Mostrar solidaridad con familias en situación de vulnerabilidad a la vez que se recibe una educación sobre consumo responsable y sostenibilidad. Todo ello desprendiéndose de sus propios juguetes, los objetos más preciados para cualquier niño. Este es el punto de partida del proyecto pedagógico que se ha puesto en marcha en la clase de Infantil de 4 años del colegio Antonio Machado de Torrellano, por parte de las profesoras Vanessa Cabanes Jareño y Patricia Martí Lillo. Gracias a esta iniciativa, en la que han participado cuarenta niños, se han conseguido recolectar más de setenta juguetes, que son destinados para las familias que cuentan con menos recursos o que se intercambian por alimentos para su posterior donación.
«Mi compañera Patricia y yo realizamos nuestro trabajo con los niños a través de proyectos, no con libros de texto. Convertimos a los alumnos en sujetos activos para que creen junto a los docentes. El aprendizaje de competencias se combina con servicios a la comunidad más próxima», explica Vanessa Cabanes como origen de la iniciativa. La pasada Navidad, mientras los menores comentaban en clase los regalos que iban a recibir, se les ocurrió este proyecto. «Casi todos los alumnos tienen muchos juguetes y les propusimos donar sus pertenencias a alguna asociación. La mayoría quieren que estén nuevos, así que decidimos hacer una donación a particulares que lo necesiten, a través de anuncios en redes sociales y contactos de familiares y amigos», añade la profesora.
Las docentes llegaron a un acuerdo con los pequeños para que donaran sus juguetes si la persona que se interesaba por ellos formaba parte de una familia en situación de vulnerabilidad. «En cambio, si se encuentra en una situación de economía estándar, por así decirlo, lo que se hace es un trueque por alimentos no perecederos», matiza Vanessa Cabanes. Los alumnos iniciaron de este modo una campaña de recogida de juguetes, que presentan a través de fotografías con las que han creado un catálogo de objetos destinados a otros niños.
Notoriedad
Además de anunciar en redes sociales el catálogo de juguetes que se ha generado con las donaciones de los alumnos del Antonio Machado, los objetos solidarios también están disponibles en plataformas digitales como Wallapop y se ha grabado un vídeo para dar notoriedad a la iniciativa y que llegue a los más necesitados. «En clase leemos los correos que recibimos y los niños preparan bolsas para entregar los juguetes, en las que incluyen cartas. A la vez que se van repartiendo, vemos crecer los alimentos que donaremos a alguna asociación», concluye la docente.
Mientras ayudan a otras familias, los escolares que protagonizan la iniciativa reciben una importante educación en valores, ya que desprenderse de objetos les ayuda a dejar atrás el egocentrismo propio de la infancia.
