Han sido las fiestas patronales más atípicas que se recuerdan en Elche. Las más largas, con dos fines de semana, en lugar de uno, y con cambio de día de la Alborada del 13 de agosto, trasladada al día 15, el de la patrona y el cierre de los festejos. Y esta situación tan atípica se ha trasladado a un extraño 16 de agosto, el día en el que Elche, tradicionalmente, se queda literalmente vacía. De hecho, muchos comercios y establecimientos de hostelería han decidido no echar aún la persiana y la afluencia en las calles es mayor que cualquier día después de las Fiestas de Agosto que se recuerde. La ciudad está medio llena.
Algunos han decidido posponer su marcha de la ciudad a los próximos días, después de la intensa noche del 15 de agosto con la celebración de la Nit de l’Albà y de la Carretillà, por lo que se espera que esa estampa de calles desiertas durante la segunda quincena de agosto termine finalmente produciéndose.
No obstante, por el momento son muchos los ilicitanos que ayer decidieron descansar de los intensos días festivos en la ciudad, y acudiendo a las terrazas de los establecimientos hosteleros que se mantienen abiertos. La Corredera o la Glorieta siguieron siendo un lugar de paso y encuentro de muchas personas que no han dejado que, esta vez, se conviertan en vías fantasmagóricas. Así, los locales recibieron una buena asistencia en ese atípico día después de las fiestas.
Muchos son los ilicitanos que apuestan estos días por los destinos de sol y playa, y la actividad normal en la ciudad vuelve ya en septiembre. Un problema de todos los años lo tienen los turistas, que se encuentran en bastantes casos con los carteles que anuncian el descanso y con dificultades a la hora de encontrar, por ejemplo, una mesa para comer. No es el caso de este año, donde la hostelería, en su mayoría, ha decidido seguir abierta. De hecho, la ciudad está registrando unos grandes niveles de ocupación turística. Este martes era una habitual estampa la de turistas visitando la ciudad y tomando un refrigerio. La ciudad sigue teniendo vida y alboroto, algo inhabitual por estas fechas. No obstante, algunos comercios sí han decidido echar la persiana, que no levantarán hasta el lunes 29 de agosto. Disfrutarán así de unas muy merecidas vacaciones.
Y aparcar por las calles del centro de Elche sigue aún siendo algo complicado. La disminución de la circulación de vehículos apenas se ha notado aún. Elche se resiste a poner el cartel de «cerrado por vacaciones».