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Arranca el dispositivo para vaciar de amianto el hotel de Arenales

Los trabajadores envolverán cada pilar con una cabina para evitar que se desprendan partículas

El hotel de Arenales, preparado ayer para la retirada del amianto. | INFORMACIÓN

Comienza el desmantelamiento de las dos toneladas de amianto del hotel de Arenales. Una compleja y esperada operación en la que desde este jueves participa un equipo de especialistas que han comenzado a utilizar una cabina de refrigeración para evitar que el material tóxico se desprenda por el aire. Es el paso previo al derribo total del edificio de los sesenta en primera línea del mar.

Los operarios han comenzado por el ala norte del inmueble para retirar el fibrocemento desde el extremo hasta el centro del complejo donde tienen la vía de evacuación por si tuvieran que abandonar el proceso por alguna emergencia. De un pilar a otro, los trabajadores van a ir trasladando esa cámara, como si se tratara de una especie de burbuja, para que todas las partículas se queden dentro.

Se trata de una labor especialmente complicada para la que la constructora ha tenido que dar aviso al Seprona y a la Dirección General de Costas. Dada la dificultad de los trabajos, la empresa encargada todavía desconoce cuánto tiempo podrá llevarle liberar las ruinas de este peligroso material.

Esta fase de las obras será una de la más delicada de todas, puesto que el personal, por motivos de seguridad, no podrá trabajar más de cuatro horas al día con el fibrocemento, ni siquiera más de 30 minutos seguidos, dado el riesgo que conlleva. Y todo ello, con equipos de protección de lo más especializados.

A partir de ahí, estará el terreno preparado para que la constructora pueda meter la maquinaria y tirar abajo las ruinas que desde hace décadas afean la primera línea de playa.

Por ahora, todavía no hay un plazo concreto sobre cuándo podrá desaparecer definitivamente el esqueleto de Arenales.

Lo que está claro es que las dos labores que más molestias podrían ocasionar, la retirada del amianto y la demolición, van a ejecutarse cuando la población se ha reducido drásticamente en esta población costera.

El temor a que las aparatosas obras acabaran perjudicando la temporada estival por la cercanía de las ruinas a la playa ha estado presente durante todo el verano.

Sin embargo, el proceso que se ha ido desarrollando en los dos últimos meses ha sido finalmente de baja intensidad e impacto mientras la propiedad lograba el permiso del Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo (INVASSAT) para desmantelar el fibrocemento que lo tuvo que tramitar por la vía de urgencia.

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