Eran las seis y media de la tarde y, para ese entonces, ya se podían contabilizar a las puertas de La Calahorra a más de 60 personas que aguardaban allí a que alguien abriera las sala para que pudiera impartirse la conferencia "El Castellar", a cargo de la catedrática de Arqueología de la Universidad de Alicante Sonia Gutiérrez y del técnico de Exposiciones del MARQ José Luis Menéndez, con la que se cerraban las I Jornadas de Patrimonio Local "Elche itinerante. Asentamientos Históricos de la Ciudad de Elche". Para ese entonces, la sorpresa inicial ya había dado paso en algunos sectores a cierto malestar, mientras otros se lo tomaban con humor y no dejaban de bromear con el asunto. Y es que La Calahorra debía haber abierto sus puertas a las seis de la tarde, como había sucedido cada semana, para que la charla pudiera empezar a las seis y media, pero, en esta ocasión, el edificio que ha permanecido cerrado durante siglos y siglos al pueblo de Elche hasta que le fue devuelto en mayo del año pasado tenía el cerrojo pasado, mientras los organizadores tiraban de teléfono tratando de buscar una solución que pasaba por que alguien trajera la llave.

Fue en torno a las siete menos veinte de la tarde cuando por fin apareció la persona de la empresa que debía abrir la puerta. En un momento se llenó la sala y el subdirector de la Fundación Universitaria La Alcudia, Alejandro Ramos, tomó la palabra para pedir disculpas por lo sucedido. Para ese entonces había aparecido una segunda llave de las tres que, al parecer, existen de la sala. El encargado de llevarla fue un "emisario" del concejal de Cultura, Pablo Ruz. "Sí, ahora que ya está abierta, a falta de una dos llaves", se oyó decir a alguien. La conferencia ya había empezado.