El trazado por donde discurrirán las vías del tren de alta velocidad es ya visible en el entorno de los Puentes de los Ojos. Los hitos están señalizados sobre el terreno y las obras está previsto que se inicien en breve. Los indicadores aventuran que el Puente de Cuatro ojos se verá afectado y el de Cinco Ojos puede ser destruido por las obras.

Un ilicitano, Francisco Navarro, tras comprobar que el proyecto del AVE no sólo no contempla medida alguna de protección de tan singulares construcciones, sino que conlleva la demolición material de uno de los pequeños acueductos del trazado de la conducción, ha reclamado, a través de una acción pública, la intervención de la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat, con el objetivo de que estas infraestructuras sean debidamente protegidas y conservadas, dado su valor arquitectónico, patrimonial y cultural.

Los dos Puentes de los Ojos fueron construidos en la segunda mitad del siglo XVIII para salvar a Elche de una sequía que amenazaba seriamente a su población, tras agotarse el agua de los aljibes de los que se suministraba la ciudad. El entonces reverendo José Tormo, más tarde obispo de la diócesis, financió la compra, por parte del Concejo, de un terreno en Aspe que permitía llevar el agua de la Fuente de Barrenas al Molino Nuevo de Elche. Gracias a esta obra faraónica, el agua salía de una fuente en el centro histórico de Elche un 22 de junio del año 1789.

Unos pocos conocen la historia que dejó plasmada el erudito Pere Ibarra y sólo unos privilegiados se han aventurado por estos hermosos parajes situados entre los términos de Elche y Aspe para contemplar unas espectaculares obras arquitectónicas y de ingeniería que han resistido las inclemencias del paso de algo más de dos siglos para caer ahora ante el paso del símbolo de la modernidad en la provincia, como es el tren de alta velocidad.

Ante esta situación, Francisco Navarro ha demandado a la Generalitat medidas que eviten la destrucción de lo que considera monumentos que deberían estar calificados como tales o como bienes de interés cultural.