«Antes no se veía como un problema porque había uno por allí y otro por allá, pero desde hace o dos o tres años, en algunas zonas, se pueden ver perfectamente hasta 200 ejemplares juntos». La afirmación es de Fernando Antón, presidente de la Comunidad de Regantes de Carrizales y uno de los agricultores que se está viendo sensiblemente perjudicados por la plaga de conejos que amenaza distintos cultivos ilicitanos, como el de los melones y la granada, fundamentalmente.

Los perjuicios de la masiva presencia de estos mamíferos se hacen especialmente sensibles en Carrizales, Algorós y las zonas de labranza próximas a la sierra, además de a ambos lados del cauce del río Vinalopó. Así lo asegura el presidente de Asaja-Elche, Pedro Valero, quien admite que los conejos «están causando problemas en muchos sitios» sin que los agricultores puedan hacer nada para evitarlo; un contratiempo que se traduce en pérdidas de la producción y, por tanto, de una parte importante del rendimiento económico que ofrecen las cosechas.

Lejos de reducirse, la población de conejos va en aumento no solo en las zonas agrícolas del municipio, sino también en entornos rurales como el Pantano de Elche. Sin embargo, en las áreas cultivables es donde está causando más estragos por las consecuencias funestas que causan en los cultivos. La zona de Carrizales, por sus especiales características, es una de las más afectadas por esta especie invasora que, por la evolución que viene siguiendo en los últimos años, parece haber llegado para quedarse.

«Está afectando bastante, sobre todo al principio. Cuando plantamos, si un conejo rompe una ramita cuesta muchísimo recuperarse. Y han roto muchas», asegura Fernando Antón entre sus plantaciones de melón de Carrizales. Socio de la cooperativa Parc Natural Agrari Els Carrissals, Fernando Antón cifra en un 10% la producción de melón que se ha visto afectada hasta la fecha por la presencia de conejos. «Ahora están las matas grandes y afecta menos, pero están comiendo melón y los marcan. Los roen por los laterales y eso hace que el fruto pierda valor. Algunos, incluso, se los comen enteros y apenas dejan la piel. Cuando hacen un agujerito se los comen entero», señala.

Bancales arrasados

Pese al sistema de azarbes existente en Carrizales, que en ocasiones llegan a delimitar los bancales hasta por tres lados, hay algunas fincas que se están viendo arrasadas por estos mamíferos. «Al conejo le cuesta cruzar por las zonas de agua. Normalmente se encuentran en lugares más abiertos, abandonados y donde hay mucho carrizo, pero hay fincas cuyas cosechas se ha visto afectadas en un 50%», asegura Fernando Antón. «En Carrizales prácticamente está extendido por el 90% del territorio», sentencia el presidente de la Comunidad de Regantes de Carrizales.