Desde Elche ha salido la voz de alerta hacia la polémica app de la Liga de Fútbol Profesional que puede acceder al micrófono de los móviles de los usuarios hasta tal punto de convertirlos en miniespías. La letrada especialista en privacidad, y Derecho Digital y Tecnológico Esther Botella ha «destapado» en los últimos días una de las controversias que ha dado la vuelta al país y que ha puesto en un aprieto a la organización presidida Javier Tebas.

Todo comenzó el pasado domingo, cuando desde una empresa de seguridad informática de Elche, Servitux, fueron a descargarse la aplicación y se encontraron con un formulario para rellenar unos datos. Hasta ahí todo aparentemente normal, y como ocurre con toda aplicación. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando el usuario se encontró con una cláusula opcional en la que le pedían que aceptara el uso del micrófono y el geoposicionamiento del teléfono advirtiéndole de que esa información se usaría para detectar fraudes en establecimientos públicos no autorizados.

Ante ello, desde la empresa ilicitana decidieron consultarle a la abogada si era normal que la Liga le pudiera estar preguntando por una cuestión así. Fue entonces cuando Esther Botella decidió poner en conocimiento de un grupo de expertos, al que ella pertenece, la situación y denunciarlo a través de Twitter, desde la cuenta de Jorge Morell. «Decidimos informar a los particulares por las redes sociales de lo que la Liga pretendía hacer, y el asunto dio tantas vueltas que llegó a ser Trendic Topic», señala Botella.

Después de aquel revuelo, la Liga acabó contestando y salió del paso diciendo que los micrófonos solo se activarían durante los horarios de partido y que nunca se accedería al contenido de la grabación, sino que solo se trataba de datos y de un código binario. Esta semana, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha llegado incluso a emprender actuaciones previas de investigación de oficio a la patronal del fútbol. Facua-Consumidores en Acción también denunció la situación.

Miniespías

La aplicación ha acabado siendo más que cuestionada por los expertos. «Estamos creando miniespías. ¿Hasta qué punto es legal que se pueda grabar lo que ocurre en un establecimiento privado?», afirma la abogada ilicitana. Pero esa no es la única pega por la que la gente se ha echado encima de la app. Detrás de todo esto también está la vulneración de la privacidad del particular y del uso de datos privados. Y, precisamente, porque, tal y como indica Esther Botella, «los datos son el oro del siglo XXI». Lo que buscan las empresas, según la experta, es saber más de la gente, de sus gustos, de sus preferencias, para, a partir de ahí, elaborar sus estrategias de publicidad y de marketing y, en definitiva, hacer negocio. «Somos un euro con patas y todo esto está relacionado con el Big Data y el Internet de las cosas», reconoce Esther Botella.

De ahí que la especialista en privacidad y Derecho Digital incida en la importancia de ser conscientes del «coste» que tienen este tipo de aplicaciones móviles. Los largos y densos párrafos que ofrecen las app para informar de sus cláusulas se convierten para los usuarios en todo un estorbo y muchos acaban siendo ignorados sin saber realmente qué puede venir después, tal y como ha ocurrido con la Liga de Fútbol Profesional.

Y es que, como dice Esther Botella, «la moneda de cambio es la privacidad y le decimos a todo que sí». En este caso tan sonado, pese a que la entidad se defiende diciendo que ha pedido el consentimiento y ha informado de lo que puede ocurrir, los especialistas le reprochan que podría haber sido más transparente con sus intenciones.