Un paseo por las principales calles del centro de Elche descubre al visitante a día de hoy más de 250 negocios de todo tipo de los cuales más de 70 se encuentran con la persiana bajada, lo que se traduce en que un 28% de los comercios están muertos. Es por ello que los propietarios, pero también los comerciantes de la zona esperan, como agua de mayo, que la peatonalización de la Corredora, cuya inauguración se prevé para noviembre permita que el corazón de la ciudad vuelva a latir como antes y que la concentración de negocios de todo tipo se convierta en un revulsivo.

Curiosamente, la vía que más comerciantes ha visto marcharse los últimos años ha sido la Corredora. De los 70 comercios que hay instalados en los algo más de 300 metros que tiene la principal arteria de la ciudad, una veintena permanecen cerrados. Esta calle ha sido una de las más afectadas por la crisis, quizá también porque tiene los precios más altos, aunque seguro que este no habrá sido el motivo por el cual se han marchado como en un cuentagotas las franquicias del grupo de Zara. Más bien es que no veían negocio por el volumen de clientes diarios que recibían. El tramo más añejo, que va desde la Glorieta hasta la Plaça de Baix, pasando por las populares «Cuatro Esquinas» (Carrer Aurelià Ibarra y Victoria) concentra la mayor parte de los negocios cerrados. Y los hay de todo tipo: grandes y pequeños que no han visto viabilidad.

Y paralela a la Corredera está el Carrer Hospital, peatonalizado hace dos décadas, que cuenta con un total de 45 tiendas, de las cuales 13 se encuentran cerradas. Y precisamente el que no pasen vehículos ha hecho hayan florecido establecimientos de la restauración, desde heladerías a cafeterías, pasando por sitios para tapear que conviven con ópticas o tiendas de moda. Dos de los negocios cerrados se han trasladado a calles próximas en busca de menor competencia o precios de alquileres más económicos.

Calles pequeñas, también peatonalizadas, como el Carrer Aurelia Ibarra o la calle Victoria, que nos llevan a la Plaza de las Flores, tienen otros dos negocios cerrados y cinco abiertos, entre ellos una zapatería con historia, aunque si hablamos de vías que concentren la actividad fabril más importante de la ciudad, como es el calzado, hay que ir a Bisbe Tormo. Pero esa concentración no impide que un tercio de los locales comerciales se encuentran cerrados o algunos anuncien liquidación. También aquí encontramos negocios que buscan la diferenciación como modelo para ser diferentes del resto evitando competencia: ¡Se pueden encontrar objetos para los amantes de la saga de Harry Potter!

Aparcamiento

El presidente de la Asociación de Comerciantes de Elche, Jaime Javaloyes, afirma con amargura que los negocios abandonan porque el centro ya no es rentable. «La falta de aparcamiento, el no tener atractivo y la poca facilidad para acceder a él ha hecho que la zona entre en una decadencia constante y que los clientes y los visitantes opten por los centros comerciales». Javaloyes añade: «La decadencia del centro histórico de Elche lleva ocurriendo desde hace muchos años, todas las grandes marcas se marcharon de aquí y el resultado es el que tenemos». Es por ello que señala la necesidad de crear un plan estratégico ya que vaya enmarcado a solucionar problemas como el aparcamiento o el Mercado.

Pero Hospital no es la única calle donde, al albur de la peatonalización, ha crecido la restauración. Mare de Déu del Carmen y Mare de Déu dels Desamparats, perpendiculares a la Plaça de Baix, hoy convertida en un sudoku de 600.000 piezas para su peatonalización, siguen este modelo. En estas dos vías conviven 13 negocios y ¡todos abiertos! El secreto quizá está en que tienen mucha rotación los alquileres. Algunos duran muy poco pero, enseguida, llegan otros. Se da el caso de empresarios que se arriesgaron en pleno confinamiento y, por ahora, les va muy bien.

Y ¿si les digo que estoy en la calle de Zara, verdad que me entienden? Bueno, en realidad es el carrer Trinquet y Zara ya no está desde hace ocho días y su cierre ha sido motivo de críticas sobre el modelo de gestión municipal. Pues en la calle Trinquet hay un total de 15 locales comerciales (algunos con entrada también desde el carrer Ample) de los que cinco están cerrados. Algunos, es cierto, de forma temporal por las restricciones al ocio nocturno. Y otra peatonal e importante desde siempre por ser una vía transitada para ir a la Corredora o Paseo de la Estación, es el carrer Ample, que tiene un total de 18 locales, y siete de ellos, cerrados. Eso sí, en ella está el único estanco que hay en la zona centro.

La imagen de las plazas

Las plazas que forman el centro de la ciudad también están siendo azotadas por la bajada de persianas. En estas, el protagonista es la hostelería por excelencia, siendo en todas ellas la actividad principal. Es la estampa de bares con terrazas, algunas de ellas llenas. Y la más importante es la Glorieta, que cuenta con diez locales y solo uno está cerrado.

Mercado

En la recogida Plaza de la Fregassa se encuentran diferentes restaurantes y tiendas de ropa. De los ocho negocios, solo uno está cerrado. En la Plaza de las Flores, también es zona donde prima la hostelería. Aquí conviven nueve negocios de los que tres se encuentran cerrados pero nadie duda que es el punto neurálgico de crecimiento cuando se resuelva el problema del Mercado. Los mismos cierres tiene la Plaza Blanca, aunque uno lo está por las restricciones al ocio nocturno. La imagen de la Plaza de la Merced es un ejemplo de la cantidad de comercios que se marchan, y que como protagonistas de la zona a los bares. De esta forma, de los 10 establecimientos que tiene, cuatro permanecen cerrados en la actualidad.