Al menos tres personas han resultado heridas, al cierre de la edición, dos por manipular productos pirotécnicos y otra por caída de caña. Es el balance que ofreció el alcalde, Carlos González, al filo de la una de la madrugada, quien calificó de «daños mínimos» la jornada hasta el momento.

El primer edil apuntó que la Alborada tuvo un «seguimiento masivo» por parte de los ilicitanos «como si hubiera sido 13 de agosto», descartando que el cambio de fecha hubiera alterado «el brillo y resultado de la Nit de l'Albà», la que describió como «intensa majestuosa espectacular y brillante».

El día de la pólvora por excelencia en Elche hizo necesario un fuerte despliegue policial y de los servicios de emergencia a lo largo de todo el municipio para atender las incidencias registradas durante una de las noches de mayor riesgo. Más de 200 agentes de la Policía Local y Nacional trabajaron para garantizar el control con especial presencia en el caso histórico de la ciudad donde desde las 22.30 se cerró al público el acceso a la zona acotada por el riesgo a la caída de las cañas de las palmeras. 

También se encargaron los efectivos policiales de evitar el lanzamiento de carretillas fuera de la zona acotada del Hort del Monjo, una cuestión que, pese a su prohibición, años atrás ha generado muchos problemas e incluso heridos. 

También estuvieron en alerta los bomberos del Parque Comarcal de Elche, quienes ya tuvieron que realizar el pasado 13 de agosto, trece intervenciones, pese a la cancelación de la Nit de l’Albà, por conatos de incendio en cunetas, matorrales, palmeras y de forma puntual en viviendas.

Igualmente, los servicios sanitarios estuvieron sobreaviso ante una previsible llegada de heridos por pólvora, aunque bien es cierto que en las anteriores ediciones de la Alborada las incidencias han ido a menos porque cada vez hay más respeto y responsabilidad en esta noche tan especial.

 En la última, la de 2019, la noche registró 42 heridos leves, la mayoría de los atendidos fueron por el disparo de carretillas, seguidas a la caída de cañas y por manipular artefactos explosivos. El paciente de mayor edad fue un hombre de 71 años que sufrió una brecha en la cabeza por la caída de una caña, mientras que el más joven fue un niño de un año con una quemadura en las manos.

El mayor dispositivo

No solo la Nit de l’Albà ha requerido un fuerte dispositivo policial por su peligrosidad, sino todas las fiestas. Los once días de actividades que ha habido este año (un fin de semana más porque el pregón se adelantó dos días) han movilizado más de 3.000 agentes, reforzados por unidades caninas y drones.