Más de 500 policías locales de toda la Comunidad realizan su formación práctica en Elche

La Jefatura de la Policía Local de Elche en la calle Mesalina es un hervidero de gente estos días. Nada menos que 500 policías locales de toda la Comunidad Valenciana, principalmente de la provincia de Alicante, están aquí realizando sus prácticas policiales. A finales de marzo, la mitad de ellos culminarán la formación de la que es la primera promoción de agentes locales que se forman en Elche fruto del acuerdo alcanzado por la Conselleria de Justicia para descentralizar el curso que ofrece el Instituto Valenciano de Seguridad Pública y Emergencias (Ivaspe).

En octubre se inició el primer curso destinado a habilitar a 201 agentes recién incorporados a la plantilla de 29 municipios de la provincia de Alicante. Hasta entonces, toda la formación y práctica de los agentes policiales locales de toda la Comunidad se hacía en la academia del Ivaspe, en el municipio valenciano de Cheste.

De esta manera, además de descongestionar la academia de Cheste, permite a los futuros policías de la provincia de Alicante, fundamentalmente, pasar el obligatorio curso formativo, tras aprobar la oposición, más cerca de sus localidades. «Hace 30 años se iban a València sin problemas, porque todos los agentes tenían 20 años, pero han cambiado las normas, ahora se puede presentar gente de cualquier edad, lo que hace que en las promociones cada vez haya gente más mayor y con cargas familiares», explica José Eugenio Medina, intendente de la Policía Local de Elche.

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Además del 54 curso básico de Policía Local que el Instituto Valenciano de Seguridad Pública y Emergencias imparte desde el 21 de octubre tanto en Ciudad de la Luz, en Alicante, como en Elche, ya han empezado en las instalaciones ilicitanas también a hacer sus prácticas formativas los de la promoción 55. Además de agentes, unos 400, hay cerca un centenar de oficiales también realizando la formación en Elche, en este último caso una más avanzada.

De este modo, la capital del Baix Vinalopó, en escasos meses, se ha convertido en centro de referencia para la formación de los futuros agentes municipales.

Materias

El curso consta de 700 horas lectivas teóricas y de varias sesiones prácticas que el alumnado deberá superar con éxito para poder ejercer como agente de la autoridad. Las materias físicas que requieren para su ejercicio de instalaciones deportivas, así como las prácticas de tiro, se llevan a cabo en Elche, tanto en las instalaciones de la Jefatura de la Policía Local, como en determinados polideportivos de la ciudad.

La actividad formativa ya no parará en la jefatura ilicitana. Se impartirá allí la formación de una treintena de mandos de policías locales (intendentes y comisarios) de 15 municipios de la provincia de Alicante, València e Islas Baleares. Y, en abril, empezará otro curso de oficiales.

El primer tiro les impone, después van perdiendo el miedo, que no el respeto, que no se debe perder nunca

Además, los instructores que están llevando a cabo la formación en las instalaciones de la calle Mesalina, un total de 18, son de la Policía Local de Elche. Otros 18 se encargan de las clases teóricas en Ciudad de la Luz.

Este trasiego de futuros agentes en activo en Elche está siendo un revulsivo también para los comercios, establecimientos de hostelería y hoteles de la zona, que, como señala el intendente Medina «están muy contentos, porque 500 personas dando vueltas por aquí es mucha gente, ellos comen fuera y, algunos, los que viven más lejos de Elche, se quedan a dormir incluso en los hoteles cercanos».

La formación se divide por grupos. Mientras la mitad de los agentes que realizan los cursos están en Ciudad de la Luz, donde se imparten las clases teóricas (derecho penal, procesal, policía administrativa o atestados), el resto realiza cinco horas de formación práctica en Elche. Aquí, instructores de la Policía Local ilicitana les forman en tiro, táctica policial, defensa personal y prácticas interdisciplinares, como la resolución de supuestos.

Todos los policías que han aprobado la oposición y tienen un destino, deben superar este curso de cinco meses. El que no lo haga, deberá volver a repetirlo y, si a la segunda tampoco lo aprueba, «no podrá ser policía», explica el intendente, ya que todo ello forma parte del proceso opositor.

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No obstante, la gran mayoría lo supera y quienes no lo hacen suele ser por las faltas de respeto, disciplina o compañerismo, lo que más se valora en este curso, según señala Vicente Ramón, el coordinador de los instructores en Elche. «En instrucción policial les enseñamos a formar, a saludar al ciudadano y a los superiores, a circular en fila de uno por el lado derecho, y las pautas que deben seguir», indica.

La formación en valores es fundamental en esta profesión. «Tienen que comprender que deben tener respeto a los ciudadanos y a los mandos», manifiesta Medina. Así, cada día realizan una formación y comprobamos como, cada vez que nos cruzamos con alguno de los agentes en prácticas junto a un mando, se cuadra para saludarlo.

Al entrar en la Jefatura de la Policía Local de Elche llama la atención ese trasiego de policías con sus uniformes que delatan, en la espalda, que no son de la plantilla ilicitana. Orihuela, Dénia, La Pobla de Vallbona, La Vila Joiosa, Benidorm, Gandía... Son incontables las localidades desde las que se han desplazado los futuros agentes y oficiales.

En cada sala, en cada pasillo del edificio policial, que cuenta con unas instalaciones muy preparadas, encontramos a un grupo con un instructor realizando una actividad. De repente, escuchamos: «alineamos, funda, seguridad, búsqueda… ¡Fuego!». Deben, sin equivocarse, seguir cada instrucción que el instructor va variando para que cojan agilidad.

Puntería

El formador les enseña a tener puntería, dónde fijarse y a manejarse en diferentes posiciones. «El agarre es importante y después la precisión cogiendo elementos de puntería, para pasar a un tiro más instintivo, el de corta distancia llamado de combate porque el cerebro no es capaz de alinear los elementos de puntería», explica Ramón Medina, instructor de tiro.

Primero, los agentes en formación aprenden el tiro en seco, con armas simuladas. Los encontramos en el garaje de la Jefatura. «Después pasan a la galería de tiro, donde se les corrigen los errores de posición y de empuñe», explica este instructor.

Hay que tener en cuenta que para ellos son las primeras veces que cogen un arma. «El primer tiro les impone, después van perdiendo el miedo, que no el respeto, que no se debe perder nunca», resalta José Eugenio Medina.

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Son dos los instructores de tiro. En la galería tienen siluetas estáticas en el fondo con una diana. Deben disparar a la zona en la que el instructor les mande, quien enseguida corrige la posición de alguno de los agentes.

Más tarde tendrán que realizar estas prácticas de tiro con movimiento, porque cuando un policía se enfrenta a alguien en la calle no está parado, obviamente. Se montan escenarios con el policía moviéndose por ellos.

También aprenderán tiro nocturno, con baja luminosidad, o a disparar también con una sola mano. «Segunda línea, introducimos cargador en el arma. ¿Listo? ¡Fuego!», ordena el instructor. Esta parte se complementa con un simulador de tiro con un casco y unas gafas de realidad virtual, donde los futuros policías se mueven por diferentes escenarios.

La seguridad de los agentes es lo fundamental. Lo comprobamos con las prácticas interdisciplinares que, esta vez, realizan en una futura zona residencial en construcción. Allí han desplazado 12 vehículos policiales para simular varios controles. «Estamos haciendo paradas de vehículos, una lineal, una exterior y una en diagonal, cogiendo las máximas precauciones para los agentes y que aprendan a acercarse al vehículo que paren y evitar el máximo peligro posible», explica el instructor Ángel Foliá. «Estamos muy contentos con los agentes, lo están haciendo muy bien», añade.

Esta práctica la repite cada grupo durante dos semanas. «Aprenden el cacheo, la posición en la que ponerse y en qué deben fijarse y también qué hacer desde que reciben un aviso de la central», indica Vicente Ramón.

También han participado en un control real de la Policía hace unos días en Alicante. Allí aprendieron, con agentes de plantilla, a pedir la documentación y a hacer pruebas de drogas y alcohol.

Tras superar el curso, deberán pasar dos meses de prácticas en la plantilla de su ayuntamiento, lo que también se puntúa y valora. Después, solo les quedará jurar el cargo para ejercer una profesión que vela por la seguridad y los derechos de los ciudadanos.