Pasear por las playas de La Marina y no toparse con densos plásticos negros semienterrados en la arena resulta complicado. Es una estampa que acompaña desde hace tiempo a las dunas de la pedanía y que ha despertado las críticas vecinales.
La Conselleria de Medio Ambiente extendió estos plásticos hace un par de años en el marco del proyecto de restauración del ecosistema dunar de Guardamar y La Marina. Con estos medios se trata de poner coto a las plantas invasoras como «Carpobrotus edulis» ya que sobre estos materiales se depositaban los ejemplares hasta que se secaban. Si bien, los residentes han detectado que desde hace unos meses los trabajos de mantenimiento de este programa, que se licitó por más de 1,2 millones de euros, se han paralizado.
Raúl Agulló, conservacionista y miembro de la asociación de vecinos Pinomar, alerta de que hay múltiples plásticos en estado de semiabandono que, lejos de servir para poner a raya a ciertas especies, están generando el efecto contrario, que es ser captadores de humedad y sustrato arenoso para que vuelva a arraigar la planta invasora sobre ellos. Tal y como ha podido comprobar este diario, hay zonas donde estas plantas han vuelto a crecer sin control.
Este residente ha documentado la situación en la cátedra de memoria histórica Pere Ibarra para denunciar la degradación y el riesgo de contaminación a la que puede enfrentarse la zona, en particular el primer cordón dunar de la playa del Rebollo, que se encuentra parcialmente dentro de la microrreserva vegetal «Dunas de La Marina» protegida desde hace dos décadas por ser Lugar de Interés Comunitario.
Destaca que la falta de actuación ha provocado que muchos plásticos hayan quedado enterrados en las arenas móviles «con el gran impacto contaminante que ello supone». Este residente matiza que es el primer defensor del proyecto «cuyas más de 500 páginas he leído, porque creo que los técnicos autonómicos lo fundamentaron con argumentos válidos científicamente». Sin embargo, lamenta que «la contaminación con plásticos enterrados y la omisión del deber de control de la Administración autonómica, es más que evidente».
Desde la Conselleria de Medio Ambiente reconocen que el proyecto está parado. Ecologistas señalan que Foresa, empresa adjudicataria, ha abandonado el proyecto por no estar la administración autonómica al corriente con los pagos.
Si bien, desde Medio Ambiente responden que la Dirección General ya ha regularizado la dotación necesaria para que en las próximas semanas se puedan retomar los trabajos de restauración y se retiren los plásticos .
Dentro de este proyecto sigue también pendiente la plantación de nuevos ejemplares de pinos, a pesar de que desde Semana Santa están abiertos los hoyos. A la asociación Pinomar le han trasladado del Ayuntamiento de Guardamar que esa actuación podría llegar a partir de septiembre. Isa Valentín, presidenta del colectivo, lamenta que hay sensación de abandono en esta franja litoral y señala que tienen la pretensión de hacer un estudio fotográfico con vistas aéreas para ver cuál es la dimensión del problema.
