El 80% de los pacientes que están pasando en los últimos días por las Urgencias del Hospital del Vinalopó, en Elche, son positivo en covid-19 o presentan sintomatología que los hace «sospechosos» de tener el virus. Ante esta avalancha de casos el departamento, gestionado por el Grupo Ribera Salud, asegura que se están adelantando a los acontecimientos y han reforzado el protocolo de atenciones. Para ello han diseñado tres circuitos que comienzan desde el servicio de admisión para diferenciar a positivos en coronavirus, posibles positivos o negativos.

Estas medidas se toman para minimizar los riesgos de contagio, teniendo en cuenta que la presión hospitalaria de la provincia está muy por encima a la que ya se registró al inicio de la pandemia. En el caso del Vinalopó hay un centenar de personas en planta contagiadas de covid-19, según datos facilitados este fin de semana por fuentes del hospital. A Urgencias llegan de media unos 180 pacientes. La mayoría son positivos que han notado que los síntomas van a más así como usuarios sin diagnóstico pero con síntomas.

Según Irene Amorós, supervisora de Enfermería en Urgencias del Vinalopó, en marzo del pasado año, cuando se decretó el confinamiento, podían recibir un tercio de las Urgencias mientras que ahora suponen «un 100% porque la gente no es consciente de lo que hay ni del riesgo que tiene estar en un hospital».

El Vinalopó establece tres circuitos en Urgencias ante la escalada de contagios

Los profesionales achacan esta crecida de atenciones en Urgencias porque la población urge que la atiendan y porque quieren que se les haga una PCR rápido para poder salir y hacer «vida normal» «mientras que en marzo como no se hacían tantas PCRs la gente cumplía con su aislamiento, es un contexto totalmente diferente», apunta esta facultativa al tiempo que asegura que el personal sanitario se siente agotado en estos momentos.

Ya al inicio de la pandemia se establecieron «itinerarios seguros» para evitar contagios dentro de las instalaciones hospitalarias y ahora se refuerzan de tal forma que parecen dos hospitales en uno para que no haya cruce de pacientes.

Es decir, dependiendo de si el usuario es positivo o no pasará por un pasillo determinado, acudirá a un baño diferente o subirá por un ascensor u otro. La desinfección de dependencias se ha intensificado, también, en esta nueva ola y por ello se tienen que limpiar los baños cada vez que los usa un positivo, de igual forma que se remarca con indicativos cuando una instancia está «sucia» o «limpia».

A la pregunta, ¿cómo es acudir ahora a Urgencias? Cuando se cruza la puerta de entrada a Urgencias los familiares de los pacientes deben evitar al máximo entrar en las dependencias para que no se produzca trasiego de personas, una cuestión que no siempre comprenden los acompañantes.

Podrían ir con el afectado si se trata de menores, embarazadas o personas dependientes, según algunos de los supuestos que se estudian en la primera fase. Cuando el equipo de enfermería toma contacto con los usuarios se establece en cuál de las tres circuitos encaja el paciente.

Entonces los sanitarios se preparan en función de la técnica a aplicar ya que en caso de ser de riesgo por ser «sospechoso» o si es positivo deben ir con todos los EPI. Cada vez que tratan con un paciente distinto deben cambiar las batas y mascarillas. Por esta razón las atenciones a estos pacientes son más largas de lo habitual por todo el protocolo que se debe seguir ya que cualquier fallo es importante. Al hilo, todo el personal nuevo que entra tiene que ser instruido en este nuevo protocolo, que cambia según el avance de la situación epidemiológica.

Según Irene Amorós, el personal se está desplazando según las necesidades, que en estos momentos son más acuciantes en UCI, hospitalización y Urgencias para bajar la carga asistencial, según explica la facultativa.

En cuanto a los espacios, algunos se han desplazado a planta como la Observación de Pediatría, ya que el volumen de menores que llega a Urgencias es menor. Estas dependencias, por tanto, se utilizan ahora para atender a quiénes presentan patologías sin síntomas de covid-19.

Antes de decretar si necesitan ingreso o no se estudia su caso y también se determina el espacio adecuado en el que se le atiende, que puede ser más o menos abierto dependiendo del nivel de aerosoles que pueda haber en el aire si se está ante un positivo.

«Los sanitarios lo pasan muy mal porque saben lo que puede pasar»

Desde Urgencias señalan que en esta nueva ola hay una cierta relajación por parte de la población en cuanto al virus «porque al principio era algo desconocido y ahora se pierde un poco el miedo porque conocen a alguien que no lo ha pasado tan mal», alerta Irene Amorós. De cualquier forma, apunta que debería buscarse un equilibrio ya que en la primera ola los pacientes no llegaban a Urgencias por temor a infectarse y ahora la ocupación es alta porque se dispara el número de quiénes acuden preocupados con síntomas. Desde el hospital piden prudencia y aseguran que la situación está afectando mucho a los sanitarios porque saben los efectos que puede tener el virus.