«Somos ciclistas, no delincuentes». Este es el lema que imperó a golpe de silbato ayer por la ciudad durante una multitudinaria marcha ciclista que congregó a más de 1.500 deportistas de toda la provincia en protesta por las multas que ha impuesto el Seprona recientemente a varios usuarios por circular en terrenos forestales del término municipal donde no hay señales expresas que prohiban el paso, tal y como asegura el colectivo, que entiende que los últimos casos de sanciones son un retroceso porque atentan contra la libertad de los ciclistas y los derechos que recoge la ley autonómica del 2008.

El alcalde, Carlos González, apoyó la protesta a su fin en la Plaça de Baix y se reunió tras el acto con los ciclistas así como con el edil de Seguridad Ciudadana, Ramón Abad, y el concejal de Deportes, Vicente Alberola. Desde el equipo de gobierno comparten la interpretación que hacen los ciclistas del decreto que regula la circulación de vehículos por zonas forestales. Insisten en que «la circulación en bicicleta es compatible con los valores ambientales y naturales». Desde el ejecutivo señalan, además, que han buscado asesoramiento jurídico y siguen con las gestiones con la Subdelegación de Gobierno para que la situación vuelva a la normalidad.

La movilización fue convocada por la asociación «Salvemos las sendas ilicitanas» con la colaboración de Extreme Duro o la plataforma «Pedales y Montaña». El encuentro superó las expectativas e incluso los ciudadanos que paseaban no daban crédito por la alta afluencia durante la marcha, que partió desde el estadio Martínez Valero pasando por puntos como la calle Blasco Ibáñez o Reina Victoria hasta culminar en la Plaça de Baix, donde se leyeron varios manifiestos. Durante el itinerario se cortaron parcialmente las calles y los corredores estuvieron acompañados por agentes de la Policía Local. Llamaba la atención la diversidad de perfiles que integraban la protesta, a la que se sumaron familias al completo con menores. «Es un deporte sano que no contamina, en el que se hacen muchas amistades y tememos que en un futuro nuestros hijos quieran pasan por las sendas y no puedan», señalaba Cristina Mérida, una alcoyana que forma parte del grupo Woman Warrior de la modalidad duro Mountain Bike, que tras la polémica le inquieta que se revierta el derecho de circular por senderos y vías pecuarias que adquirieron tras la primera gran movilización de 2008, año en el que se modificó la normativa.

A sus 82 años el oriolano Juan Córdoba también quiso sumarse a la reivindicación.Durante décadas se ha recorrido los montes y cree que el problema se ha politizado hasta el punto de que los usuarios que practican deporte se han convertido en los mayores damnificados. Desde la Asociación Internacional de Ciclistas de Montaña, (IMBA), colaboradores también en la protesta, apuntaron que detrás de las denuncias puede haber conflicto de intereses con los cotos de caza, ya que el mayor número de sanciones se han producido en las proximidades de estas zonas para la actividad cinegética.

Multas

Desde el IMBA tienen ya sobre la mesa seis multas que el Seprona ha interpuesto contra usuarios y esperan recopilar una quincena, la mayoría producidas en sendas de Elche y la sierra de Crevillent. Critican que hasta ahora todas las sanciones que han recurrido han terminado sin recorrido legal. En este sentido, Eduardo Oroval, delegado de IMBA, señala que se está «tergiversando la norma porque no deberían haber varias interpretaciones». Recuerdan que hace una década presentaron alegaciones al documento vigente para que las bicicletas no tuvieran las limitaciones de un vehículo a motor en espacios naturales, por lo que les apena que después de conseguir ese derecho estén volviendo en algunos casos al punto de partida.