Un recorrido por la Acequia Mayor que atraviesa incluso el casco urbano de Elche nos devuelve a tiempos pretéritos, a épocas en las que el regadío y los cultivos tradicionales eran un elemento imprescindible de la villa. Pero también se quiebra esa ensoñación a tenor de un cierto olvido y degradación que esta canalización ha ido sufriendo en los últimos cien años por el avance del urbanismo y que en la última década, a pesar de la declaración de Patrimonio de la Humanidad del Palmeral, se ha intensificado de manera inquietante.

De hecho, los especialistas recuerdan que el reconocimiento de la Unesco es para el Palmeral y también para el sistema de riego del Palmeral, esto último en franco abandono, mutilación, o degradación, según las voces expertas consultadas por este diario que en el fondo muestran su preocupación ante este panorama.

Lina Gracia, doctora en Biología, cuya tesis tuvo como objeto el Palmeral, recuerda que "la estructura de riego es el eje vertebrador del Palmeral. Está protegido por su origen árabe que previamente está basado en el romano y por tanto es absolutamente esencial que la protección del Palmeral también se haga efectivo sobre sus orígenes".

A su juicio, "en el riego no se nota que sea patrimonio. Los canales, acequias y partidores están abandonados, cuando podrían ser un gran atractivo cultural", apunta la doctora. Su crítica precisamente se centra en la desidia de los últimos años o décadas. "Las actuaciones no han sido malas, es que simplemente se ha abandonado, ha habido una falta de actuación", señala la experta.

Gracia advierte a su vez que si este abandono en la protección del sistema de riego del Palmeral prosigue y no se revierte, tal vez se podría empezar a poner en peligro la declaración de protección de la Unesco. "Desde mi punto de vista no tengo ningún interés en que peligre la declaración, pero poco a poco veo cómo la falta de actuación sobre el sistema de riego es poco compatible con la declaración de la Unesco", afirma.

Lina Gracia reconoce también que esta situación no es sólo de ahora, ya que "antes de que el Palmeral fuera Patrimonio de la Humanidad se han cortado acequias o se han quitado y reconvertido en parques, etcétera".

Carlos Ortiz, doctor en Química y Física y licenciado en Ciencias Ambientales, especializado además en el Palmeral urbano, recuerda que "el riego es un elemento reseñable según la declaración de la Unesco". Pese a ello, lamenta algunas de las acciones urbanísticas e incluso inacciones que no están contribuyendo precisamente a salvaguardar los elementos que conforman la acequia. Así por ejemplo, recuerda cómo se ha atentado contra el impacto paisajístico que implicaba la torre de Ressemblanch, uno de los ingenios hidráulicos del Palmeral periurbano y a su vez molino de origen musulmán, "que hace diez años se veía y que ahora, al haber una urbanización, más que verse se intuye".

También alude al punto de unión, el conector, que existía entre el Palmeral del norte y el del sur, y donde ahora se ubica un supermercado además de haberse quedado solapado por otras actuaciones urbanísticas en la ciudad.

"Progresivamente, sin prisa pero sin pausa, está habiendo una disminución de calidad y una pérdida de valor, de manera que en general el Palmeral, con todo lo que implica, está muy poco cuidado", lamenta Carlos Ortiz, que en resumen habla de que este Patrimonio de la Humanidad poco a poco se está desvirtuando.

Origen islámico

Luis Pablo Martínez es técnico de la Conselleria de Cultura y participó en la candidatura del Palmeral que fructificó en Patrimonio de la Humanidad. "Gracias a la Acequia Mayor, que pone en relación la Medina islámica y los huertos de palmeras, pudimos datar el Palmeral de un origen islámico, y parte del éxito de la candidatura se debió precisamente a la acequia", reflexiona el experto, quien también es de la opinión que el mejor modo de conocer el Palmeral es siguiendo este canal, dado que es el eje vertebrador del mismo.

A su juicio, la Acequia Mayor se conserva bien con tantos siglos a sus espaldas, "pero estamos en una encrucijada y por tanto habría que hacer una valoración para ver si la acequia se puede potenciar y de qué manera, entre todos".

Desde el Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Alicante, José Antonio Larrosa insiste en el potencial turístico de la acequia. "El Palmeral es más que un recurso paisajístico, pero sobre todo ese sistema de riego tal vez no ha sido lo suficientemente aprovechado desde el punto de vista turístico", señala el investigador.

Según distintos trabajos elaborados desde la UA en este sentido, a través de encuestas a turistas nacionales y extranjeros, la presencia del agua siempre es muy valorada por los visitantes, quienes además expresan en estos sondeos que sí estarían dispuestos a pisar un huerto tradicional y a asistir en vivo a un procedimiento de riego in situ. "Podemos creer que el turista es un ente pasivo, pero las tendencias indican que cada vez más buscan involucrarse", subraya Larrosa.

Hace un año el Ministerio de Medio Ambiente daba luz verde a un corredor verde en terrenos colindantes al trazado de la Acequia Mayor, desde el núcleo urbano en el Molino Real (Parque Municipal) hasta el pantano de Elche, ya en el límite con Aspe, y suponía la adecuación de algo más de ocho kilómetros de itinerarios para uso peatonal, ciclista o ecuestre. Estas sendas contarían con paneles de señalización y divulgación, áreas de descanso, miradores y hasta un observatorio de fauna y paisaje. Aquello que se anunció, y que podría haber permitido ayudar a revitalizar la acequia, al parecer se ha quedado en dique seco.

Desde hace un siglo la Acequia Mayor toma su caudal aguas arriba de la cola del pantano, en la presa del antiguo Molino de Pavía, en término de Aspe, y en 2012 la acequia cumplirá cien años desde que fue restaurada, dos buenas efemérides que pueden servir de excusa para intentar invertir la degradación que a los ojos de los expertos se viene permitiendo y que va en contra del Palmeral.