La comisión deportiva del club Ferro Carril Oeste, de la Segunda División argentina, confirmó ayer el acuerdo al que ha llegado con el grupo empresarial que representa el máximo accionista del Elche, Christian Bragarnik, para «mejorar la inversión económica en el plantel y estructura» del equipo, según aseguraba ayer el diario sudamericano Olé.

Este rápido acuerdo podría permitir el adelanto del regreso de Bragarnik a tierras ilicitanas, donde la afición le recrimina el hecho de haberse marchado a Argentina en pleno mercado de invierno y en uno de los peores momentos del equipo con 15 partidos sin ganar.

La Federación de Peñas ya mostró su inquietud ante la ausencia del dueño del club durante la última jornada, en la que organizó una «sonora» pitada con más de un centenar de vehículos en las inmediaciones del estadio Martínez Valero.

El empresario argentino, que tomó el control del club tras la salida de Sepulcre, estuvo fuera de Elche durante el periodo más crítico del mercado de invierno, en esos últimos días antes del cierre en los que la afición ilicitana demandaba una reacción no solo al máximo accionista sino también al entrenador, Jorge Almirón que, entendiendo y respetando las protestas de los franjiverdes, aseguró que él debía seguir haciendo su trabajo y que lo que más le convenía a él y al equipo era abstraerse de este tipo de problemas. La posterior llegada de un nuevo portero. Paulo Gazzaniga, y lateral derecho en paro como Helibelton Palacios no ha conseguido acallar a los críticos con el proyecto de Bragarnik.

El inversor argentino, a diferencia del club ilicitano, no ejercerá la gerencia del Ferro Carril Oeste y su función será impulsar la llegada de refuerzos a la actual secretaría técnica del club bonaerense.

El club sudamericano aspira este año a subir a la máxima categoría de Argentina y a regresar a la élite. Bragarnik tomaría el control deportivo del «Ferro» para reforzarlo gracias a su extensa cartera de jugadores y técnicos.