El aliado virtual de la Policía Local de Elche

La mayoría de agentes de la Jefatura utilizan un simulador que, a través de una experiencia inmersiva, les pone  a prueba ante situaciones límite

El sistema complementa las prácticas de tiro y ayuda a controlar el estrés 

La sede de Mesalina habilitó una sala en la que los agentes practican con el simulador de realidad virtual que cuenta con diferentes módulos.

La sede de Mesalina habilitó una sala en la que los agentes practican con el simulador de realidad virtual que cuenta con diferentes módulos. / Antonio Amorós

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

Tras dar unos pasos por el pasillo de un piso aparece en escena un hombre con la ropa ensangrentada y un cuchillo en la mano tras haber apuñalado cuatro veces a su mujer. «¡Al suelo, suelta el arma!» grita un agente. Esta es una de tantas situaciones dramáticas a las que se puede enfrentar un policía y que recrea el simulador Octopus de realidad virtual que de forma pionera utiliza la Jefatura de Elche. 

Prácticamente toda la plantilla ya ha pasado por la sala de entrenamiento que se habilitó hace dos años donde, a través de una experiencia inmersiva con gafas inalámbricas y réplicas reglamentarias de armas reales, entrenan la capacidad de reacción ante situaciones límite que se pueden encontrar en su día a día. Durante la media hora que dura la actividad los agentes, equipados como lo harían durante el servicio, corren, se agachan, se desplazan y terminan hasta sudando del alto nivel de concentración que requieren. 

Reacción

«Es una forma de adiestrar la mente para que cuando no tengamos tiempo y nos falle la capacidad de reaccionar de forma tranquila podamos actuar porque ya lo hemos preparado», señala la inspectora María José Aranda, que entiende que este simulador de táctica policial abre la puerta a que los efectivos ganen en seguridad y agilidad a la hora de desenfundar un arma, ya que permite al profesional enfrentarse a situaciones cambiantes e imprevisibles para las que no podrían prepararse de otra manera. 

Los desarrolladores de este simulador sostienen que hasta la fecha los policías no se estaban entrenando en la fisiología del estrés, «es decir, adquirían conocimientos para el uso y manejo del arma pero no se preparaban para un enfrentamiento armado real, cierra un círculo que hasta la fecha estaba incompleto», apunta la ilicitana Elena Valverde, directora de proyectos de la firma de San Vicente Last Monkey Studio que ha ideado este sistema. 

Otros sectores se adelantaron

Sostiene que la simulación en el ámbito policial «ha llegado muy tarde porque nadie se sorprende que un piloto haga horas de simulación antes de coger un avión con pasajeros o el que está en un carro de combate cargando misiles». En España han apostado por este hardware tres unidades militares y siete jefaturas de policía con Elche a la cabeza, que ha colaborado para detectar necesidades. La Vilajoiosa y La Nucía también lo han incorporado.

Uno de los ejercicios de práctica de tiro con el simulador.

Uno de los ejercicios de práctica de tiro con el simulador. / Antonio Amorós

Por la impresión de quienes lo han probado complementa a los planes formativos de la práctica de tiro pero va más allá ya que a través de escenarios hiperrealistas permiten un entrenamiento en 360 grados. También ayuda al trabajo en seco, es decir, a aquellos ejercicios sin emplear munición como tácticas de desplazamiento. 

Módulos

El primer módulo que se lanzó fue Alfa, una réplica de los ejercicios de tiro en Elche en realidad virtual y ahora la Jefatura dispone de Bravo, que da el salto a lo que sería la intervención en inmueble y entornos urbanos e industriales que permite al agente tomar decisiones en lugares donde hay incluso baja luminosidad.

Lo curioso es que los policías no tienen la posibilidad de memorizarse estos ejercicios porque continuamente los escenarios están modificados por Inteligencia Artificial con lo que «los malos» cambian su comportamiento de forma aleatoria lo que les obliga a improvisar en décimas de segundo. El simulador trata de minimizar que un agente se quede en «modo supervivencia», es decir, que entre en una situación en la que pierda la psicomotricidad en las manos, deje de ver y oír, y se produzca un «efecto túnel por el que no mira lo que está pasando alrededor». Al igual, tener este instrumento le da la oportunidad a los policías de identificar con más rapidez si se cumplen los criterios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad para usar el arma de fuego en legítima defensa o cuando la vida de un tercero corre peligro. 

Cambio de paradigma

Exponen desde el cuerpo de seguridad municipal que esta tecnología permite un «cambio de paradigma» porque tradicionalmente en las academias de formación como el Ivaspe «nos pedían prudencia a la hora de sacar el arma y hacer uso de ella porque se entendía la proporcionalidad de una manera muy rígida, pero la realidad nos ha demostrado que lamentablemente se dan situaciones en las que no podemos matemáticamente equiparar y considerar proporcionales un arma de fuego con un arma blanca, que también es letal», apunta Aranda.

Los agentes de Elche hacen más prácticas de tiro que la media española

Los policías locales de Elche realizan tres prácticas de tiro obligatorias al año y cerca de un centenar de agentes acuden voluntariamente al mes para afinar con el uso del arma reglamentaria. Lo cierto es que la Jefatura supera los niveles que exige la ley, que marca dos tiradas con munición al año. Si bien, como aseguran desde el cuerpo local, hay efectivos de otros municipios que están más de dos años sin realizar estas prácticas porque no invierten los ayuntamientos en seguridad o porque no cuentan en sus instalaciones con campo de tiro y tienen que desplazarse.

Las dependencias ilicitanas de la calle Mesalina se han convertido en un referente a nivel nacional, hasta el punto que el pasado mes de febrero medio millar de policías de toda la Comunidad Valenciana realizaron sus prácticas allí fruto del acuerdo con la Conselleria de Justicia para descentralizar el curso que ofrece el Instituto Valenciano de Seguridad Pública y Emergencias (Ivaspe) y descongestionar la academia de Cheste. En la galería tienen siluetas estáticas en el fondo con una diana a la que deben disparar . También se realizan prácticas de tiro con movimiento para simular el enfrentamiento en la vida real, tiro nocturno y con una sola mano. 

Narran que al vivir en un estado de derecho, garantista con la ley y al tratarse de un país seguro muchas veces puede existir un exceso de confianza por parte de los agentes por lo que la realidad virtual les permite ganar conciencia de que en cualquier momento pueden verse envueltos en un enfrentamiento, y más teniendo en cuenta que son los patrulleros los que suelen acudir los primeros ante cualquier intervención.

El CEO de Last Monkey Studio, Manuel Lastra, coloca las gafas de realidad virtual a un agente.

El CEO de Last Monkey Studio, Manuel Lastra, coloca las gafas de realidad virtual a un agente. / Antonio Amorós

Riesgo

Es más, destacan que el 90% de las intervenciones armadas no vinieron precedidas por una llamada de alto riesgo si no por quejas de ruidos o discusiones familiares. «Este sistema hace ver si somos pastores o lobos, y ayuda al cuerpo, porque cuando nos ponemos nerviosos se emiten una serie de hormonas que hacen que tomemos decisiones que nos pueden cambiar la vida, y luego ocurre que nuestro cerebro, por las circunstancias sociales que nos rodean no está en alerta», explica José Manuel Quiles, agente de la brigada nodriza que entrena con este sistema que también le aporta tener mayor percepción de que el peligro está en cualquier sitio y que es importante tener control de los «ángulos de muerte» en la tridimensionalidad del espacio.

 «Nos ayuda a discernir en el momento de la intervención quienes son objetivos a repeler en un posible ataque o quienes son víctimas, que en ese momento no es nada sencillo», añade por su parte el oficial Carlos Casanova. 

Verbalizar

Estas prácticas también ayudan a los policías a verbalizar a través de la emisora las advertencias cuando entran a un inmueble, paso que sirve como pruebas en el juzgado, así como hacer requerimientos al agresor para que suelte el arma cuando sea el caso. 

También realizan con la realidad virtual un reporte de la situación y el sistema controla el nivel de munición empleado. Es después un instructor el que evalúa si el policía ha actuado correctamente. Manuel Lastra, CEO de Last Monkey Studio señala que con este simulador pretenden democratizar la realidad virtual para que puedan utilizarse por el grueso de la plantilla, y que no quede relegado a equipos especiales. Ese compromiso está asegurado en Elche tras firmarse un convenio para utilizar esta tecnología sin salir de las instalaciones de la jefatura.