Un nuevo incendio, el cuarto este verano, se registró ayer en el límite costero entre Guardamar y Elche, cerca de la carretera que da acceso a la playa del Rebollo de La Marina. Los servicios de emergencia fueron alertados poco después de las 16 horas de que se había localizado un fuego en una parte de la pinada que prácticamente comparten ambos municipios.

De inmediato se trasladaron hasta el lugar los efectivos que el Parque Comarcal de Elche tiene desplazados durante el verano en Santa Pola. Al finalizar su intervención el balance que dejaban las llamas era de unos 300 metros cuadrados arrasados y unos 20 pinos quemados.

En esta ocasión, las llamas se localizaron en la playa de Los Tusales, en el término municipal de Guardamar del Segura, pero prácticamente en la misma zona donde se han registrado los tres incendios anteriores y que gracias a la rápida actuación de bomberos y bañistas se han saldado con no demasiados daños.

El primer fuego que se ha registrado este verano en La Marina se produjo el segundo día de agosto, a las dos de la mañana. Tres días después, sobre las 18 horas, un nuevo conato obligaba a los Bomberos de Elche a intervenir y sofocar un fuego que terminó por afectar a unos 200 metros cuadrados de pinar. En esta ocasión se emplearon diversos medios aéreos que contribuyeron notablemente a sofocar el incendio.

El tercer caso se produjo el pasado domingo. También se empleó un helicóptero y, afortunadamente, no hubo que lamentar grandes daños medioambientales en el espacio natural.

La proliferación de fuegos en esta misma zona, a escasos metros unos de otros y relativamente cerca de la playa, ha llevado a la Conselleria de Medio Ambiente a investigar si los mismos están siendo provocados por un pirómano.

Por su parte, los ayuntamientos de Elche y Guardamar del Segura decidieron a principios de mes unir esfuerzos y reivindicar con una sola voz más medios de protección y conservación de esta pinada ante la Generalitat Valenciana.

De igual modo, los vecinos del lugar aseguran que hace muchos años que no se acometen labores de poda y trabajos para sustituir los árboles secos que favorecen la propagación del fuego.