Moros y Cristianos, con más solemnidad

Los últimos compases de Moros y Cristianos sonaron ayer en Elche. Los festeros celebraron pasacalles y dos de sus últimos actos, poniendo fin a cuatro intensos días de fiesta repletos de desfiles y representaciones históricas. La jornada de ayer se dedicó a dos actos religiosos: el bautismo de neófitos y la procesión ofrenda.

El primero de ellos se llevó a cabo en la iglesia de San Juan, en el barrio de El Raval. Allí la Asociación Festera de Moros y Cristianos de Elche celebró el bautismo de neófitos, que este año contó con dos bebés festeros. Una forma, indican desde la Asociación Festera, de fomentar la familia y la tradición desde la cuna.

El acto entrañable y familiar dio paso a otro cargado de solemnidad. Las marchas festeras que sonaron durante los pasacalles y entradas de los últimos días dieron lugar a otras más solemnes con motivo de la procesión ofrenda a la Virgen de la Asunción.

Las festeras desfilaron con flores que llevaron desde la iglesia de San Juan Bautista hasta la basílica de Santa María con mucha solemnidad.

Este año, como novedad, la procesión pasó por la calle Trinquet en lugar de por el Carrer Ample en su tramo final. El motivo, explicaron desde la Asociación Festera de Moros y Cristianos de Elche, pasar por delante del monumento a la fiesta que es una escultura de José Quirós que se inauguró hace escasos meses, ubicada junto a su nueva sede de la calle Trinquet.

De esta forma, la ofrenda procesión de los Moros y Cristianos tuvo un guiño hacia la efeméride que se celebra este año, y que es el 40 aniversario de la fundación de la Asociación Festera de Moros y Cristianos de Elche.

El punto y final a las celebraciones llegó cuando la ofrenda llegó a la basílica de Santa María, donde los festeros depositaron sus flores como homenaje a la Patrona de Elche.