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Elche

Escuela de l'Hort del Xocolater: La pintura que une a pequeños y mayores

Decenas de interesados por el arte participan en el proyecto de la Fundación Mediterráneo que vuelve con la misma esencia que en sus orígenes hace cuatro décadas

Escuela de pintura de l'Hort del Xocolater en ElcheMatías Segarra

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«Hay que enseñar a mirar, y a través de la pintura aprovecho una educación completa para la vida». María Dolores Mulá siempre agradecerá ser hija del Grup d’Elx y haber tenido a Sixto Marco o a Albert Agulló como grandes maestros que la nutrieron para estar hoy donde está. Ella es profesora y coordinadora de la rebautizada escuela de pintura de l’Hort del Xocolater, un proyecto que nació en 1975 y que se interrumpió en 2014, hasta que este octubre Fundación Mediterráneo la ha vuelto a recuperar. 

Precisamente ayer fue la primera sesión, después de la jornada de puertas abiertas. En un ambiente completamente armonioso, rodeado de naturaleza en estado puro María Dolores, quién ya ejerció como profesora tres décadas en esta escuela, aprovechó la magia de la pintura para jugar con la veintena de niños de su grupo para descubrir cada una de las partes e la palmera. 

Así, lápiz en mano, identificaron la balona, las tábalas o el cascabot y diferenciar un árbol de una palmera, que es una planta. La docente resalta que el premio en la escuela no se lo lleva quien termina antes, si no que lo importante es que los alumnos se queden satisfechos con el fruto de su trabajo semanal. 

Ex alumnos

A esta profesional le emociona mucho seguir viendo a antiguos ex alumnos que le muestran la sonrisa de cuando eran niños y se congratula de que, aunque no todos hayan terminado dedicándose al campo de las Bellas Artes, sí que hayan sabido aplicar conocimientos en su vida, ya que incluso hay arquitectos que han hecho proyectos integrados en la naturaleza porque tuvieron la inspiración de aquellas mañanas soleadas en l’Hort del Xocolater, explica. 

Mulá matiza que la formación no pretende «hacer una fábrica de pintores» pero sí enriquecerles y que amen la naturaleza. A sólo unos metros se ubican Noelia Pérez e Irene Cano, dos profesoras que se complementan muy bien para dar a adolescentes nociones sobre ilustración y cómic.

«Queremos transmitirles creatividad, porque parece que con el paso del tiempo ha quedado en un segundo plano y ocurre que cuando les das libertad se coartan. Queremos que a la par que aprenden, que jueguen, que se suelten», explican. María Rubio, alumna, precisamente querría vivir de sus dibujos y cree que este curso puede darle alas a su sueño. 

Mayores en el arte

Miriam Martínez, profesora del grupo de adultos narra que tiene mucho que agradecer a la escuela ya que hace años fue ex alumna mientras trabajaba en una fábrica de calzado y fue tal el impulso que terminó estudiando Bellas Artes e incluso ahora está doctorando. Para ella ser profesora de la escuela es «un caramelo» porque puede enseñar sobre artistas contemporáneos y enseñar a dibujar al aire libre «que es mucho más complejo que a través de una foto».

Grupo de adultos en el arranque de la clase de dibujo de la escuela de pintura en L'Hort del Xocolater este sábado

Aunque la mayoría de alumnos tienen poca experiencia, hay casos particulares como el de Toni Navarro, quién ya pasó por la escuela hace más de dos décadas y ahora es profesor de Bellas Artes. Vive en Salamanca y cada ciertas semanas piensa venir a Elche para asistir a la escuela «por el romanticismo de volver a vernos», ya que ayer se reencontró, por ejemplo, con Mari Cruz Maruenda, otra ex alumna, y además el espacio le trae muchos bonitos recuerdos del pasado. 

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