Ilicitanos orgullosos de su Andalucía

Elche no sería la misma si no fuera por los emigrantes, miles de personas de muchas regiones españolas y de países de los cinco continentes, que han construido una ciudad rica en cultura, en historia y vida.

La historia de los andaluces de Elche se vio nutrida por el éxodo rural que vivió el país durante las décadas de los 60 y 70. Andaluces de Jaén, de Almería o de Granada, en su mayoría gente de campo, se desplazaron hacia la costa valenciana y catalana en busca de oportunidades para ellos y sus hijos. Más de 20.000 andaluces llegaron a la ciudad y se establecieron en barrios de nueva creación, como San Antón, Carrús o El Toscar. La ciudad tuvo que crecer a un ritmo desmedido para dar cobijo a toda aquella gente que llegó con la promesa de una vida más benevolente. Gente que vino también, en menor medida, desde Albacete, Murcia o de la Vega Baja.

Sus historias son también las de la propia ciudad, que ha visto cómo nacen las nuevas generaciones de ilicitanos con sangre andaluza, manchega o murciana.

Flores y gastronomía

María y Mari Galarzo, sobrina y tía, viven cerca de la Parroquia del Corazón de Jesús, ambas comparten el apellido, el color turquesa de los ojos y los orígenes. Su familia, del pueblo jiennense de Arroyo del Ojanco, puso rumbo a Cataluña primero y a Elche más tarde, donde se estableció. Mari emigró con su familia en la adolescencia y aunque hoy se sienta muy ilicitana, dice que los principios no fueron fáciles y que la tierra siempre tira. María visitó el pueblo de sus abuelos de pequeña y no dudaría en volver a pasar una temporada allí, en su esencia está la música cofrade, las flores y la gastronomía andaluza. El legado se lo dejó la abuela Cornelia, que guisaba platos típicos de su tierra y tenía un balcón lleno de maceteros con flores.

Ambas destacan la alegría que les evoca Andalucía y el sentimiento de arraigo a esta autonomía. De Elche tampoco reniegan, aquí han establecido su vida y no dudan en alabar la comodidad de una ciudad, que siendo la decimonovena de las ciudades españolas más grandes, ofrece todo lo que podría dar un pueblo de la costa del Mediterráneo.

Respecto a la familia, Lucía, una ilicitana de ascendencia granadina, destaca el sentimiento de unión, algo propio de la cultura andaluza. Sus abuelos y tíos llegaron a Elche de Zújar por oportunidades laborales y todavía mantienen algunas expresiones al hablar, la gastronomía y también conmemoran las fiestas patronales de su pueblo.

Barrio andaluz entre palmeras

Caridad nació en Huélago (Granada) y vino a la ciudad con 17 años, donde acabó en el barrio de San Antón. Un vecindario de mayoría andaluza que ha mantenido su esencia de barrio de casas bajas durante muchos años. Con la feria de enero en honor al santo y la Semana Santa como grandes celebraciones anuales, esta parte de la ciudad, rodeada de palmeras, ha sabido integrarse sintonizando lo mejor de los andaluces y los ilicitanos.

Caridad dice que el cambio no fue fácil, pero supo adaptarse a la ciudad, sobre todo por el entorno de su barrio, que le acogía y hacía sentir en casa. Destaca la labor de todas las mujeres que cuidaban de su familia y al mismo tiempo se dedicaban al calzado en sus casas, una labor, que todavía es una asignatura pendiente de la responsabilidad social de Elche. Según la vecina de San Antón, al barrio “lo están dejando morir”, una queja que se dirige a las instituciones y que quiere mostrar el rechazo a proyectos como el de los pisos nuevos del barrio, que fueron inaugurados hace escasos meses. San Antón, tan idílico como polémico, un barrio andaluz rodeado de palmeras, junto al barrio de Los Palmerales es el más estigmatizado a la hora de valorar los barrios ilicitanos.

La casa de andaluces e ilicitanos

La Casa de Andalucía de Elche nació en 1987 en el corazón de la ciudad, su primera sede acogió a andaluces e ilicitanos cerca de la Basílica de Santa María, actualmente este rincón andaluz lleno de flores y banderas se ubica en el Polígono Industrial de Carrús, esta asociación ha sido una de las encargadas de hacer pervivir tradiciones típicamente del sur como la festividad de la Virgen del Rocío, la Feria de Abril o el Día de Andalucía.

Un instante de la jornada de puertas abiertas de la Casa de Andalucía Han sido muchos los andaluces y andaluzas que han pasado por esta sociedad cultural para volcarse con sus tradiciones y vivencias. Este año, y con las medidas por la Covid más relajadas, la comunidad celebra el Día de Andalucía con una agenda de actos festivos para reivindicarse una vez más como andaluces y como ilicitanos. Una unión que nació por las consecuencias de la emigración rural, pero que se ha convertido en el nexo de dos culturas profundamente arraigadas y poblaciones diversas, pero con un mismo sentimiento de pertenencia.

Día de Andalucía 2021, cita con las raíces

Sin duda los emigrantes andaluces han hecho de esta ciudad una de las más afortunadas y respetuosas de la geografía española en todos los ámbitos. Es curiosa la coincidencia de la bandera andaluza, la “Arbonaida” con sus dos franjas verdes y una blanca y una de las banderas más populares de la ciudad, la del Elche CF, que también tiene muchos aficionados emigrantes y que se compone de dos franjas blancas y una verde. Como si las dos banderas hermanas se integraran y se intercambiaran una franja que las completa en su diversidad.

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