«Esto es una vergüenza, cada vez hay más porquería», lamenta un cliclista al pasar frente a un vertedero ilegal oculto entre una pinada a escasos 500 metros del Clot de Galvany. Allí, montañas de escombros, ropa, muebles y hasta juguetes se acumulan sin pudor en lugar de ocupar el sitio que les corresponde, los puntos limpios o los contenedores de basura. Una mala práctica cada vez más frecuente en las zonas rurales de Elche con el agravante de que esta vez se está dando muy cerca de un humedal considerado paraje natural municipal.

Entre Arenales del Sol y El Altet, a un kilómetro de ambas pedanías, y muy cerca de la carretera nacional 332, el basurero se extiende junto a una pista forestal a la que se puede llegar con coche casi sin ser descubierto, ya que la zona es muy solitaria, apenas pasan ciclistas o gente caminando. Una localización casi desconocida, que precisamente por eso, ha sido aprovechada por irresponsables para verter sin ningún tipo de control.

Hay al menos ocho puntos diferenciados donde se acumulan desde materiales de obra, cubos de pintura, lavabos, sacos con ladrillos, sofás, televisiones, maderas mantas y hasta toboganes infantiles. Toda una serie de desperdicios en contacto directo con pinos y matorrales, con el consiguiente riesgo de incendio que eso implica. La estampa es lamentable.

Otra montaña de vertidos que se expande entre los matorrales y los pinos Matías Segarra

Desde la Concejalía de Medio Ambiente, dirigida por Esther Díaz, reconocieron ayer a preguntas de este diario, que eran desconocedores de este caso en particular y aseguraron que ordenarían la limpieza de la zona cuanto antes. Si bien, lamentaron que han tenido que intervenir en otras ocasiones en este entorno por el incivismo de la gente que se cuela en una pista forestar abierta para verter.

Para el Ayuntamiento está suponiendo un quebradero de cabeza esta irresponsabilidad en los últimos años, hasta el punto de que el equipo de gobierno reconoció que los vertederos ilegales son uno de los mayores problemas del Camp d’Elx y que ninguna pedanía está ya exenta de este problema.

Desde el pasado mandato, ante las críticas vecinales y el aumento de casos, la Concejalía de Limpieza se comprometió a reforzar la persecución policial para tratar de dar con los infractores, y sancionarles por desprenderse de escombros, enseres y podas en lugares que no están autorizados. Hay más de un centenar de escombreras localizadas por el Consistorio y señalizadas, en las que advierten de la incoación de un expediente sancionador por verter cualquier tipo de residuo no doméstico. La cifra se cuadriplicó en apenas dos años.

Las multas por estas irregularidades parten desde los 600 euros, aunque la dificultad para pillar in fraganti a los que vierten ilegalmente los residuos, es un auténtico caballo de batalla para el Ayuntamiento de Elche, ya que implicaría casi una patrulla policial permanente en cada punto de vertidos.