José Sánchez Riquelme logró el último ascenso del Elche a Primera en la temporada 87-88 y todo apunta a que rompió el molde de la fórmula mágica que permitió a los franjiverde dar el salto a la máxima categoría. Desde entonces el equipo ilicitano no ha llevado una alegría igual. Antes de ser máximo dirigente de la entidad ilicitana fue directivo en diversas etapas del club. Recuerda con especial cariño la que le tocó vivir al lado de Manuel Martínez Valero y no olvida los derbis vividos ante el Hércules y su relación con Rico Pérez, del que dice que "era una persona entrañable y cercana".

¿Rompió la fórmula del ascenso tras lograrlo siendo presidente del club ilicitano en la temporada 87-88?

En el fútbol no existe una pócima mágica para lograr el éxito. Consiste en hacer las cosas lo mejor posible y equivocarse menos que el resto. En las dos últimas campañas se ha estado cerca, pero soy de los que pienso que el Elche debe subir antes del último partido. En el fútbol siempre hay más listos que tú y no hay que dejarlo para el final.

¿Estará el equipo en la promoción de ascenso?

Restan muchos puntos por jugar y pienso que vamos a estar en ella. De todas formas, ganar al Hércules es vital para estar arriba. Pienso que tenemos equipo para superar a los alicantinos. No son superiores a nosotros.

¿Un derbi es diferente?

Sí. Aunque antaño eran eléctricos y el ambiente tanto en los dos vestuarios como entre las aficiones era impresionante. Desde que Martínez Valero y Rico Pérez desaparecieron de la escena ya no son lo mismo. Entonces se paralizaban las dos ciudades.

¿Cuál es el duelo Elche-Hércules que mejor recuerda?

Por encima de todos me quedo con el jugado en el Rico Pérez en la temporada 1974-1975. Hubo palos para todos. Dos equipos plagados de argentinos, con Pipo Rossi, Giuliano, Rubén Cano... Saltaron chispas. En las casetas ya comenzaron a calentarse y luego en el campo pasó de todo. Pienso que el único que no recibió en aquel encuentro fue Manuel Martínez Valero, porque hasta a Pablo Serna (directivo) lo encerraron en la jaula y tuvimos que ir al gobernador a pedirle que lo soltara.

¿Y el último que disfrutó como presidente?

Fue en la campaña 87-88. Orgilés era el presidente del Hércules y estuvimos comiendo unos días antes en una casa que tenía alrededor de Elda. Me sugirió arreglar el partido, porque estaban en peligro de descender. Entre cachondeo y verdad le dije que estaba arreglado.

Cuando su jugador Escobar se marcó un gol en propia puerta se asustó...

Se adelantaron en el marcador con un gol en propia puerta de Escobar y llegué a pensar que lo habían tocado. Luego empató él mismo el partido y terminamos ganando 3-1, con otras dos dianas de Claudio. Al final de Liga logramos el ascenso a Primera y ellos se fueron a Segunda B, lo más grande que puede vivir un seguidor del Elche. Anteriormente, recuerdo que el Ilicitano mandó a Tercera al Hércules en una promoción y durante la siguiente campaña había anuncios en la prensa en los que se podía leer lo siguiente: 'Recorra la provincia con el equipo blanquiazul'.

¿Volveremos a ver estos derbis en Primera?

Lo veo difícil. Rico Pérez y Martínez Valero han sido los dos grandes presidentes y cuando desaparecieron se acabó el fútbol de verdad de la provincia. Rico Pérez era un hombre entrañable y muy respetuoso con las personas y con el Elche. Daba gusto estar a su lado.

¿Gran rivalidad?

Era tremenda. Mira si llegaba tan lejos que Rico Pérez se adelantó a la hora de construir el campo y Martínez Valero llamó al arquitecto Juan Boix para que diseñara el nuestro. Cuando le preguntó cómo lo quería, le contestó: 'Con que quepa un aficionado más que en el de ellos me conformo'.