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Vecinos de la carretera de Santa Pola urgen desviar el cauce del barranco de San Antón por las inundaciones

Afectados por las crecidas del caudal se muestran desesperados y plantean canalizar el agua a los canales de riego mientras el Ayuntamiento encuentra fondos para construir tanques de tormentas

Un vecino observa un tramo del barranco de San Antón, que pasa por debajo de la carretera. | ANTONIO AMORÓS

«La situación impone, parecen cataratas», lamenta el portavoz de la plataforma de afectados por las inundaciones del barranco de San Antón, Julio Martínez. Nuevo episodio de lluvias en Elche y nuevas inundaciones en la carretera de Santa Pola y en las viviendas de su entorno. La tromba de agua procedente del barranco de San Antón a causa de las precipitaciones de este lunes volvió a poner en vilo durante horas a los vecinos de Alzabares porque sus caminos estaban anegados y no podían entrar a sus casas y puso en aprietos a algunos conductores que circulaban por la CV 865 donde se encontraron con una auténtica «piscina».

Residentes de este entorno, la mayoría constituidos en la plataforma de afectados por las inundaciones del barranco de San Antón han vuelto a reclamar soluciones para frenar la crecida de agua en estas inmediaciones donde el Ayuntamiento y Aigües d’Elx cuantificaron en seis millones de euros un proyecto de tanques y presas para acabar con las avenidas de agua. El problema es que para acometer esta ambiciosa actuación no hay una fecha en el horizonte, puesto que la administración local y la empresa mixta han supeditado la obra a encontrar financiación europea. El portavoz del equipo de gobierno, Héctor Díez, dijo que el Ayuntamiento está tratando de buscar una solución para conseguir financiación a través de los fondos de reconstrucción europeos para la sostenibilidad y lucha contra el cambio climático que canalizará el Gobierno central.

Y eso es lo que desespera a los afectados quienes urgen medidas para bajar el nivel de agua que se acumula en la carretera. «El problema es que la velocidad del agua se multiplica y el caudal se reduce a cinco metros cuando llega a la carretera de Santa Pola», advierten desde la plataforma. Cuando pasa esto, la tromba de agua hace que las viviendas sean inaccesibles hasta incluso horas después de la lluvia porque sigue bajando la corriente desde el barranco, donde también hay chalés que en otras ocasiones se han visto perjudicados.

La carretera de Santa Pola anegada, el lunes por la tarde, por las precipitaciones. | INFORMACIÓN

Por este motivo, aunque reconocen que este año han limpiado parte del barranco (es competencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar), todavía queda mucha vegetación en varios puntos por retirar que no ayuda a bajar el nivel del agua. Además de esto, la plataforma de afectados cree que hay otras medidas que podrían adoptarse como desviar el agua del barranco de San Antón a los canales de riego para bajar el nivel del agua en a su llegada a la carretera de Santa Pola.

Para ello, reclamarán al Síndic de Greuges nuevas reuniones con el Ayuntamiento, la Confederación y la Conselleria de Carreteras. «Queremos que los técnicos vengan a la zona, vean cuál es el problema y que los vecinos podamos aportar soluciones como conocedores que somos de lo que ocurre cada vez que llueve», apunta Julio Martínez.

LA CLAVE

Problema histórico y agravado por el desarrollo urbano

Las inundaciones en el barranco de San Antón es un problema arrastrado de hace décadas, pero agravado por el desarrollo urbano del entorno del estadio.

LA CIFRA

58 LITROS de agua por m2

La crecida de agua en la carretera de Santa Pola se produjo el lunes cuando cayeron 58 litros de agua por metro cuadrado. Una tormenta de intensidad media.

Para frenar este histórico problema, Aigües d’Elx y el Ayuntamiento están trabajando en un proyecto innovador y sostenible, para el que hace falta una inversión superior a los 6 millones de euros. El Ayuntamiento pretende conseguir fondos de la Unión Europea. Este proyecto consiste en la construcción de siete tanques de tormenta en la zona urbana, cinco presas en el cauce y una zona de laminación en el tramo final. La obra que plantean también contempla la creación de cinco presas destinadas a contener el agua y favorecer procesos de autodepuración e infiltración en el propio lecho del barranco mediante la naturalización del cauce con la introducción de especies vegetales autóctonas.

La pretensión de esta gran infraestructura es alcanzar una capacidad de retención total entre todas las actuaciones del entorno de unos 200.000 metros cúbicos, reduciendo los episodios de crecida del barranco con afección al entorno de Alzabares. La propuesta ya se presentó hace varios años a una convocatoria europea, y cuenta con la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Júcar, necesaria para la tramitación de autorizaciones y permisos para las actuaciones previstas en la zona. La finalidad es implementar un modelo a escala real de cómo impacta el desarrollo urbano y la actividad humana en la cuenca de barrancos alterados por el desarrollo urbano, tomando como referencia el caso de San Antón. Mientras tanto, el Ayuntamiento y Aigües d’Elx llevan gastados 4 millones de euros en colectores para frenar las inundaciones en otros puntos de la ciudad.

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