El Instituto de Ecología Litoral, cuya sede se ubica en El Campello, lleva a cabo diferentes proyectos y acciones a lo largo del año que dejan patente la filosofía de esta organización, cuya función principal es la de contribuir a la conservación de los ecosistemas marinos, litorales y terrestres a través de la investigación, el asesoramiento y el fomento del respeto a nuestro entorno natural.

Toma de muestras de sedimento mediante draga Van Veen para el seguimiento de los cultivos marinos en El Campello.

«Principalmente, realizamos un servicio de asesoramiento marino y medioambiental en El Campello, además de poner en marcha múltiples acciones», explica Gabriel Soler, director científico del Instituto de Ecología Litoral.

Buzo realizando mediciones de densidad para el seguimiento de la posidonia oceánica.

Para ello, el Instituto lleva a cabo el seguimiento de la calidad medioambiental de las aguas de la Red de Control Costero en el Barranc d’Aigües, área de la Coveta, playa de l’Almadrava, playa del Carrer la Mar, Punta del Río Seco y playa de Muchavista, con el objetivo de contribuir a la salvaguarda del medio marino costero. Los resultados que se obtienen, tras su estudio, ofrecen un conocimiento continuado del estado ambiental de las aguas litorales marinas, lo que permite detectar las anomalías que se pudiesen dar en su comportamiento habitual. Una vez se han identificado estas alteraciones, la autoridad competente deberá restablecer las condiciones naturales con la mayor celeridad posible. Así, la Red de Control Costero surge como un servicio más para la planificación y gestión de los espacios litorales.

El Instituto de Ecología Litoral, todo un ejemplo de lucha por la conservación del entorno natural

Asimismo, también realizan el seguimiento anual del posible impacto ambiental que pudieran derivarse de cultivos marinos (principalmente dorada y lubina) en jaulas flotantes en mar abierto en la costa de El Campello.

Programa Bandera Azul

Uno de los criterios que se incluye en el Programa Bandera Azul para playas, puertos y embarcaciones, el cual comenzó en Francia en 1985, son las medidas de control del estado ambiental de las praderas marinas próximas a la playa. Se trata de un criterio obligatorio, lo que significa que cualquier playa debe cumplirlo para ser galardonada con la Bandera Azul. Según este criterio (el número 8), si existen praderas marinas a menos de 500 metros de la playa candidata a Bandera Azul, se debe llevar un control y seguimiento del estado ambiental de la misma.

Ante esto, cabe destacar la presencia de la posidonia oceánica, una angiosperma endémica del mar Mediterráneo, donde crece formando extensas praderas en aguas bien iluminadas. En el Mediterráneo existen otras comunidades más productivas o con mayor biodiversidad, pero con una distribución mucho más restringida por lo que su efecto global es más limitado. Constituye una especie clave en los fondos poco profundos, colonizando hasta los 40 metros de profundidad en algunas zonas.

Para su control, el Instituto de Ecología Litoral (IEL) desarrolla los trabajos de seguimiento en una estación de muestreo próxima a la playa de Muchavista y Carrer la Mar, teniendo en cuenta distintos parámetros como la densidad, la cobertura o la conservación, entre otros. De esta forma, y tal y como muestra el informe «Estado de las praderas de fanerógamas marinas» realizado para el Ayuntamiento de El Campello, la Playa de Muchavista tiene un estado aceptable de conservación, según las variables estudiadas; mientras que la pradera frente a la Playa de Carrer la Mar presenta valores bajos de densidad global y zonas con desarrollo de mata muerta de posidonia oceánica, aunque con cifras no muy elevadas. El informe, realizado por expertos en Biología y Ciencias del Mar del Instituto de Ecología Litoral, concluye afirmando que ambas praderas de posidonia oceánica se encuentran en un estado de conservación favorable, según el índice de conservación.

Arrecife artificial

Dentro de las medidas de protección, restauración y rehabilitación de ecosistemas costeros, los arrecifes artificiales son considerados como herramientas de ordenación y protección desde una perspectiva social y ecológica. Una de las funciones más importantes de los arrecifes artificiales es la protección y restauración de los hábitats naturales marinos, principalmente frente al peligro que supone las técnicas ilegales de pesca que amenazan con reducir críticamente la biodiversidad de especies dentro de la plataforma continental. Por tanto, el proyecto «Instalación de un módulo de atracción–concentración en el arrecife artificial El Campello», planteado por el IEL, pretende crear un módulo de grandes dimensiones para complementar el arrecife artificial del litoral de El Campello, que se instaló hace 30 años y que con sus 358 módulos otorgaba protección a un frente litoral de 6.800 metros y cuyo fin es proteger a la pradera de posidonia oceánica que se encontraba muy afectada por los daños causados por la pesca de arrastre ilegal. Tras este tiempo, el impacto se ha visto prácticamente eliminado y en amplios sectores de este extenso arrecife las praderas de esta fanerógama están recuperándose. En este proyecto se añade un set de atracción que consiste en una estructura de hormigón, como elemento de producción biológica.

El objetivo de este proyecto, que se encuentra a la espera de la concesión de la autorización, es atraer a ciertas especies y concentrarlas en una zona determinada, de manera que se hallen bien localizados para su pesca o para su observación, compatibilizándolo con el buceo. «Al tratarse de un gran cajón de hormigón que está en desuso, el cual servía de módulo experimental, va a ser un punto de atracción turística muy relevante para El Campello, ya que se podrá bucear en una gran estructura de hormigón, única en el mediterráneo», asegura Gabriel Soler.

La ubicación del módulo de atracción–concentración estará situada dentro del polígono de arrecifes que fue instalado en 1991, para lo que el IEL ya ha realizado el trabajo de los fondos para buscar una ubicación idónea para no alterar los hábitats de importancia como praderas de posidonia oceánica y evitar su ubicación sobre otros módulos recifales.

La función de este módulo se destina, por tanto, a la protección de los fondos, ya que complementa al arrecife artificial de El Campello, y al aumento de la biomasa de los recursos pesqueros en la zona. Cumplirá también un importante papel, al servir como recurso turístico para el fomento del buceo deportivo o para la formación de buzos profesionales al poder establecerse recorridos entre sus alveolos para el entrenamiento del buceo técnico, de rescate o de cuevas.

Valores consolidados desde su nacimiento

El Instituto de Ecología Litoral, una Fundación de la Comunidad Valenciana, se creó en abril de 1989 por convenio del Ayuntamiento de El Campello y la Universidad de Alicante, que oficializaron su acuerdo en la sesión del Pleno del Ayuntamiento de El Campello de 18 de abril y en la Junta de Gobierno de la Universidad de Alicante de 28 de abril. En sus más de treinta años de existencia, el IEL se ha convertido en una entidad de referencia del sector científico técnico aplicado al medio litoral y marítimo terrestre.

La sede de este organismo se ubica en El Campello, concretamente en la calle Santa Teresa, nº 50, en un local propiedad del Ayuntamiento del municipio desde el 1 de marzo de 2012, cedido gratuitamente por un periodo de cinco años prorrogables por acuerdo de ambas partes, hasta un máximo de 30 años.

El Instituto de Ecología Litoral se crea en base a unos valores éticos y su trabajo se desarrolla bajo unos principios fundamentales, como es la creación, mantenimiento y desarrollo de una base de datos sobre la biodiversidad, prestando una especial atención a los ecosistemas litorales, cuya finalidad es la contribución a una mejor protección y uso de la biodiversidad en el planeta.

Por otro lado, para su equipo de expertos es fundamental la investigación y el asesoramiento científico y técnico en el ámbito de los estudios y proyectos que se desarrollan en el campo del medio ambiente, cuya finalidad es la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales, principalmente en los ámbitos propios del litoral.

Así mismo, trabajan en la divulgación y fomento de una política de protección y defensa del medio ambiente y de apoyo a un modelo de desarrollo sostenible mediante publicaciones, estudios, proyectos, conferencias, seminarios, reuniones científicas, cursos o ciclos de estudios, incluso académicos, y la promoción del voluntariado.

De igual forma, el fomento, mantenimiento y desarrollo de relaciones institucionales con entidades públicas y privadas que tengan entre sus fines o actividades principales el desarrollo de líneas de investigación en las anteriores materias.

Finalmente, fomentan e impulsan la participación, directa o indirecta, en las actividades de la Fundación de cualquier persona natural o jurídica, pública o privada, nacional o extranjera.