La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, condenó ayer a tres acusados de traficar con drogas que llevaban escondida dentro de su cuerpo (concretamente una de ellas), lo que se conoce popularmente como «mulas», para burlar de este modo los controles en el aeropuerto de salidad, en este caso el de Lima, en Perú, y el de llegada, en El Altet. Las penas oscilaron entre el año y ocho meses de prisión y poco más de un año tras llegar a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía y aplicar el atenuante de dilaciones indebidas, ya que han pasado más de nueve años desde que se produjo la detención de los implicados. De hecho, los tres acusados, dos hombres y una mujer, que fue la que se adhirió la droga al cuerpo para tratar de pasar el control de seguridad del aeropuerto ya ingresaron en prisión tras ser detenidos, por lo que han cumplido este tiempo de condena, según apuntaron ayer fuentes judiciales.

Los tres acusados no fueron sorprendido por casualidad. La Policía Judicial de la Guardia Civil ya había iniciado una investigación meses antes, ante las sospechas de que este grupo se dedicaba a traer sustancias estupefacientes desde Latinoamérica. Así establecieron un dispositivo de seguimiento y de escuchas a través del pinchazo de sus números de teléfono, para conocer en todo momento sus movimientos. Fue así como los agentes supieron que iban a trasladar casi un kilo de cocaína desde Perú, el 19 de abril de 2009. Gracias a la colaboración de las fuerzas de seguridad a nivel internacional, se detuvo a dos de los acusados en el aeropuerto de Perú, mientras trataban de embarcar en un vuelo con destino a España. Una mercancía con un valor en el mercado de casi 58.000 euros, según el escrito de acusación del Ministerio Fiscal.

Falsedad documental

Además del delito de tráfico de drogas, a los dos detenidos en el aeropuerto -el tercer acusado formaba parte del entramado que se dedicaba al tráfico de drogas- los agentes intervinieron pasaportes falsos, por los que también se enfrentaban a un delito de falsedad documental. No obstante la pena se rebajó hasta más de la tercera parte, al entender el tribunal que después de tanto tiempo desde que se produjo el suceso y haber pasado un tiempo en prisión preventiva, no procedía que volvieran a ingresar en prisión. El caso sirvió para poner encima de la mesa, una vez más, el enorme retraso de la Audiencia Provincial en Elche, que origina, como denuncian desde la Ciudad de la Justicia de Elche que «la excepción con la que deben aplicarse las dilaciones indebidas, sea la regla».