Un viaje a través del arte, la naturaleza y la religión

Galardonada con una residencia artística de la Generalitat Valenciana, coordinada por el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, la artística plástica Miriam M. Guirao (Elche, 1981) ha podido desarrollar el proyecto «Alhué» (alma) en la isla chilena de Chiloé junto a Álvaro Aroca Córdova en el que arte, naturaleza y religión se han dado la mano y en el que ha podido abordas las heridas dejadas por el colonialismo. «Las condiciones de aislamiento de esta isla recogen prácticas religiosas, lingüísticas y paisajísticas de una manera particular», explica la ilicitana. El trabajo se articula destacando la relevancia de los saberes populares y la tradición oral en colaboración con agentes culturales de la comunidad, creando un diario de sus habitantes.

Guirao lleva años investigando y hablando a través de su trabajo sobre la relación del ser humano con la naturaleza. «En la isla de Chiloé el indígena no vive para explotar la naturaleza, comparte su camino con ella. He aprendido mucho de ellos, de cómo muchas de mis ideas y filosofías cobran sentido», reflexiona la artista sobre su residencia en el país sudamericano tras una larga trayectoria centrada en procesos relacionados con la naturaleza, la concienciación medioambiental, la sostenibilidad y la experiencia sensorial de la naturaleza a través del arte.

Bagaje

En esta iniciativa a cuatro manos la artista plástica ha juntado su bagaje con el del doctor en colonización y descolonización Aroca, en una beca cuyo propósito pasa por un proyecto ecológico en comunidad. «Últimamente hemos realizado trabajos que hablan del arte a través de las cosas cotidianas de la naturaleza y, al hablar con la gente que participa en ellos, te das cuenta de que esta experiencia ayuda a entender mucho más el arte, la vida y la sostenibilidad», considera Guirao, que pone como ejemplo de ello el proyecto de jardines efímeros en el que también está implicada en la actualidad.

Antes de este trabajo, uno de los últimos proyectos que abordó la ilicitana en Elche fue la exposición Vegetación ósea, en el que profundizaba sobre la muerta de la naturaleza. «Vivimos tiempos convulsos en los que el cambio climático está al orden del día. Eso quiere decir que no estaba tan equivocada. Nuestra relación con la naturaleza viene de una vida ancestral de miles de años en los que hemos vivido en contacto con la naturaleza y en armonía con ella. En la actualidad el objetivo es la explotación para el bien común», determina.

Tras su paso por Chile, Guirao continúa trabajando en la finalización de las obras de «Alhué», a la vez que está escribiendo una tesis sobre arte y psicología ambiental y prepara en Alicante nuevas exposiciones, tanto de Vegetación ósea como de Advenimiento y Conciencia psicoterrática, que se podrán ver en la Casa Bardín el próximo marzo.