Más de un millón de euros es el presupuesto que necesita la Acequia Mayor del Pantano para reparar los canales que riegan el Palmeral degradados a marchas forzadas por la falta de mantenimiento, los temporales y el paso del tiempo. Así lo ha cifrado el presidente de la comunidad de propietarios de esta infraestructura, Pascual Urbán, que reconoce la incapacidad de la asociación para poder afrontar esta suma millonaria por la falta de liquidez.
Desde hace tres años la comunidad asegura no haber recibido ninguna ayuda pública. Es más, y han gastado ya los 70.000 euros, que les prometió el Ayuntamiento el pasado año (sin haberlos ingresado todavía) en las reparaciones más urgentes y en instalar rejas metálicas de seguridad para evitar que la gente se cuele por los túneles derruidos.
Una denuncia de Volem Palmerar sobre vertidos de aguas malolientes en la Acequia junto a las antiguas casas de Ferrández, ha vuelto a poner sobre la mesa el mal estado de la infraestructura sobre todo desde el puente del Ferrocarril hasta el convento de las Clarisas. Una red de riego que, una vez se apruebe definitivamente la ley del Palmeral pasará a recibir el reconocimiento de Bien de Interés Cultural (BIC) en unas condiciones deficientes.
En este punto desde el colectivo defensor del Palmeral advierten que hay sillares que contenían la acequia que se han desmoronado en su entrada al Palmeral. Han puesto ya en conocimiento del Patronato esta situación y la de los vertidos. Esta semana, según pudo comprobar este diario, únicamente quedaba ya agua estancada al no pasar en ese momento riego.
Desde el colectivo apelaron a buscar soluciones para no perder un patrimonio que, aunque en este caso está en manos de una comunidad privada, forma parte de la declaración de Patrimonio de la Humanidad que concedió la Unesco.
Ante estas circunstancias, la Comunidad de Propietarios de la Acequia Mayor urge ayudas del Ayuntamiento y de la Generalitat para poder hacer frente a innumerables daños que se acumulan con el paso del tiempo y se agravan por las riadas, según advierte su presidente. Solo en el canal de desvío estima que necesitan 600.000 euros para su reparación, una infraestructura que conecta con el Pantano y que se ha hundido con los temporales.
El Ayuntamiento de Elche firmó el pasado año un convenio con la comunidad de propietarios de la Acequia Mayor del Pantano de 70.000 euros para su conservación
Sin embargo, Urbán achaca las dificultades a las que se enfrentan por la falta de recursos económicos (desde la expansión del riego por goteo venden menos agua y reciben menos ingresos) y la burocracia que exigen las administraciones públicas para poder realizar las rehabilitaciones. Como ejemplo, lamenta haber perdido el pasado año subvenciones de la Diputación por haber tenido que presentar proyectos a cinco organismos y no haber llegado a tiempo.
Mientras tanto, la Acequia Mayor se aferra al convenio que firmó a finales de año con el Ayuntamiento de 70.000 euros para poder acometer los trabajos de rehabilitación en los puntos más deteriorados de los canales de riego. Una ayuda municipal que, aún siendo insuficiente, esta entidad de riego centenaria espera que pueda renovarse cada año para labores de conservación.
Reivindicación
Las malas condiciones en las que se encuentra desde hace tiempo la acequia mayor es solo una pequeña gota dentro de un vaso de las necesidades que tiene el Palmeral para mejorar. La mejora de esta infraestructura es vital, según el grupo de senderistas del Patrimonio, liderado por José Joaquín Belda, para mejorar la calidad de riego que reciben los miles de ejemplares del vergel ilicitano.
La restauración de los canales, la creación de un sendero que conecte con el canal del desvío, la recuperación de la acequia de Marchena son algunas de las reivindicaciones que hace este colectivo a los políticos en un momento clave para el Patrimonio de la Humanidad, cuyo futuro pende de la nueva ley de protección que está ultimando el Consell.
¿Para qué sirve?
La acequia Mayor es una construcción asociada a la toma de aguas del pantano que tiene un interés constructivo, histórico y etnológico. Está considerada como la columna vertebral del regadío histórico de la ciudad.
