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Feminización de la pobreza

Elche Acoge ayuda en sus talleres a que las mujeres superen las barreras de la inmigración

Los talleres para la erradicación de la pobreza entre las mujeres de Elche Acoge.

El 47% de la población migrante que recibe Elche son mujeres. Estas personas sufren una triple discriminación, ya que a su condición de mujeres e inmigrantes se le suma la falta de documentos. Este es el punto de partida que lleva a la plataforma Elche Acoge a impartir talleres que tienen como objetivo la erradicación de una pobreza que se ceba, especialmente, con el sexo femenino. Estos talleres se imparten en el Rincón de las Culturas, la sede que la ONG tiene el barrio de Carrús, uno de los principales focos de recepción de migrantes en la ciudad ilicitana.

Otra imagen de las sesiones en la sede de Carrús de la ONG. | MATÍAS SEGARRA

«Las usuarias que recibimos representan un perfil de especial vulnerabilidad, ya que proceden de países que están en una situación muy crítica y, a pesar de tener formación de base, se topan con las leyes de extranjería y la falta de documentación, lo que les impide trabajar o les lleva a acudir a mercados negros en los que son explotadas», explica la responsable del Área de Igualdad de Elche Acoge, Ángeles Rodes Lafuente. En estos mercados al margen de la legalidad, las mujeres se ven obligadas a realizar jornadas maratonianas por unos salarios que, en la mayoría de los casos, no superan la barrera de los 300 euros mensuales. A ello hay que sumarle la siempre presente amenaza de las redes de prostitución.

Feminización de la pobreza

Desde la ONG insisten en la triple barrera que tienen que superar estas mujeres y en lo complicado que les resulta encontrar un trabajo y llevar a cabo la conciliación familiar. Por eso les ofrecen una base formtiva. Desde el punto de vista laboral les explican el funcionamiento del sistema español, les enseñan a presentar su candidatura a puestos laborales y les ayudan a actualizar sus conocimientos. «También nos encontramos con situaciones más complicadas, como las de no conocer el idioma, en el caso de las que no son hispanoablantes, o las que son analfabetas. A ello hay que sumarle todo lo que traen a cuestas: muchos traumas, carga psicológica, dolor emocional...», asegura Rodes Lafuente sobre la dura realidad que afrontan en los talleres.

Al llegar a Elche, estas mujeres también sufren desilusión, desencanto y frustración, lo que se traduce muchas veces en sentimiento de culpa. Por eso, más allá de los conocimientos que adquieren en los talleres de la ONG ilicitana, estas citas también les sirven como punto de encuentro con otras personas que atraviesan una situación similar y con las que pueden hablar, compartir, generar vínculos y ayudarse para salir del estado de soledad, aislamientos e impotencia en el que viven.

Empadronamiento

Muchas de las mujeres a las que ofrece ayuda Elche Acoge ni siquiera están empadronadas en la ciudad, lo que les impide ir al médico o recibir ayudas de los servicios sociales. «Son las que menos posibilidades tienen de incorporarse a un trabajo y, cuando lo hacen, es con las condiciones más extremas y los peores contratos», sostiene la representante de la ONG, quien también cuenta que los cursos de aprendizaje del español están formados actualmente por 16 grupos diferentes.

También se desarrollan otras técnicas, algunas que están a caballo entre la formación y la psicología, usando el arte o el mindfulness como herramientas. En cuanto al peligro de las redes de prostitución, Elche Acoge colabora con instituciones como la Guardia Civil o el Centro Mujer 24 horas para plantarle cara.

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