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Voces de elevada calidad en la Prova de l'Àngel

Escolanos y cantores confirman que están preparados para vencer el vértigo y cantar en el Misteri a 25 metros de altura

Un instante de la Prova de l'Àngel Antonio Amorós

Imagínese cantar desde 25 metros de altura. Descendiendo además en un arcaico aparato aéreo controlado por manos y un tradicional sistema de poleas. Siendo el centro de atención de cientos y cientos de miradas esperanzadoras. Y todo ello en el contexto de ser parte de un drama sacro-lírico con más de 500 años de antigüedad y considerado Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad declarado así por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). Esta es la realidad a la que se enfrentaron esta tarde y que se enfrentarán a partir de mañana jueves, con el inicio de la primera de las escenificaciones del Misteri, los niños de la Escolanía.

Subidos bien al Araceli, bien a la Magrana, los escolanos que desempeñarán de aquí hasta el lunes los papeles de ángeles, sobre todo el de Ángel del Misteri, demostraron que pueden controlar los nervios, el miedo, el vértigo, y superar la prueba de cumplir con sus papeles a varias decenas de metros del suelo de la basílica de Santa María por mucho que los aparatos aéreos cimbreen.

Entre los enamorados de La Festa hay tantas ganas de Misteri que, como venía ocurriendo en la década pasada, la tradicional Prova de l’Àngel atrae a numeroso público que casi no puede esperar a escuchar algunos de los cánticos más conocidos. Y es que, como señalaba el presidente del Misteri, Francisco Borja, estas representaciones de agosto son las más esperadas de las últimas décadas.

Así las cosas, la basílica de Santa María, antes de las 18 horas, ya estaba bastante llena de gente, sobre todo familiares y amigos de los pequeños, los cuales fueron rotando para constatar que los papeles principales pueden ser desempeñados por las voces seleccionadas. La de este miércoles, que suele ser el «Misteri de los niños», era la prueba definitiva para confirmar que cantores y escolanos están listos para cantar en el templo. Porque una cosa es ensayar en la Casa de La Fetat, y otra estar ahí arriba, venciendo el miedo a las alturas.

Mientras se hace tiempo para proceder al cambio en los distintos aparatos es costumbre que miembros de la Capella y escolanos amenicen esos momentos de espera con otros cánticos del Misteri. Así ocurrió este miércoles en lo que viene siendo la antesala de las escenificaciones. Una antesala que, al término de la hora y media que se prolongó la Prova de l'Àngel, ya consiguió emocionar a muchos los presentes.

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