que también se acerquen a las empresas y que no haya miedo. En México, por ejemplo, está funcionando mucho la Responsabilidad Social Corporativa y el hecho de decir: «Si los queremos como potenciales clientes y queremos que formen parte de nuestra marca identitaria, también tenemos que incluirlos en nuestro trabajo y en nuestra empresa». En ese aspecto, es una mentalidad muy americana. Aquí lo que hay es mucho desconocimiento.

¿Las nuevas tecnologías pueden ayudar a superar la discriminación que sufren las personas con discapacidad en el mercado laboral?

Sí, ayudan mucho. Con la pandemia se ha desarrollado mucho todo el tema de las vídeollamadas y el teletrabajo, que puede ser muy positivo. Siempre cuento que yo pude hacer una tesis doctoral gracias al Dragon Naturally Speaking, el programa de dictado de voz, que ahora ni siquiera sería necesario porque el teclado de Google ya lo hace. Creo que nos facilita la vida muchísimo y también al empresario, porque es más sencillo adaptar los puestos de trabajo.

La experta en inclusión, Laura Soler. Jose Navarro

Desde el punto de vista político, ¿estamos avanzando o se está produciendo un retroceso?

Quiero creer que estamos avanzando, pero, obviamente, hay un partido que lo que pretende es que vayamos para atrás y ahí está la muestra. A mí me parece gravísimo que a estas alturas se le diga a una diputada: «La voy a tratar como si usted fuera normal, no voy a ser paternalista» [se refiere al comentario del vicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo, de Vox, hacia la diputada socialista Noelia Frutos]. Perdone, estoy aquí en las mismas condiciones que usted, soy una persona absolutamente igual que usted y estoy aquí porque me han votado los ciudadanos. No necesito ese comentario, el que lo necesita es usted. A mí en las Cortes me han llamado disminuida los de Vox y me han llamado necesitada. Afortunadamente, más allá de estos apuntes, la sociedad reacciona. Pero yo le pido a esa gente que, sin darse cuenta apoya a esos partidos de ultraderecha, que se dé cuenta de que está apoyando que nos marginen. Hay que ser conscientes del poder que tiene el voto.

El lenguaje inclusivo es importante porque muestra la realidad en que vivimos

Más allá de la inclusión de las personas con discapacidad, el manual habla de la diversidad de género, LGTBIQ+, étnica e, incluso, intergeneracional. ¿Qué aporta la diversidad a la empresa?

La diversidad aporta una muestra de lo que es la sociedad. Aporta capacidad de generar equipos, de crear vínculos y de abrir la mente a nuevas experiencias. Si la empresa no es diversa, todo gira en torno al mismo discurso, al mismo tipo de público. Cuando te abres a la diversidad, empiezas a conocer otras realidades, que te abren nuevas oportunidades como empresa y como persona. Genera nuevas oportunidades de negocio. En los ochenta lo normal era que en los anuncios de lavavajillas sólo aparecieran mujeres, ahora sería un escándalo, porque los tiempos cambian. Los modelos de familias son cada vez más diversos y también es importante la diversidad intergeneracional. Un joven puede aportar a la empresa un gran dominio de internet, pero no tiene la sapiencia que acumula una persona mayor. En definitiva, es abrir la empresa a la realidad que ya existe.

Veo que también insiste en que la diversidad es rentable para la empresas...

Sí, porque tenemos que ser conscientes de que es muy diferente el sector público, donde la inclusión es un deber, de la empresa privada, que, no hay que olvidarlo, quiere ganar dinero. Si queremos participar en el mercado laboral y tener un salario digno y formar parte de la empresa, tenemos que ser conscientes de eso, de que nuestra presencia será mayor en la medida en que les reporte beneficio. Y yo creo que la diversidad les puede reportar beneficios de muchas maneras. Insisto, el empleo público no lo puede cubrir todo. No vamos a lograr una verdadera inclusión laboral hasta que las empresas se involucren.

Una de las cosas que apuntan es la importancia del lenguaje inclusivo, que es algo que aún genera bastante rechazo en una parte de la población en España. ¿Por qué es importante?

Lo primero que hay que señalar es que es un libro que se hace entre dos países y que eso ha supuesto llegar a consensos. Porque, por ejemplo, allí el «todes» está mucho más extendido que aquí para las personas trans y las no binarias. Están mucho más avanzados en este sentido. En España todavía no está tan generalizado. El lenguaje es importante porque muestra la realidad en que vivimos y es importante que empecemos a ver la plurirrealidad.

¿Podemos trabajar también por la diversidad como consumidores?

Sí. Yo siempre lo digo: mi dinero vale lo mismo que el de los demás, pero todavía no se han dado cuenta. Yo no me he visto reflejada todavía en un anuncio. ¿Cuántos anuncios hay con personas con discapacidad? Pocos. Y nuestro dinero también vale. Y lo mismo ocurre con las personas de otras etnias o con los distintos conceptos de familia.