El gobierno libio autorizó finalmente el desembarco tras la conversación mantenida el domingo por la noche entre el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos y el jefe del presidente libio, Muanmar Al Gadafi. En ella, Libia aceptó que la embarcación rescatada salió de sus aguas y, por ello, se aceptaba el regreso de los inmigrantes, según informa Efe.

Asimismo, el ministro portugués de Asuntos Exteriores, Luis Amado, y la Presidencia de la Unión Europea han actuado conjuntamente con las autoridades españolas en las gestiones con el Gobierno libio, ya que el barco tiene bandera portuguesa y parte de su tripulación es de esta nacionalidad. Por su parte, la tripulación del «Corisco» ha vuelto ya a la normalidad y desde ayer, tras pocas horas después de dejar a los inmigrantes, se encuentra faenando en alta mar, aunque no volvió a la zona donde estaba y tras dejar a los náufragos se dirigieron a aguas más cercanas a Malta. La tripulación decidió retomar su trabajo diario lo más pronto posible y comenzaron con la limpieza.

Las 58 personas rescatadas en el mar desembarcaron en el puerto de Trípoli hacia las 10.15 horas de ayer, según informó el patrón del «Corisco», el santapolero Antonio López. Sin embargo, la noticia de que las gestiones de los gobiernos español y portugués habían logrado su objetivo llegaron ya de madrugada al pesquero. Así, el responsable de la embarcación recibió la llamada que les anunciaba el final de su aventura alrededor de la medianoche, cuando Salvamento Marítimo les anunció que «habían recibido un correo» que les daba vía libre, con lo que ya podían comenzar a ir acercándose hacia la costa para, a primera hora de la mañana, realizar el desembarco. El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores, José Ramón García, explicó que el «Corisco» avanzó hacia la costa libia durante la noche. Así, «a las 8 horas se encontraba ya unas doce millas del puerto y tenían orden de llamar al puerto libio cuando llegaran a una distancia de cinco millas». El desembarco se produjo sin ningún tipo de incidente, además los inmigrantes pensaron hasta el último momento que se dirigían rumbo a Italia ya que la tripulación temía que el hecho de que supiesen la realidad se produjese algún tipo de percance a bordo, ya que habían escuchado a alguno decir que «antes de ir a Libia nos tiramos al agua».

A la llegada a Trípoli las autoridades libias junto con la delegación del Gobierno español en la zona recibieron a los pescadores y posteriormente se produjo el desembarco de los inmigrantes, que fueron conducidos a «un cetro de tránsito», según informó el embajador de España en Libia, Joaquín Pérez Villanueva. Tanto el armador como el patrón del «Corisco» se mostraban satisfechos por la resolución del incidente ya que pensaban que se iba a alargar algún día más. «No me esperaba la llamada de Salvamento Marítimo ya y cuando sonó el teléfono a esa hora pensé que era algún medio de comunicación», expresó el patrón.