Lo cerraron antes de que se pudiera poner un pie en la playa para bañarse tras el confinamiento y así sigue. El acceso a la arena y al agua que discurre entre el edificio Sol II y el Don Pedro en Arenales del Sol es, desde hace demasiados días, motivo de malestar para muchos residentes y veraneantes. Precisamente porque está cerrado al paso y porque los vecinos consideran que cada vez que preguntan a la Policía Local o al Ayuntamiento de Elche les dan una respuesta distinta.
Los vecinos están en el punto ahora de que ya no se creen ninguna versión que les dan y exigen la reapertura inmediata de este pasillo, el cual está precintado con cintas y con vallas. Mientras tanto, las pasarelas y los lavapiés que dan servicio a este camino no sirven casi de nada y casi a nadie, solo a los vecinos del edificio Sol II.
El enfado es mayúsculo, sobre todo entre las personas mayores. Están molestos porque tienen que dar un rodeo para ir a la playa. Y además, dicen, por una pasarela llena de desniveles, lo que para su edad puede ser todo un riesgo. La otra opción es caminar aún más y llegar a la orilla por el lado más alejado del edificio Sol III.
Escrito
Los «afectados» de una veterana urbanización de Arenales del Sol han decidido unirse e incluso han presentado un escrito de queja ante el Ayuntamiento de Elche acompañado de dos folios con 66 firmas.
«Este acceso, al estar al descubierto con una medida de ancho aproximada de 1,75 metros, representa menos riego para las personas mayores que el que supone desplazarse por los laterales. Además, como es lógico, cerca de los accesos es donde más se acumulan los bañistas, y en especial las dos entradas sitas a los lados del los edificios Sol I y III, donde la acumulación de sombrillas y bañistas es exagerada, no guardándose en ocasiones la distancia de seguridad, estando la zona de playa frente al acceso cerrado prácticamente vacía», se apunta.
En el escrito se considera que cuanto más se separen las personas más seguridad habrá, y por consiguiente, cuanto más entradas se habiliten más redistribución de bañista habrá, y por tanto más distancia de separación entre ellos, por lo que se solicita la reapertura de este paso. El escrito fue firmado el pasado 15 de julio y la cuestión todavía colea.
Redes sociales
E incluso ha ido a más, puesto que el tema ha saltado a las redes sociales y los vecinos han encontrado distintas explicaciones por parte de los responsables municipales y fuerzas de seguridad. «Es un acceso estrecho y sin posibilidad de distancia de seguridad, finalizando en escalones altos y rotos. Este cierre fue consultado con los propietarios. Existen a ambos lados pasarelas con mejor acceso para mayores (a 50 metros está el acceso a playa accesible con rampa)», exponían desde la Policía Local el pasado 2 de agosto.
«Este acceso tiene una distancia mínima de 1,70 m., así que cumple con la distancia de seguridad. ¿No está este acceso en la zona de dominio público? Diez minutos de un operario con una pala solucionaría el problema de los escalones altos y rotos», respondía el día 4 una vecina, mientras otros usuarios aseguran que ya no hay escalones rotos y que otra respuesta «oficial» en su día fue que se cerró el acceso porque hacían botellones. «Si hay botellones por la noche, que se trabaje para evitarlos, pero que no se nos dé este motivo para justificar un cierre durante el día. También hay botellones en el paseo de Arenales y no se cierra por eso», manifiesta otra vecina. En definitiva, los vecinos afectados lo único que piden es que se reabra este paso al menos para lo que queda de agosto y verano. De momento, se les ha quitado las ganas de bajar a la playa.
No obstante, el Ayuntamiento entiende que abrir este pasillo generaría que, en el doble sentido de circulación, las personas no guardarían el mínimo espacio de distanciamiento social y estarían muy próximas unas de otras, algo que no se puede permitir en este momento.
