Condenado a 13 años de cárcel por violar durante tres años a la hija de su pareja

El agresor la fotografiaba desnuda desde que tenía 12 hasta los 15 años y ha sido declarado culpable por la sección XI de Elche. La menor se fue a vivir con su padre y por miedo a que le pasara lo mismo a sus hermanas, presentó una denuncia al cabo de cinco años y tras recibir tratamiento.

El juicio tuvo lugar en la sección XI de la Audiencia Provincial, con sede en Elche

El juicio tuvo lugar en la sección XI de la Audiencia Provincial, con sede en Elche / Antonio Amorós

M. Alarcón

M. Alarcón

La sección XI de la Audiencia, con sede en Elche, ha impuesto una pena de 13 años y 9 meses de prisión a un acusado de agredir sexualmente a la hija de su pareja durante tres años, desde que la menor tenía 12 hasta los 15, según el relato de hecho que se da probado en la sentencia. Durante 18 años no podrá ponerse en contacto con ella ni estar a menos de 300 metros de distancia de su hogar. Tampoco podrá tener cualquier actividad profesional relacionada con menores durante 21 años y, cuando haya cumplido la condena, estará 9 años en libertad vigilada. Además, deberá indemnizar a la menor en 14.000 euros. El acusado tenía 33 años cuando comenzaron estas agresiones. El caso se instruyó en los juzgados de Orihuela.

El fallo da por probado que el acusado era pareja sentimental de la madre y que aprovechaba la relación y la "intimidad que ofrecía el domicilio familiar" para "satisfacer sus deseos lúbricos", dice la sentencia. Así le tocaba con frecuencia el culo, cuando la menor salía de la ducha le hacía fotos desnudas y le tocaba los pechos. En otras ocasiones, le obligaba a realizarle felaciones cogiéndola a la fuera del pelo y del cuello. También tuvo acceso carnal con la menor a la que la amenazó con estas palabras: "si lo cuentas, te mataré y no volverás a ver a tus hermanas". Durante tres años la joven sufrió un auténtico infierno de este depredador sexual en la cual "muy a menudo y para neutralizar su oposición la inmovilizaba, golpeaba y amenazaba con matarla o agredirla o con que no iba a ver a sus hermanas", reitera la sentencia.

Con su padre biológico

Al cumplir los 15 años la muchacha se fue a vivir con su padre biológico y formuló denuncia al cabo de cinco años por estos hechos junto a su progenitor. Fue en febrero de 2021 cuando con 20 años decidió contar el sufrimiento por el que había pasado. Lo hizo, dice el fallo, "por el temor a que el acusado pudiera hacer lo mismo con sus hermanas". Como consecuencia de este infierno, padece grave trastorno de estrés postraumático. La sala entiende que al tratarse de unos hechos continuados el acusado debe beneficiarse de la reforma legal del pasado año, la del "no es no" "pues el mínimo de la pena prevista es inferior", no pudiéndose aplicar la reforma que anuló esta.

Traslado de presos a la Ciudad de la Justicia de Elche

Traslado de presos a la Ciudad de la Justicia de Elche / Antonio Amorós

"Por dinero y hacer daño"

El acusado negó en el juicio los hechos por lo que la condena se sustenta, amén de las pruebas periciales, en la propia declaración de la víctima. Dice así la sentencia que "esta sala viene declarando de manera constante y reiterada que el testimonio de la víctima, aunque no hubiese otro más que el suyo, cuando no existan razones objetivas que invalides sus afirmaciones o provoquen dudas en el juzgado, impidiéndole formar su convicción en consecuencia, es considerado apto para destruir la presunción de inocencia".

El acusado argumentó en el juicio que todo era falso y que la denuncia "es por dinero y hacer daño" o por los conflictos que su pareja tenía con el padre de sus hijas. Pero entiende la sala, que valora de forma muy importante las periciales de los psicólogos, que la muchacha, "cuando puso la denuncia con 20 años no existían ya conflictos de custodia y, por otro, no parece que obtener dinero sea un motivo cuando no se detecta necesidad en el padre, que pagaba la pensión sin problema".

Calvario

En relato de los hechos es terrible porque, dice la sentencia, la muchacha sufrió aquel calvario pensando que su madre lo sabía y no hacía nada. Al respecto explicó en la vista la psicóloga que "es habitual que la gente del entorno no se dé cuenta" y si no se lo dijo a su madre fue porque "la veía como incitadora del abuso, que es habitual hacer una coraza para protegerse que le permita estar al lado del agresor" durante esos tres largos años. Buena parte de las agresiones se cometieron estando la madre en la vivienda al tratarse de un dúplex. En el juicio se asegura que muchas veces después de la comida familiar.

También asegura que la muchacha tardó en contarlo porque "pensaba que lo que le había sucedido no la iban a creer". Los detalles que ofreció la joven sobre esas salvajes agresiones dan verosimilitud a su relato, dice el fallo. No existen, dice el fallo, contradicciones en su declaración. Todo lo contó después de estar en un tratamiento en el Centro Mujer 24 horas de Torrevieja