Con la misma intensidad y el recorrido vivencial, recuperando sensaciones y haciendo presente algunos de los recuerdos compartidos, la pintora Pepa Ferrández lleva un par de semanas trabajando en devolverle todo su esplendor a una de las piezas que integraron el proyecto de las Damas gigantes que, nacidas desde el ingenio del artista plástico Eutiquio Estirado, logró combinar estilos y percepciones del arte contemporáneo a través de las historias personales, plasmadas en cuatro metros de altura y 75 kilos de peso, que plasmó el escultor José Manuel Tomás con la firma de Albert Agulló, José Vicente Leguey, Andreu Castillejos, Juan Llorens, los grafiteros de PornoStar (Javier Motos y Raúl Gandolfo), junto a los ya citados Eutiquio Estirado y Pepa Ferrández. "Allí comenzó todo, fueron expuestas en plazas y calles de Elche y pedanías... hasta que aparecieron abandonadas y olvidadas en los depósitos del agua. Volvieron a la vida gracias a La Alcudia que se interesó por ellas, aunque algunas piezas como la mía, no han sido restauradas hasta ahora", explica la pintora que, desde hace cuatro años, vive entre Elche y Montreal.

Precisamente, aprovechando su estancia en la ciudad de las palmeras, el Ayuntamiento, "a través de la edil de Imagen Urbana, María Dolores Serna, me ofreció la oportunidad de restaurar y repintar mi obra. La Dama que realicé estaba dañada en el torso y con uno de los rodetes completamente roto... he tenido la suerte de que un equipo de trabajadores de Mantenimiento de Vía Pública, con Demetrio Cruz a la cabeza, ha logrado dejarla prácticamente como nueva reforzando la cabeza de la obra y dándome todo tipo de facilidades para volver a pintarla", añade la artista plástica.

Durante estos días se ha vuelto a reencontrar con el pasado y a fuerza de repintar detalles y darle color, Pepa Ferrández ha logrado recuperar la particular historia de su Dama gigante. "Representa el día y la noche, los tonos azules de nuestro mar y aparece con los ojos cerrados, soñando en volver a su tierra". La obra se acabará en unos días y, tal y como confirma el concejal de Vía Pública, Manuel Rodríguez, "el trabajo se va a instalar a final de mes a la entrada del aeropuerto, donde Aena colocará una peana de cemento en una zona ajardinada con mucha visibilidad". Manuel Rodríguez habla de que se cierra así el plan iniciado con la colocación de otras tres esculturas en l'Aljub, Parque Empresarial y El Altet, mientras que "las tres que restan nuestra idea es que sigan en La Alcudia", concluye.

Siete años de un viaje agridulce

Desde 2006 las siete Damas gigantes, que nacieron para festejar a través del arte la llegada (18 de mayo) del busto ibérico a la ciudad, han sufrido episodios distintos donde ha habido espacio prácticamente para todo tipo de sensaciones. La inversión de 60.000 euros que en su momento hizo el alcalde Diego Maciá, guiado por el proyecto de Eutiquio Estirado, posibilitó el reconocimiento máximo y el olvido más cruel.

Unos meses después de su espectacular presencia por calles y plazas se encontraron sus restos en los depósitos del agua, olvidadas y, lo que es peor, abandonadas. El interés y la insistencia de Alejandro Ramos por trasladarlas hasta el inmenso terreno del yacimiento de La Alcudia provocó su recuperación en 2009. Desde entonces, en los últimos años tres han salido de allí hacia la rotonda de l'Aljub (la de Andreu Castillejos), el parque Empresarial (la de Leguey) y El Altet (Albert Agulló). A ellas se les unirá ahora la de Pepa Ferrández, en el aeropuerto.