¿Dónde mejor que en un instituto cerrado para evitar ser vistos y reunirse grupos de jóvenes para beber alcohol, consumir drogas o cometer actos vandálicos?. Esto es lo que acaba de descubrir la Policía Local de Elche, lo que le ha obligado a reforzar la vigilancia en recintos educativos tras el toque de queda, "tras observar un incremento de reuniones en colegios e institutos. Los grupos utilizan estos lugares, por el resguardo que facilitan, para el consumo de alcohol y estupefacientes, así como para generar actos vandálicos", explican en un comunicado. En Elche, solo los alumnos de nocturno del IES Carrús están autorizados por los profesores a estar en la calle después de las 22 horas, que es cuando entra en vigor el toque de queda, pues finalizan sus clases más tarde. En concreto, son dos grupos de bachillerato y otros dos de Formación Profesional, pertenecientes a un programa europeo.

Según explican desde el gabinete municipal del Ayuntamiento de Elche, los equipos directivos de los centros docentes denunciaron a la policía los hechos y la falta de limpieza en las mañanas siguientes tras el paso de estos grupos. Ante esta situación, y el incremento de los seguimientos ante las infracciones de las medidas preventivas frente al covid19, una dotación de la Policía Local detectó el 9 de enero, sobre las once de la noche, a uno de estos grupos en el IES Nit de l’Albà.

Los agentes procedieron a identificar a las personas que se encontraban allí y esclarecieron que, además del acceso no autorizado al lugar y el incumplimiento de las medidas relativas al horario, se encontraban consumiendo bebidas alcohólicas de alta graduación y estupefacientes en el patio.