Concluye una nueva edición del Mercado Medieval de Elche tras cuatro días de actividad. Más de un centenar y medio de paradas de venta han hecho de las inmediaciones de la Basílica de Santa María, un año más, una mezcla de olores, sonidos y colores que trasladan al visitante a la época medieval.

Sin embargo, la percepción generalizada de los mercaderes es que cada año resulta más complicado vender productos. En su cuarto año consecutivo en Elche, Juan José garantiza que, aunque el Festival gana en fama y el ambiente y la organización son muy buenas, económicamente cada ejercicio es más complicado. «Tendrían que bajar las tasas para que compensara, aquí todos venimos a trabajar y muchos apenas conseguimos vender productos», explica.

Este año solo un 10% de los vendedores son ilicitanos; los demás proceden de otras partes de la provincia o del país. Precisamente los que tienen que costear otros gastos, como transporte y manutención, son los que inciden en que sale poco rentable vender en el Mercado Medieval, a pesar de la gran afluencia.

De hecho, según organizadores y comerciantes, este año se ha incrementado el número de visitantes. Miguel Ángel Carrasco, coodinador de La Fragua de Vulcano (empresa que repite por tercer año consecutivo como organizadora del Mercado Medieval) se muestra satisfecho con la acogida del evento pero asegura que se está trabajando para mejorar algunos aspectos: «Nuestra propuesta es ampliar la zona de tránsito de manera que se mantenga un circuito fluido y que el número de paradas se pueda mantener». Según explica Carrasco, esto influirá positivamente en las ventas porque «si la gente se siente cómoda en el espacio, es más probable que compre». También la fecha de celebración, considera, es un aspecto a considerar ya que resulta más difícil comprar a final de mes.

En cualquier caso, el coordinador explica que el descenso de ventas es algo generalizado en los mercados: «Los nuevos hábitos de consumo influyen y hay productos que tienden a desaparecer». El consejo, en este sentido, es adaptarse a las demandas y necesidades del público.