El cine de los setenta que se inspiró en Elche

El séptimo arte se ha visto seducido en varias ocasiones por los encantos ilicitanos, pero seguramente muy pocos recordarán que hace más de medio siglo se estrenó una película a nivel internacional con multitud de escenas grabadas en Elche y comarca.

Eso sí, la pericia del director francés de origen lituano Romain Gary hizo que lo que se veía a través de la cámara pareciese Oriente Medio y no el Baix Vinalopó. Para desentrañar aquella película, que nunca se estrenó en la ciudad, el cineclub Luis Buñuelha rescatado el ciclo «Elx en la pantalla», que inició justo antes de la pandemia de coronavirus, con proyecciones rodadas en el término municipal.

Ciclo

En 2020 ya fue el turno de «¡Vaya luna de miel!» de Jesús Franco, una película de 1981 que había estado perdida hasta que la Filmoteca Española la recuperó, y el próximo jueves 18 de abril habrá un pase a las 20 horas en la sala B de los cines Odeón de la película Matar (Kill!) de Gary. El acceso será gratuito hasta completar aforo.

Según apunta José Cámara, vicepresidente del cineclub, esta cinta se rodó en marzo de 1971 aprovechando todas las particularidades que ofrecía el paisaje para convertirlo en el escenario paquistaní que necesitaba la historia de corrupción y tráfico de drogas, protagonizada por James Mason, un agente de la Interpol casado con una mujer insatisfecha por el trabajo de su marido, Jean Seberg, que desobedece la recomendación de su cónyuge y viaja hasta Pakistán para hacer turismo mientras su marido trabaja para pretender asestar un golpe a los traficantes de heroína.

El cineclub Luis Buñuel ofrecerá 13 proyecciones hasta junio en los cines Odeón

Aeropuerto

Para convencer al público que la película transcurría al sur del continente asiático comenzó desde las mismas puertas del aeropuerto, que entonces comenzaba a funcionar y que aún tenía zonas en construcción. En la película se aprecia la terminal de El Altet rodeada de camellos y oasis, y es que todo se adornó «para dar el pego en la pantalla», señala el experto.

Otro de los escenarios fue el barrio de El Raval, «irreconocible», ya que, según narran desde el cineclub, se construyeron decorados ex-profeso, sobre todo en la zona de la Teulera, y se pintaron fachadas de casas, lo que motivó algunas quejas posteriores de los vecinos. Este diario en la época, incluso, documentó parte del rodaje y entonces se apuntaba que la producción tuvo un coste de 70 millones de pesetas y estuvo cofinanciada por Francia, Alemania, Italia y España.

El marco de Oriente Medio que necesitaba el cineasta fue satisfecho por el equipo de producción desde el Pantano hasta las dunas del Carabassí, pasando por el Fondet de la Senieta o el Hondo, que también quedó retratado, y aparecen escenas «realmente sobrecogedoras» de los palmerales de Túnez y Afganistán.

Entre las secuencias, recuerdan desde el colectivo cultural, destaca una persecución por el Camp d’Elx o un paseo nocturno de Jean Seberg por los huertos de palmeras. Las escenas de cama fueron rodadas en la Torre Azafata de Arenales del Sol, que simulaba un hotel, cuyo exterior cinematográfico se rodó en un hotel y el Paseo de la Estación de Elche. Indican, por otra parte, que está por determinar la secuencia que se filmó en un cine antiguo y al que en la película se entra desde el patio del Castillo de Santa Pola.