El paraje natural municipal de El Clot de Galvany ha incorporado ocho nuevos ejemplares de focha moruna, una amenazada especie de anátida. La focha moruna (Fulica cristata) está incluida en la categoría de "en peligro de extinción" en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Las administraciones tratan de promover e impulsar las acciones necesarias para eliminar el peligro de extinción al que se enfrenta esta especie en España conduciéndola a un estado de conservación favorable.
Uno de los proyectos lo lleva a cabo la Generalitat Valenciana con el Ayuntamiento de Elche. Y, de nuevo, El Clot de Galvany vuelve a convertirse en un refugio para las especies en peligro de extinción, como es el caso de la focha moruna, también conocida como focha cornuda, o de la cerceta pardilla, que han encontrado en este paraje un verdadero paraíso donde, incluso, se han dado buenas cifras de crianza.
Esta ave acuática de color gris muy oscuro con pico y escudete frontal blancos, donde en los adultos reproductores son característicos dos pequeñas protuberancias rojas, presenta una situación muy vulnerable. La acogida de esta especie forma parte de una estrategia para reforzar la población en este paraje natural municipal como se ha hecho en anteriores ocasiones con la cerceta pardilla o la malvasía, ambas en peligro de extinción.
Así lo han destacado la edil de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Elche, Esther Díez, junto el director conservador del Parque Natural Municipal del Clot de Galvany, Juan Carlos Aranda, quienes han asistido este miércoles a la suelta de ocho nuevos ejemplares de la focha moruna en El Clot de Galvany.
El Ayuntamiento de Elche y la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica han vuelto a colaborar para la protección de esta ave en peligro de extinción. "Lo que buscamos es proteger esta especie amenazada para garantizar esa diversidad de especies que encontramos en nuestro paraje y que hacen un lugar único, no solo en nuestro municipio, sino en todo el sur del continente y mantener esos hábitats que permiten la pervivencia de especies que están especialmente amenazadas en este momento y más todavía por la emergencia climática", ha explicado la edil.
Biodiversidad
El Clot de Galvany es uno de los humedales con mayor biodiversidad de la Comunidad Valenciana, lo que está atrayendo a un amplio número de especies, sobre todo de aves, que están colonizando este peculiar paraje natural rodeado de urbanizaciones de Elche y Santa Pola. A ello se une el agua regenerada de una depuradora de Aigües d’Elx que garantiza la supervivencia del espacio que hace 18 años la Generalitat declaró como el primer Paraje Natural Municipal de Elche.
Ya son más de 250 especies las que se contabilizan en este paraje, a las que se suma el medio centenar de mamíferos y reptiles. Tanto la charca natural que da nombre al espacio, y que en los 90 tuvo que ser llenada tras desecarse a finales de los 70 con la intención de construir allí una marina con grandes bloques de viviendas, y que el Ayuntamiento consiguió parar, como las artificiales (la última inaugurada en 2021) están a rebosar de aves acuáticas y de especies vegetales (hay más de 500 especies identificadas).
No obstante, la principal fuente de agua de la que se sirve el paraje es el aprovechamiento de las aguas regeneradas a nivel terciario, tanto para abastecer las charcas como la cubierta vegetal del paraje natural ilicitano. La depuradora de Aigües d’Elx, empresa participada por Hidraqua y el Ayuntamiento de Elche, hace posible que haya una lámina de agua todo el año.
Se ubica en Arenales del Sol y la inmensa mayoría de sus excedentes son aprovechados para el paraje, mientras que otra pequeña parte se dirige a algunos campos de cultivo de los alrededores. Una vez recuperada la calidad mediante un proceso con el uso de bioreactores de membranas, el agua llega diariamente al paraje natural entre la medianoche y las 8 horas a través de unas bombas sumergidas.
La planta depuradora de Arenales del Sol es la encargada de tratar las aguas usadas de las pedanías ilicitanas de Torrellano, El Altet, Arenales, Perleta, Valverde y Balsares y también del parque industrial, entre otros puntos. Sin ese agua recuperada, las condiciones climatológicas de sequía acabarían secando este humedal. Las charcas artificiales, o de contacto, se dispusieron para liberar de presión humana a la natural.
Además, el Clot de Galvany ha recibido diversos reconocimientos por su valor intrínseco como reserva de biodiversidad, entre ellos destaca su declaración como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y su inclusión en el "Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana".
Ni la urbanización ni el incremento de población de la zona han impedido que las aves sigan encontrando en el Clot de Galvany un lugar para el asentamiento y reproducción.