«Elche es una ciudad tranquila y trabajar con esa tranquilidad es fundamental». Las palabras de Ezequiel Ponce las pronuncia quien viene de un país, Rusia, que actualmente ha quedado en una situación que si un calificativo puede tener precisamente no es el que destaca el argentino. No solo por él, por su familia. La que tiene y la está por venir pronto.

Ponce, tras Boyé, llegando a un entrenamiento de pretemporada. Matías Segarra

La trayectoria de Ponce es la del nómada sudamericano que sabe que para encontrar su mejor destino profesional va a tener que cruzar un océano, rumbo a Europa. A los 25 años, tras dejar su país, ya ha pasado por Roma, Granada, Lille, AEK de Atenas, Spartak de Moscú y Elche. Seis destinos, cinco países. Un pasaporte que echa fuego, pero que ya quiere dejar de recibir sellos. Por eso ha firmado con su actual club hasta 2026.

En una temporada tan especial, Eze Ponce puede ser considerado como el primer «fichaje» del centenario del Elche. Las comillas aparecen porque el delantero ya militó la segunda mitad de la campaña pasada en el club, como cedido. Algo vieron en él tanto Christian Bragarnik como Francisco para pagar 4 millones de euros y adquirir en propiedad al jugador, pese a que sus números no fueron brillantes: 13 partidos y un gol. Solo cinco titularidades, 662 minutos sobre el césped.

Objetivo: mejorar

Por eso, el verbo mejorar está muy presente en el discurso de Ponce. «Tengo una ambición increíble. Como futbolista puedo crecer muchísimo. Voy a tratar de mejorar mi rendimiento y hacerlo mucho mejor que la temporada pasada», afirma Ponce en una entrevista difundida por los medios oficiales del conjunto franjiverde. «La verdad es que estoy muy feliz por formar parte del Elche. Cuando llegó la noticia, mi familia y yo nos pusimos muy contentos. Disfrutamos de la estabilidad que nos ofrece el Elche. Formo parte de un gran club que crece año a año. Quiero dejar al Elche en lo más alto posible», agrega.

Bragarnik, poco dado a pagar antes de negociar a conciencia, no dejó pasar la oportunidad de que Ponce saliera al mercado. Ni siquiera pese la posibilidad de que los futbolistas de clubes rusos pudieran desvincularse de los mismos debido a la situación en la que está inmersa el país, en guerra con Ucrania. Su entrenador también le ha elogiado en numerosas ocasiones. «Siento la confianza del míster desde el primer momento. Trato de dar el máximo para que Francisco lo vea y trasladar todo eso que hacemos durante la semana al campo de juego. Él intenta que estemos concentrados los 95 minutos y ahora estamos enfocados en ese sentido: disfrutar el fin de semana de todo ese trabajo del que hablo», manifiesta el ariete franjiverde.

«Este es un ambiente donde quiero que mi familia permanezca», destaca Ponce. Un futbolista más que elogia el entorno que ha conseguido generar el club gracias a una unión en el vestuario que ha resultado clave en los éxitos recientes del equipo. «Mantener el bloque del vestuario es clave. Es delicado mover muchas piezas. Gracias a la gestión del club podemos seguir la mayoría y eso nos permite iniciar la temporada con mayor armonía. Tenemos que aprovechar esto. A mí al menos me ayuda muchísimo», añade. El bloque como principal argumento para el éxito.

Un centenario sin límites

La importancia del centenario está muy presente entre los futbolistas de la primera plantilla. Son conscientes de que la temporada es muy importante para la historia de la entidad y parecen mentalizados en celebrar esta fecha tan especial con sonrisas.

Ponce saluda a Mojica al reencontrarse la semana pasada. SONIA ARCOS

«Estamos sintiendo desde el primer momento lo que va a ser el año del centenario. ¿Qué pido? Mejorar como grupo. Mejorar cada cosa que hicimos el año pasado y que no nos pongamos límites. Creo que cada uno de mis compañeros tiene una capacidad especial. Veo muchísimo potencial en mis compañeros», destaca un Ponce que actualmente es uno de los referentes ofensivos del equipo junto a Boyé y Pere Milla. En teoría debe llegar otro compañero/rival a la plantilla.

Entre todos ellos, el objetivo es dar la mayor cantidad de goles al equipo. El curso pasado, Eze Ponce solo pudo celebrar un tanto propio. Pero qué gol. El atacante vio puerta en un partido decisivo, frente al Rayo Vallecano, culminando una gran acción colectiva.

«A nivel de emoción, ese gol y la victoria contra el Rayo fue increíble. Venía de un parón largo por la lesión y poder volver de esta forma fue muy emotivo para mí. Recuerdo que lo festejamos entre todos en el córner, por la importancia de los tres puntos. Nos jugábamos mucho. Para mí fue entrar con el pie derecho al club.Es un lindo recuerdo», rememora. Ahora quiere añadir más recuerdos y que nadie olvide al primer fichaje del centenario.