El Hondo retoma después de 20 años las quemas para garantizar agua de calidad y frenar plagas
El uso de fuego provocado no se hacía desde 2004 y ahora se recupera para ayudar a la recirculación de los recursos hídricos y combatir a depredadores que afectan a la avifauna -
El control manual del abundante carrizo junto con maquinaria pesada implica un alto coste económico
El Hondo ha decidido recuperar las quemas controladas para cuidar de este hábitat. Y ha tenido que recurrir a esta práctica después de 20 años sin utilizarla en este parque natural. La medida tiene como objetivo contribuir a la conservación de este paraje frente a plagas, depredadores y con la vista puesta en la calidad del agua, entre otras metas.
Desde 2004 las quemas quedaron interrumpidas y a partir de ese momento la siega del carrizo, en zonas e itinerarios públicos, se ha venido realizando prácticamente a mano por parte de la brigada de Conservación y Mantenimiento de El Hondo.
Este control manual del carrizo mediante corbella, guadaña y desbrozadora se lleva además a cabo en charcas poco profundas, como las pertenecientes a la finca El Rincón, en los alrededores de los observatorios y, gracias a la colaboración de la Comunidad Riegos de Levante, con maquinaria pesada en los bordes de algunos de los itinerarios señalizados del parque natural.
El Hondo pedirá la quema de carrizo para controlar patógenos y mejorar la circulación del agua
No obstante, en estos años en que las quemas de carrizo han cesado, se ha observado, según se indica en La Rosseta, el boletín cuatrimestral de este parque natural, un envejecimiento general del carrizo y la formación de masas de gran densidad del mismo, que ha sido positivo para determinadas especies de pájaros, «pero también han dificultado por otra parte la libre circulación del agua, por lo que la calidad de la misma se ha visto mermada».
Depredadores
«A todo esto se añade una mayor presencia de depredadores, plagas y enfermedades que afectan en general negativamente a la avifauna presente», indican desde el equipo de educación ambiental de este entorno.
Así las cosas, en 2023 se ha llegado a actuar en este sentido sobre aproximadamente dos hectáreas y media. Los encargados de llevar a cabo estas quemas fueron tres brigadas de Bomberos Forestales de Alicante, dirigidas por un jefe de ignición y un jefe seguridad. Incluso también participó personal de un equipo de drones, entre otros muchos.
La idea en cualquier caso es que estas quemas se prolonguen durante al menos cinco años, para poder así controlar la vegetación palustre (plantas que están al borde de los estanques y plantas emergentes) y también para la mejora del hábitat más diverso.
Prevención
También, aunque parezca una paradoja, se persigue la prevención de incendios y la reducción de la peligrosidad y protección de núcleos poblacionales rurales cercanos.
Junto a ello, según el citado boletín cuatrimestral, se quieren aprovechar estas acciones para el estudio y caracterización del comportamiento del fuego en estas áreas, con la toma de datos para la su posterior análisis.
Desde el parque natural de El Hondo se recuerda que a partir de los años 60 se abandonaron paulatinamente actividades tradicionales, como la ganadería y que progresivamente el fuego como herramienta se fue orillando en favor de conservar un entorno mediante, por decirlo de algún modo, procedimientos manuales y mecánicos.
Uso del fuego
Así las cosas «el abandono de las tradicionales quemas, en muchos casos no se vio compensado con un cambio en la gestión de la vegetación palustre. Las alternativas al uso del fuego como son la siega o el «fangueig» con maquinaria, tienen un elevado coste económico sobre todo para la gestión de grandes superficies, por lo que en muchos de nuestros humedales no ha sido posible efectuarlo», indican las mismas fuentes.
A consecuencia de lo anterior, desde hace más de 30 años se ha producido un gran desarrollo de la vegetación emergente «que uniformiza los entornos lacustres y favorece la presencia de especies de crecimiento en altura propias de medios cerrados y disminuye las posibilidades de presencia de especies que necesitan aguas libres y elevada exposición a la luz».
Por todas las razones expuestas se se aspira a activar un plan de quemas controladas para el parque natural de El Hondo.
Tres décadas desde el reconocimiento por la Generalitat
La gestión de los humedales mediterráneos, al igual que otros terrenos naturales y seminaturales, ha ido ligada de forma histórica al manejo controlado del fuego. Los incendios provocados en estas áreas, en concreto en los humedales, han tenido tradicionalmente como principales objetivos la gestión de pastos, favoreciendo la regeneración de los mismos y la actividad cinegética principalmente, facilitando la caza de pájaros acuáticos y su mayor producción. El Hondo fue declarado parque natural por la Generalitat en 1994, es decir en 2024 cumplirá 30 años.
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