Como una bendición recibió ayer el campo los diez litros que, de media, se dejaron las nubes en Elche. Las precipitaciones significativas fueron las de la madrugada, pues la lluvia se mantuvo toda la noche desde las dos hasta las diez de la mañana prácticamente de forma constante, hasta dejar 8,8 litros en el centro de Elche, catorce en Maitino, diez en Algorós, nueve en Matola... Atzavars sólo registró 5,8 litros y el pluviómetro del aeropuerto de Alicante-Elche recogió cuatro litros, todo ello según los datos ofrecidos por el geógrafo ilicitano Vicente Bordonado. A lo largo del día, la lluvia fue mucho más testimonial, aunque sirvió para que los ilicitanos desempolvaran paraguas y botas de agua, que hacía tiempo que no usaban. De hecho, en todo el mes de octubre se recogieron 25 litros por metro cuadrado, muchos más aún así que los 0,8 l/m2 del mes de septiembre.

El representante de Asaja en Elche, Pedro Valero, confirmó que ayer los agricultores se despertaron contentos por el chaparrón nocturno. Si las lluvias de octubre habían tocado de lleno a la granada en época de recolección, las de ahora servirán para «lavar los árboles», pero sobre todo para dar un empujón a la campaña de hortalizas de invierno. No solo porque suponga más o menos medio riego para las plantaciones de hortalizas (que no tienen las raíces demasiado profundas, y que por tanto accederán al agua filtrada en el terreno) sino también porque la lluvia mantendrá la tierra unos grados más fresca y esa temperatura es lo que el campo estaba esperando, explica Valero. «A la hortaliza le viene bien, además de la humedad, se refresca y si caen un poco las temperaturas va a ser bueno para todo en general, y el hecho de que no haga calor nos previene de la aparición de hongos», añade. Aunque ya se han comenzado a cortar coliflores, brócoli o alcachofas, la recogida importante será a finales de año y principios del próximo.