Segundo intento para marcar todas las terrazas en Elche y delimitar el espacio autorizado. El Ayuntamiento ha iniciado un plan para controlar si los locales cumplen con la superficie contratada o si, de lo contrario, se pasan de la raya y ocupan más metros de lo permitido. Las señales de pintura verde en el suelo hablarán por sí solas. El objetivo es que, cuando pase la Policía Local, con solo un vistazo, pueda asegurarse de que los hosteleros se ajustan a las normas. Después de comenzar ayer por el centro, la intención de la Concejalía de Aperturas es ir extendiendo las marcas a todas las terrazas del término municipal, cuya cifra ya se aproxima a las 300. En 2016, el equipo de gobierno ya trató de poner en marcha esta medida, incluso con códigos QR, pero dio marcha atrás hasta modificar la ordenanza. También se encontró con críticas de hosteleros, en concreto de la plaza de España, y de la Asociación Empresarial de Restauración y Afines de Elche.

Ahora, la iniciativa llega después de que el equipo de gobierno haya modificado las condiciones para los establecimientos hosteleros y haya pasado a cobrar por superficie, en lugar de por mesas y sillas. Algo que fue propuesto por las asociaciones de hostelería, porque funciona así en muchas ciudades del país y que ha desembocado, según el edil de Aperturas, Carlos Sánchez, en una reducción de las tasas. Y es que, hasta ahora, los locales estaban pagando precios similares a los de la Puerta del Sol o importantes calles de Barcelona.

Ahora, tras equilibrar los costes, desde el Ayuntamiento calculan que el ahorro anual para las terrazas puede alcanzar como máximo los 200 euros. Así se lo ha comunicado ya el tripartito a buena parte de los establecimientos del término municipal, donde les han trasladado, además, que, en caso de que quieran modificar la ocupación de la vía pública, pueden solicitarlo y que se estudiará.

De este modo, con la nueva fórmula para contratar el espacio en la calle, los hosteleros tendrán la opción de distribuir las sillas a su criterio dentro del espacio permitido. En principio, la medida de marcar el suelo fue ayer bien recibida por asociaciones como Hostelx y la patronal de servicios Aesec.

Desde el Ayuntamiento, el edil Carlos Sánchez puso el acento en que se trata de una apuesta por el ocio responsable y, consciente de que habrá gente más conforme que otra, descartó que se vayan a medir al milímetro todos los espacios, y aseguró que con esta herramienta se busca evitar problemas con las terrazas por la superficie ocupada. Lo que también defendió el concejal es que ahora las instancias para solicitar las terrazas son más operativas y que habrá asesoramiento por parte de la Concejalía de Aperturas.

Dentro de esa aspiración por minimizar los conflictos entre los establecimientos de hostelería y el descanso vecinal, otra de las medidas que tiene en mente ahora el Ayuntamiento es contar con una demostración de toldos especiales, que absorben el ruido de la clientela en la calle y que ya funcionan en otras ciudades, con la idea de analizar con los negocios la posibilidad de implantarlos.